El cáncer de páncreas es un tipo de cáncer silencioso que cuando se diagnostica prácticamente no tiene solución, no da la cara hasta que está desarrollado. La mortalidad con los tratamientos farmacológicos es muy elevada, la tasa de supervivencia es menor del 5%, tan solo consiguen superarlo 5 de cada 100 personas diagnosticadas a los 5 años de tratamiento.
Para revertir estas estadísticas, el Grupo Peaches, anunció hace pocos meses la incorporación a su proyecto de investigación de una patente mundial de la Universidad de Harvard que permite identificar y atacar células tumorales de páncreas y otros tumores sólidos como los de colon o gastrointestinales secretores.
Un proyecto que se desarrollará junto con el doctor Manuel Hidalgo, jefe de la División de Hematología-Oncología del Weill Cornell Medicine y New York Presbyterian Hospital de Nueva York, y el doctor Senthil Muthuswamy, director de Investigación Traslacional en el Centro de Cáncer del Hospital Beth Israel Deaconess en Boston, quien ha explicado a ConSalud.es todo el proyecto en detalle.
Esta es la primera vez que podemos usar las células tumorales del paciente para amplificar selectivamente las células T citotóxicas con selectividad para matar las células tumorales. Todos los enfoques anteriores se basan en la amplificación de células T no específicas con la esperanza de que algunas de las células T amplificadas tengan capacidades para atacar tumores. Por lo tanto, este proyecto crea una nueva oportunidad para emplear enfoques de terapia celular dirigida para el tratamiento de pacientes con cáncer.
¿Cómo ha sido el desarrollo y en qué consiste está innovadora patente mundial?
La tecnología fue desarrollada en un laboratorio de investigación en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, en la Facultad de Medicina de Harvard. La patente consiste en una metodología para el cultivo conjunto de organoides derivados del tumor del paciente y células T derivadas de la sangre del paciente para amplificar selectivamente las células T citotóxicas dirigidas al tumor.
¿Cuál es su principal reto?
Los desafíos son obtener suficientes células tumorales del paciente para generar cultivos de organoides tumorales y una plataforma para la expansión de las células T citotóxicas para su reintroducción en el paciente.
¿Cuándo tenéis previsto comenzar el ensayo en humanos?
Estamos acabando los ensayos preclínicos y esperamos iniciar las pruebas con pacientes a finales de este año o en el primer trimestre del próximo.
¿Cree que esta nueva terapia celular facilitará el acceso de los pacientes y de los sistemas de salud a tratamientos que hasta ahora, son muy costosos?
Es posible que sea menos costoso que los enfoques de células CART.
Por su mecanismo de acción a la hora de “programar o educar” a los linfocitos T del paciente tiene que ser mas económico y accesible para los sistemas de salud nacionales. Además nosotros proponemos un sistema de generación de este tratamiento que lo hará mas próximo al paciente y por tanto mas rápido y mas eficaz en la gestión de los recursos económicos.
Además de para el cáncer de páncreas, ¿para qué otros tumores sólidos podría valer esta tecnología?
La plataforma es aplicable para todos los cánceres gastrointestinales (p. ej., colon, estómago, gástrico, etc.). Además, la tecnología se puede aplicar también para tratar pacientes con cáncer de mama.
Y para terminar, ¿en qué se diferencia este procedimiento de programación de las células T de otras terapias como los CAR-T?
La plataforma opT está diseñada para permitir que las células tumorales del paciente induzcan la expansión de las células T dirigidas al tumor. La plataforma opT utiliza un enfoque empírico que no hace ninguna suposición sobre qué antígenos se expresan en las células tumorales, ya que son las propias células tumorales del paciente las que activan y expanden a las células T. Este enfoque también tiene en cuenta que el tumor de cada paciente puede tener su propio conjunto de antígenos de cáncer, lo que hace que las células T sean específicas para las células de cáncer del paciente.
Los enfoques de células CAR-T están sesgados hacia un antígeno conocido que generalmente no es específico de las células tumorales y no siempre se expresa en todos los cánceres de los pacientes. Por lo tanto, existe un alto riesgo de toxicidad en pacientes que reciben tratamiento con CAR-T y carecen de la capacidad de personalizar el tratamiento para el cáncer específico del paciente.
Es decir que, nuestro enfoque tiene muy presente la especificidad de cada tumor en cada paciente ya que son sus propias células tumorales las que seleccionan y activan sus propias células T.