El alzhéimer es una enfermedad que afecta a unas 800.000 personas en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que para el año 2030 las cifras aumentarán a 78 millones y a 139 millones para 2050. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas. El principal factor de riesgo es la edad, aunque también están implicados componentes genéticos, así como estilo de vida, alimentación o el propio bagaje cognitivo.
Un equipo de Neuroepidemiología Genética y Bioestadística del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, ha caracterizado la predisposición genética al Alzheimer y otros trastornos neurológicos en personas cognitivamente sanas en las etapas preclínicas de la enfermedad, es decir, cuando todavía no hay síntomas evidentes pero ya se producen cambios cerebrales y de biomarcadores asociados al proceso degenerativo, en una investigación publicada en la revista científica 'Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association'.
A pesar de que la genética sólo es causa directa del alzhéimer en el 1% de los casos, caracterizar la predisposición genética abrirá las puertas a una atención médica y prevención más personalizada, y permitirá una mejor selección de participantes para estudios clínicos específicos en función de su perfil genético. En este sentido, la Dra. Natalia Vilor-Tejedor, investigadora senior del estudio y líder del equipo, destaca que “esta caracterización nos permite obtener un perfil más completo de los participantes del estudio, y así facilitar el desarrollo de estrategias preventivas personalizadas, una mejor selección de participantes para ensayos clínicos y predicción de respuesta al tratamiento”.
"Abren la puerta un mejor conocimiento de las vías biológicas asociadas a los procesos neurodegenerativos”
La investigación se ha basado en los datos de la cohorte Alfa, impulsada por la Fundación “la Caixa” y formada por más de 2.700 participantes sin alteraciones cognitivas, e incluye también datos del Alzheimer's Disease Neuroimaging Initiative (ADNI). Los resultados de esta investigación, según Patricia Genius, investigadora del equipo y también autora del estudio, “mejorarán la precisión de las conclusiones de los estudios epidemiológicos, y abren la puerta un mejor conocimiento de las vías biológicas asociadas a los procesos neurodegenerativos”.
PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO GENÉTICO DE ALZHEIMER
Se ha demostrado que la predisposición genética a desarrollar la enfermedad puede tener una afectación en procesos de deterioro cognitivo o de atrofia cerebral que podrían preceder al desarrollo de la sintomatología. Además, personas con una alta predisposición genética podrían ser más susceptibles al efecto de otros factores de riesgo, como las exposiciones ambientales, provocando una aceleración del empeoramiento cognitivo o incluso atrofia cerebral. El gen APOE supone el principal factor de riesgo genético de enfermedad de Alzheimer, pero no es el único y existen otras variables. “Conocer en detalle los factores no modificables, como la predisposición genética a la enfermedad, nos permite identificar a las personas más vulnerables al riesgo, y tomar acciones sobre los factores de riesgo modificables”, destaca Vilor-Tejedor.
En este sentido, el equipo ha calculado las puntuaciones de riesgo poligénico (PRS) para el alzhéimer y otros trastornos neurológicos, factores de riesgo asociados a la enfermedad de Alzheimer y procesos de envejecimiento. Los PRS son medidas que estiman la predisposición genética de una persona a desarrollar una enfermedad a partir de la suma ponderada del efecto de las variantes genéticas asociadas a esta enfermedad en estudios previos. “Los resultados nos permitirán descifrar cómo la predisposición genética al alzhéimer interacciona con otros factores de riesgo para influir en el desarrollo de la enfermedad y los procesos previos a la aparición de la sintomatología”, explica la investigadora. “También permitirá una mejor caracterización de los mecanismos que influencian estos procesos biológicos”.
ESTUDIO ALFA: 2.527 PARTICIPANTES
El equipo ha analizado estos datos en 2.527 participantes del estudio Alfa, un proyecto longitudinal que sigue a personas sanas entre 45 y 75 años, en su mayoría descendientes de personas con alzhéimer, para estudiar los cambios cognitivos, biológicos y de neuroimagen relacionados con el envejecimiento y la enfermedad. Se ha caracterizado su predisposición genética entre estos participantes del BBRC y los de los grupos clínicos de ADNI, un consorcio internacional que incluye a personas sanas con declive cognitivo leve o con demencia por alzhéimer.
El equipo de investigación ha encontrado que los participantes del BBRC, especialmente aquellos con alteraciones de la proteína amiloide, presentan una distribución en la predisposición genética de alzhéimer similar a la de los grupos clínicos, lo que caracteriza aún más la cohorte Alfa para estudiar los cambios patológicos tempranos de la enfermedad. “Alfa es una de las pocas cohortes en el mundo con una caracterización tan extensiva”, señala Vilor-Tejedor. “Sabíamos que era una cohorte enriquecida en factores de riesgo de alzhéimer, pero con este nuevo estudio hemos dado un paso más añadiendo una nueva dimensión de variables biológicas, que permitirá precisar aún más los estudios de prevención”, concluye la investigadora.