María Teresa Moreno Casbas acaba de convertirse en la segunda enfermera española de la historia en ser investida doctora Honoris Causa. Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 100 enfermeras más relevantes del mundo, fue una de las pioneras en investigación enfermera en España en un momento en el que esta disciplina prácticamente no existía en nuestro país.
De hecho, hasta la instauración del Plan Bolonia en el año 2010, en España no había posibilidad de formarse en enfermería más allá de la diplomatura. Por eso, Mayte -como la conoce todo el mundo- se fue en 1991 a hacer el máster a Montreal, y acabó su doctorado en 2007.
“En aquel entonces, las doctoras en enfermería españolas se podían contar con los dedos de una mano”, asegura a ConSalud.es. Es más: La recientemente investida doctora Honoris Causa por la Universidad de Huelva pertenece a la primera promoción de enfermeras universitarias españolas.
"En aquel entonces, las doctoras en enfermería españolas se podían contar con los dedos de una mano"
Moreno Casbas, desde su puesto de investigadora científica en el área de enfermería y servicios de salud del Instituto de Salud Carlos III y de responsable de la Unidad de Investigación en cuidados y servicios de salud (Investén-isciii), que ella misma creó en 1996, ha vivido de primera mano la constante evolución de la investigación enfermera desde que se instauró el mencionado Plan Bolonia: “Lo primero que tuvimos que hacer al acceder al puesto fue pedir que los líderes de los proyectos de investigación que se financiaban en el Carlos III no tuvieran que tener el título de doctorado, porque estábamos en clara desventaja".
Por eso, señala que lo que más le emocionó del acto de su investidura fue el verse rodeada de tantas personas doctoras en enfermería. “Si esto hubiera ocurrido en 2009, seríamos cuatro gatos”, afirma.
Así, y aunque asegura que “a día de hoy todavía hay que seguir empujando” por ese reconocimiento de la enfermera como investigadora, aquel 2010 supuso un antes y un después y Moreno Casbas se considera “muy contenta” por lo que han conseguido. “Las nuevas generaciones ya ven la faceta científica como una parte más de de su desarrollo profesional, es un movimiento imparable. Podemos ir en igualdad de condiciones con respecto a los otros proyectos, y a día de hoy existen grupos de investigación en cuidados en casi todos los institutos de investigación sanitaria”, presume.
TODO POR MEJORAR LA ASISTENCIA AL PACIENTE
Al final, todo este creciente trabajo de investigación entre las enfermeras tiene como fin último la mejora en la calidad de asistencia al paciente. Desde esa Unidad de Investigación en cuidados y servicios de salud del Instituto Carlos III que ella dirige han conseguido implementar un programa de “centros comprometidos con la excelencia”, mediante el cual cerca de 4.000 enfermeras tratan de aplicar sus resultados de investigación en la práctica clínica.
Tanto, que España es actualmente una “potencia” en todo lo relativo a la aplicación real de los resultados de las investigaciones. Guías para reducir las consecuencias de las caídas, aumento de la lactancia materna, manejo del dolor en las instituciones sanitarias -“ya nadie se plantea que hay que preguntarle a la gente si le duele o no le duele”-, obesidad infantil, pautas para tratar al paciente ostomizado… son solo algunos de los ejemplos que cita la experta. “Una cosa que las enfermeras que empezamos a trabajar en el ámbito de la investigación tuvimos clara desde el primer momento es que no tenemos otro objetivo que no sea mejorar la salud de la población”, insiste.
“Que también nos gustaría publicar y tener un factor de impacto súper alto, no lo vamos a negar. Pero damos más valor a incidir en la salud de la población que a cualquier otra cosa”, añade.
UN RECONOCIMIENTO CONJUNTO
Este fin menos visible que el que podría tener otro tipo de investigador fue uno de los puntos en los que Moreno Casbas incidió en su discurso de investidura. “Si para medir a un futbolista solo se contasen los goles que meten, los porteros se morirían de hambre. Por eso, si a todo el mundo se nos mide por el mismo rasero, hay alguien que sale perjudicado”, ejemplifica.
En dicho discurso, la rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña, también recalcó el hecho de que su Honoris Causa recayese en una mujer, puesto que, según un estudio de la Universidad de Salamanca al que se refirió, el porcentaje de mujeres que han alcanzado el doctorado Honoris Causa en España oscila todavía entre el 2% y el 28%.
"Si a todo el mundo se nos mide por el mismo rasero, hay alguien que sale perjudicado”
Por su parte, Moreno Casbas, que se convierte tras este acto en la segunda enfermera de la historia de España en ser investida doctora Honoris Causa tras el nombramiento de Rosa María Alberdi por la Universidad de Murcia en 2016, también se acordó del conjunto de la enfermería española, sin el cual su “trayectoria y proyección nacional e internacional” no habrían sido posibles.
“La utilización de los resultados de investigación en salud es un programa en el que llevamos trabajando como doce años, y que ha venido para quedarse. La enfermera es una profesión con una capacidad de de trabajo, de empatía y de esfuerzo de la que yo no sé si son conscientes los que mandan en este país”, sentencia.