La inmunoterapia revoluciona el tratamiento del cáncer de cuello uterino y ovario

ESMO 2024 revela avances prometedores en el tratamiento de cánceres ginecológicos, incluyendo nuevas opciones de inmunoterapia y conjugados anticuerpo-fármaco

Doctor que sostiene el modelo de la anatomía (Foto: Canva)
Doctor que sostiene el modelo de la anatomía (Foto: Canva)
CS
16 septiembre 2024 | 11:50 h

Los estudios presentados en ESMO 2024 han identificado nuevos grupos de mujeres con cáncer de endometrio y cuello uterino en etapas iníciales que experimentan un beneficio clínico significativo al incorporar la inmunoterapia a los tratamientos estándar. Además, un estudio preliminar en humanos encontró una actividad antitumoral "prometedora" con un nuevo conjugado anticuerpo-fármaco (ADC) dirigido a la proteína claudina 6 en pacientes con cáncer de ovario y endometrio que habían recibido múltiples tratamientos previos.

Los resultados de un estudio fase 3, aleatorizado y doble ciego, en pacientes con cáncer de cuello uterino localmente avanzado y de alto riesgo, revelaron que la combinación de pembrolizumab con quimiorradioterapia concurrente produjo una mejora clínica significativa en la supervivencia global. A los 3 años, la tasa de supervivencia global fue del 82,6% en las pacientes que recibieron pembrolizumab, en comparación con el 74,8% en el grupo que recibió placebo (p=0,0040); todas las participantes fueron tratadas también con quimiorradioterapia.

"La mejora en la supervivencia global debería llevarnos a cambiar nuestra práctica clínica lo antes posible", señaló la Dra. Isabelle Ray-Coquard, presidenta del Grupo de Investigadores Nacionales para la Evaluación de los Cánceres de Ovario (GINECO) en el Centro LeonBérard de la Universidad Claude Bernard de Lyon (Francia), quien no participó en el estudio.

"La mejora en la supervivencia global debería llevarnos a cambiar nuestra práctica clínica"

La combinación de inmunoterapia con quimiorradioterapia establece un nuevo estándar de tratamiento para pacientes con cáncer de cuello uterino localmente avanzado y de alto riesgo. Aunque en etapas iniciales los tratamientos actuales, como la radioquimioterapia, pueden curar la enfermedad, sus efectos secundarios son significativos. “Necesitamos aumentar las probabilidades de curación con nuevas opciones de tratamiento que se toleren mejor”, añade la Dra. Ray-Coquard.

Además, otro estudio aleatorizado de fase 3 en mujeres con diagnóstico reciente de cáncer de endometrio de alto riesgo descubrió que añadir el inhibidor de puntos de control inmunitarios pembrolizumab a la quimioterapia tras la cirugía no mejoraba la supervivencia libre de enfermedad. Sin embargo, el análisis de subgrupos reveló que las pacientes con tumores conreparación de errores de emparejamiento (dMMR) mostraron mejoras clínicamente significativas en la supervivencia libre de enfermedad con inmunoterapia.

“Aunque este ensayo no es positivo en el conjunto de la población estudiada, nos aporta información importante que indica que las pacientes con tumores endometriales dMMR son más sensibles y reactivas a la inmunoterapia”, afirmó la Dra. Elene Mariamidze, oncóloga médica de la Clínica Todua de Tiflis (Georgia) y presidenta de la Escuela Georgiana de Oncología, que tampoco participó en el estudio.  

Asimismo, Mariamidze subraya que es fundamental que las mujeres con cáncer ginecológico dispongan de nuevas opciones de tratamiento para mejorar los resultados. Los cánceres ginecológicos disponen de menos opciones terapéuticas que otros tipos de cáncer, como el de mama. Muchos cánceres ginecológicos presentan altas tasas de recurrencia incluso tras un tratamiento inicial exitoso, lo que subraya la necesidad de desarrollar nuevas terapias que sean más eficaces y también con menor toxicidad.

Un estudio inicial de fase I en humanos con TORL-1-23, un conjugado anticuerpo-fármaco (ADC) que tiene como objetivo la proteína claudina 6, demostró ser bien tolerado y mostró actividad antitumoral en pacientes con cánceres de ovario y endometrio, quienes ya habían recibido múltiples tratamientos y presentaban expresión de dicha proteína. Los investigadores señalaron que este estudio, evidenció una "actividad antitumoral preliminar prometedora".

En su opinión, la claudina 6 reviste especial interés como diana terapéutica porque su expresión es muy baja en las células sanas. Esto significa que atacar la claudina 6 en las células cancerosas puede reducir el riesgo de dañar las sanas, limitando así la toxicidad del tratamiento. “El siguiente paso consistirá en confirmar la respuesta y su duración, evaluar el efecto sobre la supervivencia sin progresión en un grupo más amplio de pacientes con cáncer de ovario y comprobar la seguridad y eficacia en un ensayo clínico aleatorizado de fase 3”, añadió Ray-Coquard.

“Creo que las terapias combinadas serán el futuro de los cánceres ginecológicos"

“Creo que las terapias combinadas serán el futuro de los cánceres ginecológicos, con posibles combinaciones de inmunoterapia con quimioterapia o radioterapia y agentes dirigidos. También hay un importante margen de crecimiento en el desarrollo de medicamentos personalizados, como las vacunas neoantígenas y la inmunoterapia personalizada basada en el tipo de tumor y sus características moleculares”, explica Mariamidze.

“Los estudios presentados en ESMO 2024 marcan un progreso importante en la investigación del cáncer ginecológico, lo que sugiere que pronto podrían estar disponibles varias opciones de tratamiento nuevas, lo que es muy bueno para nuestras pacientes. El desarrollo de nuevas terapias, como la inmunoterapia, ofrecerá la oportunidad de curar a más pacientes con cáncer ginecológico en fase inicial y, potencialmente, con nuevos ADC prolongar la supervivencia global”, concluyó Ray-Coquard.

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