Si uno hace caso a las predicciones que ha publicado recientemente el Ministerio de Sanidad sobre el estado en el que se van a encontrar las distintas especialidades médicas en materia de recursos humanos en la próxima década, lo cierto es que el futuro de la Inmunología es muy desalentador. Tanto que, según estos datos, su ratio de profesionales actual, que es de 0,5 por cada 100.000 habitantes -la más baja de entre todas las especialidades-, va a pasar a ser directamente cero en 2029 y 2035.
Son unas cifras que, si bien esconden muchos matices a tener en cuenta, requieren de acciones “urgentes y concretas” por parte del Ministerio de Sanidad. Y es que, recuerda a este periódico Silvia Sánchez-Ramón, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), todo parte de la base de que la suya es una especialidad que no solo se compone de médicos, quienes se encargan de la parte clínica: en los servicios de Inmunología también hay biólogos, farmacéuticos y bioquímicos.
“Somos una especialidad multidisciplinar, y esto supone un doble problema: hay pocos puestos, y tenemos que hacer una cobertura tanto de la parte de laboratorio como de la clínica”
“Somos una especialidad multidisciplinar, y esto supone un doble problema: hay pocos puestos, y tenemos que hacer una cobertura tanto de la parte de laboratorio como de la clínica”, apunta Sánchez-Ramón. Así, por ejemplo, de las 34 plazas de Inmunología ofertadas en la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada (FSE) de este año, la mayoría, 16 son para biólogos (BIR). El resto se dividen entre médicos (MIR), que tienen 14, y farmacéuticos (FIR), que ‘solo’ disponen de 4.
Aún con todo ello, lamenta la presidenta de la SEI -quien pertenece a la parte clínica de la especialidad-, las previsiones para Inmunología, como apuntan las cifras que maneja Sanidad, tienen muy mala pinta a día de hoy: “No se puede quedar un área tan esencial desprovista de personas expertas”. “Vamos a discutir a nivel de Ministerio que nos permitan formar a más personas, porque la situación puede ser dramática con las jubilaciones que se van a producir en los próximos años en la especialidad”, alerta la inmunóloga, jefa del servicio del Hospital Clínicos San Carlos.
A ella, al contrario que a otros compañeros de sociedades científicas que también aparecen muy señaladas en el informe, y con los que ha hablado recientemente este periódico, sí que le cuadran las estimaciones del Ministerio de Sanidad: “Desde la junta directiva me han trasladado que las cifras son un fiel reflejo de la realidad, y esto seguramente se debe a que las necesidades de los servicios de Inmunología se han quedado anticuadas y a que las nuevas no se han tenido en cuenta”. Y es que, recuerda Silvia Sánchez-Ramón, la evolución en este campo ha sido enorme en los últimos años, y los inmunólogos son actualmente “asesores” de multitud de unidades.
“No se puede quedar un área tan esencial desprovista de personas expertas”
“En nuestras labores diarias avisamos a otros profesionales clínicos del hospital sobre si un paciente igual no requiere toda la medicación que le están poniendo, lo cual es prevención de infecciones y un ahorro a nivel de gastos sociosanitarios”, destaca la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, quien apunta cómo ahora mismo, por ejemplo, su servicio del hospital madrileño está trabajando codo con codo con el de Reumatología. “Por no hablar de las terapias avanzadas contra el cáncer y otras enfermedades. Están apostando por ellas casi todos los gobiernos, y nuestro papel para que salgan adelante es imprescindible”, añade.
“También llevamos específicamente el área de la inmunología reproductiva para ayudar a las personas que padecen infertilidad, que ya son un 10% de la población y que no la cubre ningún otro especialista: abortos recurrentes, fallos de las técnicas de reproducción asistida… que suponen, además de mucho sufrimiento para los pacientes y las familias, un gasto sociosanitario muy importante. Los tratamos con tasas de éxito muy altas”, insiste Sánchez-Ramón.
UN PROGRAMA FORMATIVO MUY DESFASADO
A pesar de ello, Inmunología ha sido una de las especialidades a las que más les ha costado arrancar en la convocatoria MIR de 2024. El primero que la eligió fue, concretamente, el número de orden 3.439, quien escogió para formarse el Hospital Clínic de Barcelona, mientras que sus mencionadas 14 plazas se agotaron en el 7.567, algo más tarde que en 2023. “Inmunología vivió un pequeño boom con la pandemia de la Covid-19, como también ocurrió en su momento con la del VIH. Se vio el papel tan sobresaliente de sus profesionales, y tuvimos muy buenos números en el MIR. Pero desde entonces hemos ido otra vez hacia abajo”, lamenta la presidenta.
“Hay mucha labor que hacer por parte de nuestra Sociedad para aumentar todo el área de conocimiento de la Inmunología, sobre todo en la carrera de Medicina”, reconoce Silvia Sánchez-Ramón, aunque sus principales esfuerzos están centrados actualmente en actualizar tanto el programa formativo de la especialidad en el propio MIR como los propios servicios de los hospitales. “Cualquier hospital terciario debería tener ya la capacidad de hacer exoma clínico”, reivindica la presidenta de la SEI.