En 2019, 11 rutas domésticas generaron 389.000 toneladas de CO2, que suponen el 12,7% de todas las emisiones del tráfico aéreo nacional, incluidos los vuelos insulares. Estos datos publicados en el informe 'Eliminación de vuelos cortos en España, estudio de impacto y viabilidad' realizado por Ecologistas en Acción invita al Ejecutivo a sustituir 50.000 vuelos cortos por viajes en tren de has cuatro horas, con lo que se ahorraría esas emisiones. Toneladas de CO2 que también liberan los inhaladores presurizados.
Actualmente el 52% de los inhaladores utilizados en España son pMDI, un total de 15 millones de unidades vendidas al año, dirigidas a patologías respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los inhaladores presurizados emiten 400.000 toneladas de CO2, una cifra equivalente a lo que producen 355.000 coches en un año.
"Los propelentes hidrofluorocarbonados (HFC) que contienen los actuales inhaladores de cartucho presurizado (pMDI) contribuyen al calentamiento global"
Como recordó recientemente la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) "los propelentes hidrofluorocarbonados (HFC) que contienen los actuales inhaladores de cartucho presurizado (pMDI) contribuyen al calentamiento global como gases de efecto invernadero".
REDUCIR LA CONTAMINACIÓN
Reducir la huella de carbono también está en la mano de profesionales sanitarios, siempre y cuando las condiciones médicas de los pacientes lo permitan. En estos momentos, existen diferentes propelentes en investigación que reducen un 90% la huella de carbono. Además, distintos fármacos ya disponibles en el mercado disminuyen significativamente las emisiones.
Los inhaladores de polvo seco o de niebla fina producen una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida
Es el caso concreto de los inhaladores de polvo seco o de niebla fina que, según diferentes estudios, producen una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida. En España es posible utilizar dispositivos inhaladores de polvo seco o de niebla fina en nuevos pacientes mayores de 6 años o con flujo inspiratorio > 30 l/min (Guía GEMA 5.2). De hecho, la Aemps recomienda dicho uso "siempre que estos inhaladores se consideren clínicamente adecuados por sus médicos".
Asimismo, el Sistema Nacional de Salud (SNS) cuenta con una normativa que admite cambiar un inhalador presurizado de dosis medida por uno más respetuoso con el medio ambiente. Esta acción ha de ser autorizada por el profesional sanitario, pues, como recoge la agencia reguladora, “estos son los únicos que pueden decidir sobre el cambio de dispositivo de manera individualizada y consensuada con el paciente".
El uso de un inhalador de polvo seco, según distintos informes, permitiría reducir entre un 95 y 98% de huella de carbono por cada inhalador, tanto como si más de trescientos mil coches no rodaran durante un año o se redujeran los vuelos domésticos, como señaló el citado informe de Ecologistas en Acción.