El último informe “Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España 2024” ha vuelto a dejar patente una de las más recurrentes demandas de este colectivo: el pleno reconocimiento e integración de sus especialistas en el Sistema Nacional de Salud. Las últimas cifras que baraja el Consejo General de Enfermería (CGE) apuntan a que existen algo más de 46.000 enfermeras especialistas dentro del total de alrededor de 345.000 en nuestro país.
En esta línea, el Ministerio de Sanidad fija en un 34,5% el número de estas especialistas que se encuentran trabajando en un puesto acorde a su formación y capacidades especializadas. En este sentido, las comunidades autónomas tienen un largo camino para desarrollar plenamente las siete especialidades enfermeras reconocidas en España: matrona, enfermería en salud mental, enfermería del trabajo, enfermería pediátrica, enfermería geriátrica, enfermería familiar y comunitaria, y enfermería médico-quirúrgica (nunca llegó a desarrollarse completamente).
Muchos servicios de salud autonómicos disponen de estas enfermeras, pero no catalogan sus puestos de trabajo como el de una especialista, sino que lo mantienen anclado a nivel de enfermera generalista
La implantación de estas profesionales se presenta desigual a lo largo del territorio nacional y, en muchos casos, el puesto de especialista no conlleva un plus salarial. La única excepción es el caso de las matronas, que por ‘arraigada tradición’ dispone de una posición de privilegio que le hace estar definida en todas las CC.AA. y ligada a un incremento salarial por el nombramiento en una plaza de especialista. El resto de las especialidades, salvo excepción y dependiendo de la CC.AA., tienen un nivel de implementación muy bajo en España.
Muchos servicios de salud autonómicos disponen de estas enfermeras, pero no catalogan sus puestos de trabajo como el de una especialista, sino que lo mantienen anclado a nivel de enfermera generalista para no tener que acometer el incremento salarial oportuno. “Si ejercen como especialistas, deben ser reconocidas y pagadas como tal”, remarcaba a Consalud.es el vicepresidente III del CGE, José Luis Cobos.
DEBERES PENDIENTES
Las enfermeras de Salud Mental son un colectivo que ha venido cobrando cada vez más fuerza en la sanidad pública dada la creciente preocupación por la salud emocional acentuada en los últimos años, especialmente tras la pandemia de Covid-19. Casi todas las CC.AA. han definido esta especialidad con un incremento salarial, a excepción de Murcia y Canarias, donde no aumentan el salario, así como Ceuta y Melilla, donde la categoría profesional no está ni siquiera definida todavía.
Para Geriatría, la categoría profesional no está definida en Andalucía, Cantabria, Ceuta, Galicia, Melilla y País Vasco. Sin embargo, en Canarias y Murcia, sí está definida, pero no conlleva tampoco un incremento salarial
En lo que respecta a las demás especialidades, la Enfermería del Trabajo no está definida en regiones como Aragón, Ceuta y Melilla, asimismo, en Murcia y Canarias sí la tienen reconocida, pero no contemplan incremento salarial. Para Geriatría, la categoría profesional no está definida en Andalucía, Cantabria, Ceuta, Galicia, Melilla y País Vasco. Sin embargo, en Canarias y Murcia, sí está definida, pero no conlleva tampoco un incremento salarial.
Igualmente, en la especialidad enfermera de Pediatría, Andalucía, Ceuta, Melilla y País Vasco no tienen establecida la categoría profesional y, en Canarias y Murcia, está definida, aunque no se reconoce un incremento salarial; y, finalmente, en Familiar y Comunitaria, no está reconocida en Ceuta, Melilla y Madrid, y en Canarias y Murcia reconocen la categoría profesional, pero no el incremento de salario asociado.
El colectivo enfermero reclama urgentemente al Gobierno y a todos los responsables sanitarios de las comunidades autónomas que hagan “un verdadero análisis de cuáles son las necesidades que tiene la población”
Por todo ello, el colectivo enfermero reclama urgentemente al Gobierno y a todos los responsables sanitarios de las comunidades autónomas que hagan “un verdadero análisis de cuáles son las necesidades que tiene la población”, para, en base a ello, saber “qué especialistas son los que deseamos, crear nuevas de ser necesario, así como calcular la cantidad de estos perfiles requeridos en el Sistema Nacional de Salud”, concluye en este sentido José Luis Cobos.
LA ESPECIALIZACIÓN "SALVA VIDAS"
En la misma línea, se ha pronunciado el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, quien también expresa que “tras casi 20 años desde la aprobación de las especialidades, consideramos imprescindible que desde el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas se aborde este tema con seriedad, contando con todas las partes implicadas, para una implementación plena de las existentes y desarrollar aquellas nuevas especialidades de enfermería que sean necesarias, entre las que podría incluirse la de Enfermería de Urgencias y Emergencias”.
“Desde hace años existe evidencia científica que demuestra que contar con enfermeras especialistas salva vidas, reduce estancias hospitalarias y ahorra costes al sistema sanitario"
Por otra parte, el máximo responsable del Consejo General de Enfermería remarca que la formación de las enfermeras y la especialización de los cuidados resultan muy beneficiosos para los propios pacientes. “Desde hace años existe evidencia científica que demuestra que contar con enfermeras especialistas salva vidas, reduce estancias hospitalarias y ahorra costes al sistema sanitario. La formación especializada no es un coste, es una inversión”, sentencia.