Los avances en las nuevas tecnologías, y especialmente en inteligencia artificial y procesos de automatización, han supuesto una revolución para todos los sectores, incluso el de la salud. Como señaló un investigador de Salud en TECNALIA a SaluDigital, solo la inteligencia artificial “tiene el potencial de mejorar el sistema sanitario en muchos aspectos”. Investigación, prevención, diagnóstico, seguimiento, tratamiento… las aplicaciones de la tecnología son muy variadas y tienen implicaciones muy positivas para la labor de los profesionales, pero también pueden ser negativas, como recalca un reciente informe publicado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el trabajo.
Instrumentos como los robots quirúrgicos o los chatbots son ejemplo de lo que ha permitido mejorar la tecnología la asistencia sanitaria: con los primeros se pueden realizar intervenciones mínimamente invasivas, lo que permite que muchas operaciones se puedan realizar de forma ambulatoria y con un postoperatorio más rápido, que reduce el trabajo y los costes sanitarios; con los segundos se facilita que los pacientes tengan acceso a información sanitaria.
Estas y otras herramientas tecnológicas ayudan a realizar diagnósticos más precisos, a categorizar a los pacientes y a encontrar la mejor vía terapéutica para ellos. Todo ello, además de facilitar la labor de los profesionales, también favorece a la sostenibilidad del sistema sanitario y la industria de la salud. Como señala una investigación publicada en MDPI de investigadores italianos, la capacidad de la IA de interpretar bases de Big Data permite optimizar los recursos de “un sector que corre el riesgo de volverse insostenible debido a los altos costes y los largos procesos de atención”, manifiestan los autores.
Reducción de la carga laboral, de los riesgos físicos y de exposición química son, de forma global, sus grandes beneficios
Reducción de la carga laboral, de los riesgos físicos y de exposición química son, de forma global, sus grandes beneficios. Con todo, las oportunidades que ofrecen estos sistemas van unidas al mismo tiempo a riesgos que pueden comprometer la seguridad de los pacientes y de los propios profesionales sanitarios.
RECOMENDACIONES PARA UNAS BUENAS PRÁCTICAS
La inteligencia artificial y la automatización de procesos ofrecen muchas oportunidades, pero también conllevan riesgos éticos y de seguridad que pueden afectar a la calidad de la asistencia sanitaria. En este contexto, la Unión Europea ha aprobado la Ley de Inteligencia Artificial y en el caso concreto de la atención sanitaria estableció la aplicación de la normativa de IA de alto riesgo.
Se ha de abordar preocupación por la pérdida de la interacción humana o la importancia de la formación de los profesionales
También ha intensificado la acción en materia de ciberseguridad en un sector sanitario, señalaron desde la Comisión Europea este mismo miércoles, cada vez más digitalizado que ya enfrenta amenazas y plantea nuevos desafíos.
Desde la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el trabajo también recogen retos en la realidad del profesional sanitario que se han de trabajar, como es la preocupación por la pérdida de la interacción humana o la importancia de la formación de los profesionales.
Para enfrentar estos problemas, la agencia reguladora recoge la importancia de involucrar a los profesionales en su desarrollo, generar confianza en la tecnología y en la ayuda que estas herramientas suponen, adaptar las aplicaciones a las necesidades del personal médico, que los profesionales también sean conscientes de los riesgos y límites de las tecnologías y establecer seguimiento continuo de los sistemas basados en IA.