Los Juegos Paralímpicos de París 2024 han vuelto a poner de relieve la importante labor que desarrollan en nuestro país las instituciones dedicadas al fomento del deporte entre las personas con discapacidad. Entre las mismas, se destaca el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, y por donde han pasado hasta ocho de los atletas participantes en este certamen. Como muchos otros pacientes del centro, iniciaron allí su contacto con el deporte adaptado, primero en su aproximación terapéutica y luego en el ámbito competitivo.
Este mismo año, el Consejo Superior de Deportes reconoció al hospital toledano como Centro de Tecnificación Deportiva para personas con discapacidad, el único en esta región. Si bien, el empleo del deporte como herramienta terapéutica va más allá de medallas olímpicas y supone una de las claves para abordar la complejidad de las lesiones medulares. “La actividad física es la piedra angular de la rehabilitación integral que ofrecemos; contribuye a la mayor independencia, participación social y mejora en la calidad de vida de las personas con discapacidad física”, nos trasladan desde el hospital.
En una primera fase, que coincide con el shock medular causado por el accidente, el esfuerzo se focaliza en un tratamiento de fisioterapia general y respiratoria
El primero que puede corroborar el beneficio de la actividad deportiva en estas personas es José Miguel López, monitor deportivo en el Hospital Nacional de Parapléjicos, quien ha tenido la satisfacción de ver pasar a muchos pacientes y ha observado con satisfacción sus progresos de primera mano. Desde su experiencia, explica a ConSalud.es que “el deporte trae mejoras en la movilidad, en esa capacidad residual tras la lesión; favoreciendo la autonomía individual y, por tanto, un mayor bienestar emocional para el afectado y también su entorno”.
Tras el ingreso, el tratamiento de las personas con lesión medular pasa por diferentes etapas. En una primera fase, que coincide con el shock medular causado por el accidente, el esfuerzo se focaliza en un tratamiento de fisioterapia general y respiratoria. Posteriormente, se pasa a la etapa de sedestación, en la que comienza el aprendizaje y manejo de la silla de ruedas y se entrena al paciente para ganar independencia en las actividades de la vida diaria. “En algún momento de esta segunda fase, según las características del paciente, comienza estrictamente la práctica de deporte”, aclara López.
“Si te sientes bien, te encuentras sano y con autonomía, sin tener que pedir ayuda para muchas cosas, vas a ser una persona más feliz”
De esta manera, la parte fundamental de esta actividad física es primordialmente desarrollar las capacidades corporales para alcanzar cierta independencia. “Si te sientes bien, te encuentras sano y con autonomía, sin tener que pedir ayuda para muchas cosas, vas a ser una persona más feliz”, remarca. A partir de ahí, el hospital ofrece a los pacientes una amplia oferta de actividades deportivas con fines lúdicos o convenios con diferentes federaciones para quienes deseen dedicarse a ello de manera más competitiva.
En este sentido, el centro cuenta con acuerdos de colaboración con entidades como la Federación Española de Deportes para Minusválidos Físicos, el Comité Paralímpico Español, la Federación Castellano-Manchega de Ciclismo para el desarrollo de actividades con bicicletas de mano o la Fundación Emilio Sánchez Vicario para la difusión del tenis adaptado, entre otras. “La colaboración externa es importante, dado que la Administración tiene recursos limitados. Sin entidades que cooperan con una visión social no podríamos tener muchas de estas actividades deportivas”, agradece el monitor.
El catálogo de deportes que se pueden practicar en el Hospital Nacional de Parapléjicos incluye, entre otros, el tenis –de mesa o en pista-, tiro olímpico, baloncesto, bicicleta de mano, artes marciales o golf. “A esto se unen otras experiencias al aire libre como salir en ruta, hacer senderismo, esquí o submarinismo, dependiendo de los pacientes y la demanda que tengamos”, explica López, quien aclara también que, pese a ser recomendado, “no se obliga a nadie a hacer deporte, más allá de la actividad que implique su tratamiento”.
El deporte les da la oportunidad de “construir unas rutinas positivas, tener motivación y objetivos, crear nuevos entornos sociales o fomentar el compañerismo y los valores”
El monitor deportivo aclara que no todas las personas son capaces de mostrar los mismos avances, pero aún así el deporte les da la oportunidad de “construir unas rutinas positivas, tener motivación y objetivos, crear nuevos entornos sociales o fomentar el compañerismo y los valores”. Asimismo, el gimnasio del hospital es un oasis de esparcimiento en el que “nadie lleva bata, todos vamos con chándal, disfrutamos y nos ponemos música. Eso es lo más importante”, sentencia.
INVERSIÓN EN EL HOSPITAL
Esta misma semana, el Gobierno de España ha aprobado una ayuda para el fomento de la Unidad de Deporte del Hospital de Parapléjicos por valor de un millón de euros. Un dinero que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha destinará a la mejora de instalaciones deportivas y los gastos de la unidad de deporte de alto nivel, así como para actuaciones de apoyo para tratamientos, control y seguimiento de deportistas. Una inversión que a buen seguro servirá para ver nuevos atletas en los próximos Juegos Paralímpicos, pero también para que otros logren la más valiosa de las medallas: redescubrirse y seguir adelante con una meta.