Guerrero (SEPC): "La reducción del suicidio es una ventana de esperanza, pero no debemos cegarnos"

Así lo explica el coordinador del Grupo de Trabajo de prevención, intervención y posvención de la conducta suicida de la SEPC, Miguel Guerrero Díaz, en una entrevista para Consalud.es

Miguel Guerrero, coordinador del Grupo de Trabajo de prevención, intervención y posvención de la conducta suicida de la SEPC
27 junio 2024 | 11:00 h
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El suicidio ha dejado de ser la primera causa de muerte externa en nuestro país. Según el INE, 3.953 personas fallecieron por suicidio el pasado año, un 6,5% menos que en 2022. Pese a que el dato parece alentador, los expertos piden prudencia con estas cifras, pues es todavía provisional. Así lo explica el coordinador del Grupo de Trabajo de prevención, intervención y posvención de la conducta suicida de la SEPC, Miguel Guerrero Díaz.

Hasta este momento el suicidio había sido la principal causa de muerte no natural en España de manera ininterrumpida desde 2008. Ahora lo serían las caídas accidentales, pero, "más allá de este cruel ranking de primera o segunda causa, debemos tener en cuenta que son pérdidas de vidas que en una gran proporción se podrían evitar con estrategias de prevención basadas en evidencia y dotadas económicamente por parte de las administraciones públicas", resalta el experto.

Igualmente, el coordinador apunta que se debe tener en cuenta la "extrema complejidad del fenómeno suicida", pues se dan algunas deficiencias en el sistema de registro. Esto hace que, en ocasiones, se "infrarregistren" estos fallecimientos, pues es difícil "discernir en algunos casos la intencionalidad de la persona".

"Son pérdidas de vidas que en una gran proporción se podrían evitar con estrategias de prevención"

No obstante, esta bajada en los casos podría deberse a que los condicionantes (pandemia, crisis financieras, adversidades sociales, barreras asistenciales sanitarias...) "se estén mitigando actualmente y esto tenga un impacto positivo en la curva". Ahora bien, pese a que los datos de este año parezcan mejorar, "lo importante no es analizar la foto, sino la película completa", remarca el experto. 

También cabe preguntarse si la bajada en las cifras del pasado año podría tener algo que ver con el impacto de las medidas adoptadas por elMinisterio de Sanidad, como por ejemplo la puesta en marcha de la línea 024 de atención a la conducta suicida. Sólo durante el mes de mayo de este año, este servicio recibió un total de 13.793 atenciones. Dado que no existen en estos momento indicadores medibles para ver el alcance de estas medidas, por el momento "las acciones puestas en marcha son necesarias, pero claramente insuficientes y se requiere un plan mucho más ambicioso, integral y coordinado para consolidar la tendencia".

"Lo importante no es analizar la foto, sino la película completa"

Por otro lado, el papel de la concienciación y con ella la predisposición a pedir ayuda también podría haber condicionado esta bajada. "Tenemos la impresión de que efectivamente comienza a existir una conciencia social acerca de la importancia de cuidar la salud mental, se están derribando mitos, sesgos, prejuicios y estigma asociados a los problemas de salud mental en general y en la conducta suicida de forma particular", comenta el coordinador, "pero aún estamos lejos de alcanzar una sociedad informada, alfabetizada, más compasiva e inclusiva que permita generar un entorno de seguridad y protección para revelar sin miedo estos problemas". 

"Quizá para un grupo de la población, esta mayor conciencia les impulse a pedir ayuda y no esconder su sufrimiento, peroaún existen muchos colectivos donde persisten estas conductas discriminatorias, de rechazo y falta de compasión como las personas con enfermedad mental grave, personas sin hogar, supervivientes y sobrevivientes de suicidio, personas víctimas de abusos o pertenecientes a colectivos socialmente vulnerables por citar algunos", lamenta.

LOS HOMBRES, GRUPO DE RIESGO

Por otro lado, es necesario también poner el foco en el caso de los hombres, pues llevan a cabo el 75% de los suicidios en nuestro país. "Es un problema social ligado especialmente al varón", afirma Guerrero, lo que requeriría "acciones preventivas dirigidas específicamente al hombre de todas las edades". Al respecto de las posibles explicaciones sobre este fenómeno, "se ha argumentado una mayor intencionalidad, una mayor determinación, un mayor acceso y conocimiento de métodos altamente letales".

"Se requerirían acciones preventivas dirigidas específicamente al hombre"

También aquí se debe tener en cuenta "el abuso del alcohol, la baja necesidad percibida o la falta de petición de ayuda". Así, "existen factores sociales y culturales ligados a la masculinidad, valores tradicionales, educación, roles asignados al varón, presión evolutiva, estereotipos de género y mandatos del patriarcado que hacen mucho daño y no se habla sobre ello".

UNA MIRADA HACIA EL FUTURO

Pese a que todavía debamos ser cautos con los datos, no dejan de ser una mejoría, por lo que podríamos esperar una continuidad en esta mejora "siempre y cuando exista una voluntad social, política e institucional al respecto". El dato "es sin duda una ventana de esperanza, pero no debemos cegarnos ante una realidad persistente. Esto es un recordatorio de la importancia de mantenernos activos y comprometidos con la mejora continua de nuestros sistemas de salud, apoyo, reducir las desigualdades sociales, la mayor protección social y prestaciones públicas de calidad, universales, gratuitas y accesibles a la población".

"Necesitamos generar vidas que merezcan la pena ser vividas"

En cuanto a las medidas que sería importante aplicar, "habría que empezar por hacer campañas de sensibilización, promover la conciencia social, derribar sesgos y mitos sobre el suicidio y alfabetizar a la población". Tamibién sería necesario impulsar la investigación y recopilar más datos, así como crear espacios seguros limitando el acceso a métodos letales y proteger a los jóvenes del impacto negativo en las redes sociales e internet y de los determinantes sociales.

"Necesitamos generar vidas que merezcan la pena ser vividas, que generen sentidos de vida, que garanticen una vida digna a las personas y dirigir todos nuestros esfuerzos a habilitar razones de vida, crear vínculos saludables entre la comunidad, aliviar el sufrimiento, infundir esperanza y evitar la desconexión social de las personas", concluye Miguel Guerrero.

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