Un equipo de investigadores internacionales han descubierto un importante componente inmunológico que ofrece protección contra la infección por 'Staphylococcus aureus' resistente a la meticilina (SAMR), lo que abre la puerta a esperanzadores descubrimientos futuros. El Staphylococcus aureus, conocido principalmente por su variante resistente a los antibióticos SAMR, es una de las principales causas de infecciones adquiridas tanto en la comunidad como en el hospital. Según los datos más recientes, el SAMR mató a unas 120.000 personas en 2022 en todo el mundo y muchas más murieron a causa de cepas de S. aureus sensibles a los antibióticos.
Sin embargo, hasta ahora todos los intentos de desarrollar una vacuna protectora contra el S. aureus han sido infructuosos. La nueva investigación de Amsterdam UMC, en colaboración con UMC Utrecht Leiden University (ambos en Países Bajos) y University of California, San Diego (Estados Unidos), ha sido publicada en 'Cell Reports Medicine'.
"Nuestros hallazgos desafían directamente la forma actual de pensar sobre las infecciones estafilocócicas. En general, se supone que el reconocimiento de S. aureus por los anticuerpos IgG, que ayudan a las células inmunes a matar el estafilococo, es clave para ofrecer protección. En este estudio, proponemos que esta podría no ser la respuesta. Demostramos que no son los anticuerpos IgG, sino los IgM, los que se requieren para eliminar S. aureus durante una infección", afirma Nina van Sorge, profesora de Microbiología Traslacional en Amsterdam UMC.
"Este hallazgo desafía directamente la forma actual de pensar sobre las infecciones estafilocócicas”
El equipo de investigación, dirigido por el profesor van Sorge y la doctora Astrid Hendriks, investigadora posdoctoral de su grupo, exploró la presencia de anticuerpos que reconocen S. aureus en la sangre de individuos sanos. Se centraron en azúcares concretos, que forman una especie de capa de azúcar alrededor de la bacteria. Descubrieron que casi todos los individuos sanos tenían anticuerpos IgG e IgM que podían reconocer estas capas de azúcar. "Todos tenemos altos niveles de anticuerpos contra la capa de azúcar de S. aureus, ya que estamos expuestos a esta bacteria varias veces a lo largo de nuestra vida sin enfermarnos. Sin embargo, no sabemos qué anticuerpos nos impiden enfermarnos", explica Hendriks.
En el laboratorio, los anticuerpos IgM fueron significativamente más eficaces que los IgG para matar las bacterias. "Los anticuerpos IgG ofrecen protección contra patógenos bacterianos en general y son de hecho críticos para el efecto protector de las vacunas contra, por ejemplo, infecciones neumocócicas y meningocócicas. Pero en el caso del S. aureus, es más complejo. Esta inteligente bacteria ha desarrollado formas de burlar nuestro sistema de defensa, y en particular los anticuerpos IgG, lo que en parte explica por qué sigue causando tantos problemas", relata van Sorge. Sin embargo, los investigadores descubrieron que el S. aureus no contrarrestaba los efectos de los IgM.
“Staphylococcus aureus ha desarrollado formas de burlar nuestro sistema de defensa, y en particular los anticuerpos IgG”
Finalmente, descubrieron que los pacientes con infecciones del torrente sanguíneo por S. aureus potencialmente mortales en realidad tenían niveles mucho más bajos de anticuerpos IgM específicos de la capa de azúcar en la sangre que los individuos sanos. Es importante destacar que los pacientes que no sobrevivieron a la infección tenían la menor cantidad de anticuerpos IgM.
Los investigadores plantean la hipótesis de que los niveles insuficientes de anticuerpos IgM específicos de la capa de azúcar aumentan el riesgo de infecciones estafilocócicas graves e incluso la mortalidad. Aunque se necesita más investigación para validar esta hipótesis, estos hallazgos proporcionan nuevos conocimientos importantes que pueden dar forma al desarrollo futuro de vacunas y otras terapias de refuerzo inmunológico.