La actualización de los programas formativos de las especialidades médicas es una demanda que desde hace años se solicita desde distintas instituciones. El Foro de la Profesión Médica se ha mostrado unánime en la reclamación de una publicación urgente de los programas formativos actualizados de las especialidades médicas, después de la última reunión organizada por FACME el pasado 13 de septiembre con sus 46 sociedades científico-médicas.
En esta reunión se puso de manifiesto la anomalía que supone que haya especialidades cuyos programas no se han actualizado oficialmente desde hace más de 25 años y que el 70% de los programas oficiales tengan más de 15 años de antigüedad, todo ello pese a los trabajados de actualización realizados por muchas de las comisiones de las especialidades médicas.
En este sentido, el Foro considera que esta situación de parálisis que se viene manteniendo en los últimos años no es acorde con un funcionamiento normal de la Administración Pública y debe corregirse de inmediato. “No se puede achacar a la existencia de un Gobierno en funciones o a un cambio en la cartera ministerial la paralización de estas cuestiones, que denotan una falta de funcionamiento operativo y que incluso ha provocado dimisiones en la presidencia de alguna de las Comisiones Nacionales de la Especialidad”, señala la institución.
El Ministerio de Sanidad se comprometió a actualizar 15 especialidades en el próximo año y el resto en el año siguiente
Las organizaciones del Foro acogieron con satisfacción el compromiso manifestado por la dirección general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad en esa reunión con sociedades científicas de septiembre para actualizar 15 especialidades en el próximo año y el resto en el año siguiente, para lograr una actualización completa en el plazo de dos años.
Precisamente para lograr este objetivo, desde el Foro de la profesión manifiestan su voluntad de colaborar para que las actualizaciones de los programas formativos se plasmen en un documento oficial lo antes posible. Se trata, recuerdan, de una reivindicación de seguridad clínica, que obliga a mantener actualizados los mapas de conocimientos y competencias de cada una de las especialidades que los profesionales deben asumir para desarrollar su labor asistencial.