Las formas en el mensaje de la Comisionada de Salud Mental generan malestar en el sector

La presentación del plan integral de prescripción de psicofármacos ha dejado mensajes sobre los determinantes sociales de salud mental que vuelven a cuestionar la labor de los profesionales sanitarios

Belén González Callado, nueva directora del Comisionado de Salud Mental

La Comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, Belén González, ha anunciado este jueves ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados un nuevo plan de acción 2025-2027 en el que recoge un impulso para mejorar la prescripción de psicofármacos en el que, de nuevo, ha hecho alusión a los determinantes sociales como principal causas de los problemas de salud mental actuales. “Con frecuencia identificamos que lo que realmente necesita un paciente no es un psicólogo, sino un abogado laboralista”, manifestó.  

Para dar respuesta a esta situación el plan integral busca la deprescripción de psicofármacos y la mejora del uso de psicofármacos dirigida tanto a los equipos de Atención Primaria, de la red de salud mental especializada y con información que empodere a la población general. El objetivo es poder prescribir, matizó la comisionada, “grupos de deporte en lugar de rubifén, asociaciones feministas en lugar de sertralina, o un sindicato en lugar de lorazepam”. Unas alusiones que se refieren más a la medicalización de los problemas de la vida diaria que a las enfermedades de salud mental.

Como explica a ConSalud.es Verónica Olmo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), durante la presentación de lo que se habló es de las situaciones diarias y de activos no farmacológicos que mejoran la salud mental: “Buenas políticas laborales en la que entiendo están implicados los sindicatos, ejercicio físico y otros como la alimentación, una buena higiene del sueño, mantener buenas relaciones sociales y familiares…”.

“Hay una importante medicalizacion de los problemas de la vida diaria"

El 8% de la medicación que se receta en Atención Primaria son benzodiacepinas, tal y como expresó hace unos meses Mónica Palomino, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del GT de Salud Mental de SEMERGEN a este medio. “Hay una importante medicalizacion de los problemas de la vida diaria por falta de recursos sociales, falta de buenas políticas laborales y de conciliación familiar, falta de tiempo en consultas de Atención Primaria y la forma de vida que llevamos que está muy lejos de ser una vida humana”, señala Olmo, quien añade “la falta de habilidades para la resolución de problemas y la capacidad de sentir malestar y frustración".

Sin embargo, esta medicalización de los problemas de salud mental o el trabajo con los activos no farmacológicos no es en lo que radica la atención de los Servicios de Salud Mental de los hospitales y las Unidades de Psiquiatría en el abordaje de las enfermedades mentales, como denuncian diferentes profesionales.

PSIQUIATRÍA REIVINDICA SU LABOR

La Psiquiatría es un campo muy complejo en el que todavía se sigue avanzando. No solo son cuestiones de los determinantes sociales los queafectan a estas enfermedades, también influyen factores ambientales, genéticos…  “Están hablando de constructos sociales y no de trastornos mentales”, denuncia a este medio Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental, jefe del departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos.

“Están hablando de constructos sociales y no de trastornos mentales”

“La Agencia Española del Medicamento y el Ministerio de Sanidad cuentan con guías para la prescripción de medicamentos que ellos han aprobado, estas son las guías que se siguen”, recuerda Arango. “Lo que está ocurriendo al final es una disociación entre la palabra y la acción”. El experto recuerda que estos tratamientos se utilizan para tratar enfermedades como esquizofrenia, trastornos obsesivos compulsivos o de la conducta. Patologías que tienen una importante carga en la calidad de vida de las personas y que están detrás de muchas muertes e intentos autolíticos.

“De estos pacientes y de su atención clínica no dicen nada. Al final con estos mensajes se está insultando a los pacientes y a sus familiares y demostrando un desconocimiento absoluto de la Psiquiatría”. Como indica el jefe del departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, está demostrado que los activos no farmacológicos influyen en la mejora de la salud mental o en la prevención del desarrollo de enfermedades psiquiátricas, y, de hecho, “forman parte muy importante del tratamiento, con atención psicosocial, rehabilitación laboral o rehabilitación social”. Una parte dentro de la complejidad de la Psiquiatría y que se suma al tratamiento farmacológico.

Ideas que subraya la consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fátima Matute. Preguntada por los medios ha señalado que estos mensajes “frivolizan la enfermedad mental y la están estigmatizando”. Asimismo, son expresiones con las que se pone en peligro la salud de los pacientes y se pone en duda la labor de los profesionales sanitarios, en especial de la Psiquiatría, cuando prescriben psicofármacos y, ha enfatizado, cuando realizan también una prescripción social. “En los hospitales ya se trata de forma global a los pacientes. Decir que los tratamientos matan y que hay dar menos fármacos puede hacer mucho daño depende de cómo se cuente”, ha rematado Matute.

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