Las comunidades autónomas invierten una media de 36.500 euros al año por cada médico MIR (y enfermeros, psicólogos, biólogos, etc.) que tienen en formación en su sistema sanitario. Así se desprende del último informe de gasto sanitario público del Ministerio de Sanidad, que estima que en 2015 se gastaron un total de 1.052 millones de euros en “docencia MIR” (desde entonces las cantidades sólo han crecido ligeramente).
Teniendo en cuenta que, según el último Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS), ese año había un total de 28.749 residentes formándose en las diferentes especialidades sanitarias, el coste anual por cada profesional ronda los 40.000 euros. El 99% de este gasto, señala Sanidad, hace referencia a la remuneración del personal, mientras que el 1% restante son gastos en “consumo intermedio”.
En el caso de los médicos, por su parte, y teniendo en cuenta que su salario va aumentando conforme pasan los años de residencia, en consonancia con el aumento de su responsabilidad con los pacientes, el coste global para el sistema de formar a un facultativo en una especialidad MIR de cinco años es de unos 98.000 euros. Así ocurre, por ejemplo, en Valencia, donde el primer año de residencia el médico tiene un sueldo anual de 16.000 euros, que se va incrementando hasta alcanzar los 23.000 euros el último año. En Cataluña, por su parte, el coste total se reduce a 92.000 euros.
El salario del MIR puede llegar a aumentar hasta un 40% a lo largo de la residencia
A ello, sin embargo, habría que sumarle la retribución que cada MIR recibe por las guardias médicas que realizan cada mes (el precio por cada guardia ronda los 200 euros), por lo que el coste final a lo largo de cinco años de formación podría casi duplicarse en muchos casos.
ESCASO PESO EN EL GASTO GLOBAL
Pese a ello, sin embargo, el dinero que dedican las autonomías a pagar a sus residentes apenas supone un 3,9% del gasto total en personal en el Sistema Nacional de Salud. En autonomías Cataluña o Navarra, por ejemplo, este porcentaje se reduce incluso al 2,7% y al 2,8%, respectivamente.
Todo ello, además, teniendo en cuenta que, como denuncian los propios facultativos, en buena parte de las autonomías los MIR acaban asumiendo la mayor parte de la carga asistencial de los hospitales y centros de salud públicos.