Formación especializada en neurología neonatal: “El futuro del bebé prematuro depende de detalles”

Juan Arnáez, presidente de la Fundación NeNe, reivindica la necesidad de formación especializada para los profesionales que trabajan en las unidades de neonatología de los hospitales

Bebé recién nacido (FOTO: Freepik)
Bebé recién nacido (FOTO: Freepik)
Manuel Gamarra
27 noviembre 2024 | 12:25 h
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Actualmente nacen en España alrededor de 330.000 niños al año, de los cuales más de 20.000 (6%) son prematuros, es decir, nacidos antes de las 37 semanas de gestación. Además, en los últimos 20 años se han incrementado en un 200,4% los nacimientos de grandes prematuros, nacidos antes de las 32 semanas. A pesar de ello, en nuestro país todavía no existe una especialización concreta, reglada y homogénea enfocada en este campo, más allá de la que se ejerce desde la propia especialidad de pediatría, y esa es la razón por la cual Fundación NeNe, que se dedica a la promoción y formación de la neurología neonatal -entre los recién nacidos-, lleva tiempo pidiendo la urgencia de la especialización de los profesionales sanitarios que atienden a bebés prematuros y la universalización de la atención temprana para todos ellos.

Y es que uno de los mayores riesgos a los que están expuestos los neonatos es el daño cerebral sobrevenido, una lesión que se produce de manera aguda e imprevista durante el nacimiento o poco después de este, que sufren aproximadamente 5 de cada 1.000 recién nacidos y que es mucho más frecuente entre los prematuros. A nivel general, explica a ConSalud.es el doctor Juan Arnáez, neonatólogo en el Hospital Universitario de Burgos y presidente de la Fundación NeNe, España aún no reconoce ninguna de las muchas subespecialidades que existen dentro de la pediatría; algunas están “casi”, pero, denuncia el experto, ese no es el caso de la suya.

No es lo mismo cuidar a un bebé de 500 gramos que a un niño de 13 años, y por eso no entendemos que el cuidado del recién nacido no lo haga una persona con una formación específica”, indica Arnáez. En su caso, además, al tratarse de una subespecialidad pediátrica (neurología neonatal) dentro de otra subespecialidad pediátrica (cuidado nenonatal), la complejidad es aún más grande que en el resto. “Si todavía no está reconocida la neonatología, no nos atrevemos ni a hablar de la neurología neonatal”, lamenta.

“No es lo mismo cuidar a un bebé de 500 gramos que a un niño de 13 años, y por eso no entendemos que el cuidado del recién nacido no lo haga una persona con una formación específica”

Es, a fin de cuentas, una de esas grandes desconocidas dentro del mundo sanitario. “Esto a la gente de la calle igual le suena como algo muy extraño o poco frecuente, pero no lo es tanto: el infarto, por ejemplo, tiene la misma prevalencia en el recién nacido que en el adulto”, recuerda el pediatra, quien señala, eso sí, que la mayor parte de las acciones que se llevan a cabo con los recién nacidos están enfocadas a proteger su cerebro en desarrollo, es decir, al mencionado ámbito de la neurología neonatal.

Hemorragias de encefalopatía, falta de oxígeno, meningitis… los riesgos cerebrales, cita, son muchos, y más frecuentes, añade, entre los prematuros: “Este año, por el Día Mundial del Niño Prematuro, hemos querido poner el foco en la necesidad de que los centros que atienden a bebés prematuros tengan profesionales formados específicamente en eso. Sí que es cierto que, en la mayoría, los médicos que atienden son neonatólogos, pero con las enfermeras es algo diferente, porque las van cambiando con más frecuencia y atienden a todo tipo de niños”.

Son muchos los movimientos a realizar con estos bebés que requieren de especial atención, desde no levantar las piernas más de 45 grados a la hora de cambiarles el pañal para que no se produzcan cambios bruscos en la presión sanguínea, hasta no girarles la cabeza bruscamente para que no se compriman los vasos sanguíneos del cuello y esto favorezca la hemorragia. “Son cosas que parecen una tontería, pero el futuro del bebé prematuro suele depender de detalles, y este es uno de ellos, que muchas enfermeras no conocen”, asegura el especialista. Aún así, apunta: cerca del 70% de la evolución favorable de un bebé depende de las enfermeras, por lo que su papel resulta clave en las unidades de cuidados, y de ahí la importancia de que estén formadas correctamente en recién nacidos y bebés prematuros.

"El infarto tiene la misma prevalencia en el recién nacido que en el adulto”

Pero no solo hay médicos y enfermeros: también otros profesionales, como los fisioterapeutas o los logopedas, intervienen en las unidades de neonatales, “pero especializados ya no en el prematuro, sino en el neonato, no hay apenas”. Incluso en la mayoría de los hospitales generales, señala Arnáez, los fisioterapeutas que atienden a los recién nacidos son los mismos que atienden a los adultos. “No tiene nada que ver la estimulación que se le hace a un bebé prematuro para que coordine mejor el chupar, tragar y respirar, que a un niño de siete años. Queremos que a un bebé de 500 gramos lo atienda un profesional formado para ello”, insiste.

PRIMERO EL RECONOCIMIENTO DE LOS QUE YA ESTÁN, LUEGO FORMACIÓN

Antes de formar a los pediatras interesados en este campo, María del Mar Rodríguez Vázquez del Rey, miembro de la Comisión Nacional de la especialidad, ya indicó a este periódico que el programa formativo de pediatría contempla que el último año de la residencia está reservado para que los futuros especialistas decidan en qué área específica quieren formarse-, Fundación NeNe reivindica la necesidad de que los equipos de neonatología estén formados por el personal adecuado, que lo hay, y mucho. Una de las fórmulas podrían ser los diplomas de capacitación específica, pensados precisamente para contemplar las subespecialidades.

Después, claro está, y como se comentaba al comienzo del artículo, homogeneizar la formación, y que no se limite a una rotación durante el último año de residencia. “Esto es como en el paciente adulto. Tú tienes al internista, que sabe un poco de todo, pero si hay daño cerebral, el que viene es el neurólogo. Pues en la neonatología pasa igual”, señala Arnáez. “Los datos han demostrado que con neurólogos neonatales se reduce la cantidad de fármacos para convulsiones, el tiempo de estancia en los hospitales, los costes, la satisfacción de las familias es mayor, pero esto no se traduce en que la administración lo entienda igual”, sentencia.

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