A pesar de que la supervivencia después de un diagnóstico de cáncer haya aumentado con el paso de los años, el pronóstico sigue siendo grave en los casos detectados en fases avanzadas, con metástasis o resistencia a las terapias habituales. En esta línea, el trabajo colaborativo desarrollado por el grupo de Patología Molecular Traslacional del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el grupo de Química Farmacéutica (GQF) de IQS School of Engineering (Universitat Ramon Llull), estudia un inhibidor de una vía relacionada con la resistencia a quimioterapia e inmunoterapia. Este bloqueo de los mecanismos de malignidad del tumor incrementaría la eficacia de los tratamientos.
“La inhibición de esta vía no tiene un efecto antitumoral por sí misma, pero si se administrara conjuntamente con quimioterapia o inmunoterapia evitaríamos que las células tumorales sobrevivieran y mejoraríamos los resultados"
El descubrimiento de la proteína MNK1 como una posible diana terapéutica para el tratamiento del cáncer, ya se había identificado en estudios previos liderados por el Dr. Santiago Ramon y Cajal, jefe del grupo de Patología Molecular Traslacional del VHIR, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Vall d’Hebron y jefe de grupo del CIBERONC. Más concretamete, MNK1 es la encargada de activar el factor eIF4E, considerado de mal pronóstico de muchos tipos de tumores por permitir que las células tumorales sobrevivan a las terapias.
El trabajo se inició con la tesis doctoral de la Dra. Elisabeth Bou, centrada en el estudio del fármaco EB1 que bloquea MNK1 y, por lo tanto, también la activación del factor eIF4E.“La inhibición de esta vía no tiene un efecto antitumoral por sí misma, pero si se administrara conjuntamente con quimioterapia o inmunoterapia evitaríamos que las células tumorales sobrevivieran y mejoraríamos los resultados obtenidos con estos tratamientos”, explica el Dr. Stefan Hümmer, investigador del grupo de Patología Molecular Traslacional del VHIR y del CIBERONC.
Una de las características del fármaco EB1 es que presenta un mecanismo de actuación novedoso que disminuye los efectos secundarios que producen otros tipos de inhibidores de MNK1. “Los inhibidores habituales impiden la función principal de MNK1, pero pueden producir la activación indeseada de funciones secundarias. En cambio, en este estudio llevado a cabo en células, hemos comprobado que EB1 inactiva MNK1 por completo y evita así que se causen efectos indeseados”, asegura el Dr. José I. Borrell, director del grupo de Química Farmacéutica (GQF) de IQS School of Engineering (Universitat Ramon Llull). Además, el fármaco EB1, tiene la capacidad de inhibir por sí solo el crecimiento de células tumorales, mientras que el resto de inhibidores no ofrecen esta posibilidad. Reduciendo de esta manera las dosis necesarias de quimioterapia y los efectos secundarios.
"En este estudio llevado a cabo en células hemos comprobado que EB1 inactiva MNK1 por completo y evita así que se causen efectos indeseados”
Este trabajo en fase de desarrollo preclínico tiene el objetivo de llegar a la práctica clínica, por ello, actualmente se está estudiando qué combinaciones con tratamientos existentes, tanto de quimioterapia como de inmunoterapia, permiten mayores beneficios para los pacientes. En el caso de la inmunoterapia, EB1 podría evitar que las células tumorales escapen del reconocimiento del sistema inmunitario, una de las razones por las que estos tratamientos pueden no tener buenos resultados.“Estamos comenzando a estudiar su eficacia en cáncer de mama y de próstata, pero pensamos que es posible aplicarlo para cualquier tipo de tumor porque los mecanismos de resistencia a la mayoría de los tratamientos son similares”, concluye el Dr. Santiago Ramon y Cajal.