Los virus, hongos y parásitos tienden a evolucionar, y esto provoca que las infecciones sean más complicadas de tratar. Cuando se da una resistencia a los antimicrobianos (RAM), las infecciones se agrava y los medicamentos para tratarlas ya no tienen efecto. Asimismo, el riesgo de enfermedades muy graves, tanto como la muerte, aumentan.
Por eso, desarrollar nuevas formas de matar bacterias es una necesidad científica de urgencia. Puesto que, la mayoría de los antibióticos convencionales dejarán de ser eficaces en 2050 debido a los niveles de resistencia que habremos desarrollado.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD DE MAYNOOTH
Ante ello, un estudio publicado en la revista “Chem”, descubrió unas moléculas eficaces para matar bacterias y con una toxicidad muy baja para las células humanas . Aprovechando los principios de la química supramolecular, los investigadores lograron este avance que podría poner fin a una de las problemáticas más relevantes en medicina.
El investigador principal Luke Brennan del Departamento de Química de la Universidad de Maynooth (Irlanda), afirma que: "Estamos descubriendo nuevas moléculas y observando cómo se unen a los aniones, que son sustancias químicas cargadas negativamente que son extremadamente importantes en el contexto de la bioquímica de la vida. Estamos sentando las bases fundamentales que podrían resultar útiles en la lucha contra diversas enfermedades, desde el cáncer hasta la fibrosis quística".
En 2019 murieron más de 1,2 millones de personas debido a las infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos
Su trabajo consiste en el uso de transportandores iones sintéticos y es la primera vez que los investigadores demuestran que una entrada de sal -compuesta por iones de sodio y cloruro- en la bacteria pueden desencadenar una serie de eventos bioquímicos que llevan a la muerte de las células bacterianas. Este método poco agresivo para el organismo humano es capaz de combatir las cepas resistentes a los antibióticos actualmente disponibles como ocurre en la infección de 'Staphylococcus aureus' con el antibiótico de la meticilina (MRSA).
Elmes explica el mecanismo: "Estas moléculas sintéticas se unen a los iones de cloruro y los envuelven en una 'manta grasa' que les permite disolverse fácilmente en las membranas de las bacterias, arrastrando a los iones durante el viaje e interrumpiendo el equilibrio iónico normal.”.
Los resultados de este estudio han allanado el camino para los posibles desarrollos de transportadores de aniones como una alternativa a los antibióticos que hoy tenemos. Un avance muy necesario y urgente que necesitamos para frenar el problema de la resistencia a los antimicrobianos.