Farmacia Rural: "Seguimos esperando aplicar las labores extras recogidas en el protocolo nacional"

La realidad de la farmacia rural vivió una ventana de esperanza con la firma en marzo de un programa para el ámbito. Hablamos con la propietaria de la farmacia rural en la localidad riojana de Briñas, Ana Esteban López, para conocer el panorama actual

La farmacéutica rural, Ana Esteban López, frente a su consulta al lado del presidente del Colegio de Farmacéuticos de La Rioja. (Foto: COFLR)
La farmacéutica rural, Ana Esteban López, frente a su consulta al lado del presidente del Colegio de Farmacéuticos de La Rioja. (Foto: COFLR)
Javier Leunda, redactor ConSalud.es
21 mayo 2023 | 00:00 h

El pasado mes de marzo la, por entonces, ministra de Sanidad, Carolina Darias, participó junto a la vicepresidenta Tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; y el presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, en el acto de firma del protocolo nacional para el fomento del desarrollo del programa ‘Farmacia Comunitaria Rural: Atención Sociosanitaria de las personas que residen en áreas rurales o en despoblación desde las farmacias rurales’. Este evento que se desarrolló en la localidad de Briñas (La Rioja), un municipio de apenas 200 habitantes que ejemplifica la importancia de la asistencia sociosanitaria y farmaceútica en entornos rurales.

La propietaria de la farmacia rural de esta pedanía riojana, Ana Esteban López, fue testigo de primera mano de este solemne acto de reconocimiento a su labor y a la del resto de farmacéuticos de la España ‘vaciada. Hoy, lejos de los focos y del protocolo del momento, atiende a ConSalud.es para describirnos su realidad diaria y hacer una radiografía de la situación actual de estos profesionales al servicio del ciudadano. En primer lugar, aclara que la elección de su farmacia en Briñas como imagen de la farmacia rural española constituyó “todo un honor y una fuente de responsabilidad para seguir acometiendo su trabajo”. Un acto que fue preparado “con mucho cariño” desde todas las partes implicadas.

“Sí han variado las herramientas de trabajo, que nos han facilitado la vida. Yo empecé con una máquina registradora y recetas manuscritas. Ahora es todo electrónico”

La farmacéutica se remonta 25 años atrás, cuando tomó las riendas de su negocio y asegura que desde entonces “la esencia” de la atención farmacéutica no ha cambiado. Bien es cierto que, como en todos los campos de la sociedad, las nuevas tecnologías han venido a agilizar los procesos. “Sí han variado las herramientas de trabajo, que nos han facilitado la vida. Yo empecé con una máquina registradora y recetas manuscritas. Ahora es todo electrónico”, rememora. A nivel empresarial, Esteban también destaca que “la facturación ha bajado porque el precio de los medicamentos financiables ha disminuido y continúa disminuyendo”, una incidencia que las farmacias pequeñas han logrado compensar con un “aumento en el margen de beneficio”.

Al margen de las carencias que puede encontrar un negocio farmacéutico en una localidad de pocos habitantes y que obliga a “tener la calculadora en la mano”, también se presentan otra serie de beneficios intangibles que hacen este trabajo “mucho más gratificante”. El hecho de conocer de primera mano a todos tus clientes, o más bien “vecinos”, hace que se establezca un vínculo muy diferente al de las grandes ciudades. La farmacéutica riojana asegura que “no cambiaría” ni un ápice la ubicación de su punto de atención y que “no hay nada malo” en asistir en una farmacia rural. “La cercanía con las personas y el agradecimiento que desprenden es lo que más atractivo me resulta de mi trabajo”, remarca.

“Los familiares de la gente más mayor están pendientes de ellos, pero si pasan por la farmacia estoy atenta a cualquier irregularidad en su comportamiento y salud para poder trasladárselo a los allegados o al médico"

No en vano, las farmacias comportan una serie de beneficios sociosanitarios al ser puntos que aseguran el correcto flujo de las cadenas de suministro de medicamentos al ciudadano, luchando frente a las resistencias antimicrobianas, participando en labores de farmacovigilancia y, además, por su mera presencia en las localidades españolas, ayudan a combatir la creciente despoblación. En relación a las farmacias como factor de cohesión que puede mantener a las personas habitando en las zonas rurales, cabe destacar otra importante realidad; el envejecimiento poblacional.

En su gran mayoría las pequeñas localidades y pedanías de nuestro país presentan un importante envejecimiento en sus vecinos. Algo en lo que la localidad riojana de Briñas no es una excepción.He observado que la gran mayoría de la gente mayor quiere vivir el máximo tiempo posible en sus casas y cuando se hacen dependientes están más cómodos teniendo la farmacia en el pueblo”, señala Ana Esteban. De este modo, se desprende que una farmacia en un pueblo es algo más que un mero punto de dispensación de fármacos. “Los familiares de la gente más mayor están pendientes de ellos, pero si pasan por la farmacia estoy atenta a cualquier irregularidad en su comportamiento y salud para poder trasladárselo a los allegados o al médico. Esa labor puede hacer en un momento dado que algunas necesidades las tengan cubiertas”, se congratula.

MEDIDAS NECESARIAS

En esta línea, el mencionado protocolo impulsado por los profesionales farmacéuticos y la Administración se centró en siete áreas de trabajo encaminadas a garantizar el acceso a los medicamentos y productos sanitarios; la participación de la red de farmacias integradas el medio rural en la asistencia farmacéutica de los centros sociosanitarios de la zona; incorporarlas en programas y actividades de fomento de la salud pública; impulsar su colaboración en acciones del ámbito social; reducir los niveles de soledad y de aislamiento social en el ámbito rural; fomentar la detección temprana de vulnerabilidad de personas con discapacidad -dependencia, alzhéimer u otras demencias-; potenciar la digitalización de las farmacias.

“Necesitamos una garantía de supervivencia y este protocolo que se ha firmado nos viene como anillo al dedo. En un futuro, no demasiado lejano, esperamos aplicar todas esas labores extras que se contemplan en el convenio”

Un documento, rubricado el pasado 1 de marzo, tras el que “aún no se ha notado ningún cambio”. “Necesitamos una garantía de supervivencia y este protocolo que se ha firmado nos viene como anillo al dedo. En un futuro, no demasiado lejano, esperamos aplicar todas esas labores extras que se contemplan en el convenio”, desea la profesional de farmacia, destacando principalmente la necesidad de que estas farmacias en zonas rurales puedan lo antes posible realizar el reparto de los fármacos en SPD (Sistema de Dosificación de Medicamentos) en las residencias de mayores de sus zonas básicas de salud.

La misma tranquilidad y optimismo que Ana Esteban López traslada a diario a sus vecinos tras el mostrador de su farmacia en Briñas, sería la que le gustaría recibir por parte de la Administración. No en vano, no es ajena a la ardua realidad que comporta el futuro en su gremio. “Quiero pensar que las farmacias rurales van a sobrevivir, lo deseo y lo espero. Realizamos un trabajo vocacional que queremos que perdure; nosotros estamos dispuestos ya a trabajar en los nuevos proyectos, ahora depende de los responsables políticos ponerse manos a la obra”, concluye.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído