Tras once años al frente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia, el mandato de José Luis Nájera llegó a su fin el pasado mes de abril. En agosto, sin embargo, asumió otro cargo que va a dar a conocer su pequeña farmacia, ubicada en el municipio palentino de Paredes de Nava, que no alcanza los 2.000 habitantes, por todo el mundo: el de miembro del Comité Ejecutivo de la sección de Farmacia Comunitaria de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP).
Su nombramiento ha llegado después de que Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), avalase su propuesta y “recabase apoyos” en favor de su candidatura. ¿Cómo se fraguó todo?
Yo he sido presidente del Colegio de Farmacéuticos de Palencia durante once años y secretario del Autonómico, así que desde el CGCOF ya se conocía mi trayectoria, mi forma de trabajar y mi experiencia. Quedaba una plaza libre en el Comité Ejecutivo de la sección de Farmacia Comunitaria de la FIP, que precisamente había estado ocupada por un español, que era Jaime Acosta, así que entendieron que sería interesante que la volviese a ocupar otro farmacéutico español. También me conocía muy bien el propio Jesús Aguilar, porque cuando yo entré de presidente en Palencia él era el presidente del Consejo de Farmacéuticos de Castilla y León, y pensó que podía aportar valor.
¿Le costó mucho aceptar?
Es un orgullo que el Consejo General confíe en ti para un puesto de tanta responsabilidad internacional. Supone un reconocimiento no solo a mi trayectoria, sino también a la trayectoria de todos los equipos de trabajo que han estado a mi lado durante todos estos años. Pero sí que es verdad que, aunque sabía de la existencia de este grupo de trabajo de la FIP, no sabía específicamente qué funciones iba a desarrollar o cuánto tiempo iba a tener que dedicar. Finalmente hablé con algunas personas del Consejo y vi que me encajaban las funciones, y que, como justo acababa de dejar la presidencia del Colegio de Palencia, tenía disponibilidad. Ahora bien, no te diré que no me costó decidirlo, por la responsabilidad que supone estar en una institución así.
"Supone un reconocimiento no solo a mi trayectoria, sino también a la trayectoria de todos los equipos de trabajo que han estado a mi lado durante todos estos años"
¿Cuáles son esas funciones que le encajaban y que va a desarrollar a partir de ahora?
Trabajamos con el objetivo de dar visibilidad, y de que las instituciones de los diferentes países del mundo utilicen la figura del farmacéutico comunitario. Poner en valor todos los procesos y proyectos que se están haciendo para garantizar el acceso a medicamentos legales y contrastados, garantizar que la atención farmacéutica llega a todo el mundo… Es un grupo muy activo tanto profesional como personalmente, formado por diez farmacéuticos de todo el mundo. Analizamos los proyectos que se están llevando a cabo en diferentes países, e incluso si se podrían luego extrapolar a otros o recomendar a otras organizaciones, incluida la OMS.
La verdad es que se están produciendo experiencias muy positivas en todo el mundo. Yo he tenido la oportunidad de contar de primera mano lo que estamos haciendo en España, referencias que son muy reconocidas y admiradas por otros compañeros. Por ejemplo, el trabajo que se está haciendo a través de la Red de Farmacia Centinela de la Comunidad de Madrid en el ámbito de la salud pública, o las acciones sociales que se están llevando a cabo desde la farmacia comunitaria.
¿Y le ha llamado la atención algún proyecto de fuera que creas que se podría traer a España?
Y no solamente a España, porque nosotros trabajamos con una visión global. En Irlanda, por ejemplo, tienen un programa llamado ‘Pharmacy First’, en el que el paciente, cuando tiene un problema, el primer sitio al que acude es a la farmacia. Ahí ya es el farmacéutico el que valora si puede resolver esa patología menor que tiene el ciudadano o si debe derivar a otro especialista. Es una forma de optimizar los recursos de los que disponemos, de evitar el colapso del sistema sanitario y de que la farmacia sea su puerta de entrada. Eso es muy bueno para los países donde la farmacia es muy accesible y el profesional cuenta con la confianza del paciente.
Otra actuación que se está evaluando es, como se ha visto con la guerra de Ucrania, cómo hacer que la ayuda humanitaria de medicamentos no tenga tantas dificultades para llegar a los pacientes, y cómo puede ayudar en ello la farmacia comunitaria. La farmacia comunitaria puede ser un aspecto muy importante para garantizar el acceso a la medicación en zonas de conflicto.
"En Irlanda hay un programa en el que el paciente, cuando tiene un problema, el primer sitio al que acude es a la farmacia"
¿Cree que su experiencia en un entorno rural como es Paredes de Nava también le puede servir?
Yo creo que puedo aportar precisamente eso, experiencia en investigación y, sobre todo, en el impulso de la utilización del farmacéutico comunitario en campañas de salud en estos entornos, tanto en Palencia como en Castilla y León. Y uno de los objetivos de la Federación Internacional, como te comentaba antes, es garantizar el acceso en todo el mundo. Aquí en Palencia estamos viendo lo importante que es mantener las farmacias en el entorno rural, y cómo hace que el pueblo permanezca más activo. Incluso se han hecho estudios que demuestran que en aquellos municipios de menos de cinco mil habitantes donde hay una farmacia aumenta no solamente la esperanza de de sus habitantes, sino que mejoran los servicios, la actividad económica, el empleo y la propia actividad y población del pueblo.
¿Y con qué se queda de todo este tiempo que ha estado al frente del Colegio de Farmacéuticos de Palencia?
Lo que más me ha sorprendido, y me llevo con más gusto, es el trato con las personas, y no solo con los farmacéuticos. Yo siempre se lo decía a mis colegiados cuando era presidente, que me lo ponían muy fácil. Simplemente tenía que contar lo que estaban haciendo. El trabajo que hacen las farmacias y los farmacéuticos está muy bien reconocido por los pacientes, pero a veces muy poco valorado por las administraciones. Teníamos que ir a todos los sitios a convencerlos, e instituciones como la Diputación o la Consejería de Sanidad sí que entendieron la necesidad de contar con nuestra figura, aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer. Si algo nos ha enseñado la pandemia es la importancia que tiene nuestra labor, y cómo podemos contribuir a aliviar esa carga de la Atención Primaria y a mejorar la salud de los ciudadanos.