El previsible ascenso de categoría profesional para las enfermeras (de A2 a A1), que el Ministerio de Sanidad se está planteando, ha generado una serie de reacciones en otros colectivos sanitarios de nuestro país. Los médicos han sido los primeros en poner sobre la mesa la necesidad de crear un escalón propio que denominan como A+ y que, consideran, reflejaría sus singularidades a nivel formativo y de responsabilidad dentro del Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, esto ha llevado a que otros profesionales encuadrados ahora en el mismo marco que los médicos aspiren también a no perder su actual estatus.
En concreto, en el actual grupo A1 se encuentran, además de los médicos, otros campos como el de la Farmacia, la Psicología Clínica, la Odontología, la Química o la Biología. Precisamente el presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, ha aclarado a ConSalud.es que, llegado el caso en el que el Gobierno impulse una nueva reclasificación profesional dentro del Estatuto Marco, con un espacio similar al A+ que manejan los sindicatos médicos, ellos “deben” tomar parte en el mismo, tal y como vienen haciendo hasta la fecha.
Los licenciados o graduados en Farmacia que forman parte del Sistema Nacional de Salud “deberían pasar a este grupo, ya que el grado en Farmacia consta de 300 créditos ECTS
Dentro del ámbito farmacéutico, en la actualidad se encuentran trabajando para la Administración Pública con categoría A1 “los farmacéuticos hospitalarios, titulares del Estado, Análisis Clínicos, Bioquímica Clínica, Inmunología, Microbiología y Parasitología o Radiofarmacia, entre otros”, explican desde la organización colegial. Por tanto, este colectivo permanece expectante ante cualquier posible movimiento en la vigente escala profesional y en conocer los criterios que regirían estos replanteamientos.
En esta línea, Aguilar considera que, en el caso de crearse el grupo “A+”, los licenciados o graduados en Farmacia que forman parte del Sistema Nacional de Salud “deberían pasar a este grupo, ya que el grado en Farmacia consta de 300 créditos ECTS y la titulación universitaria de Licenciado/Grado en Farmacia se corresponde con el nivel 3 del MECES (nivel de máster); al igual que los médicos, veterinarios y odontólogos”. Precisamente el factor formativo y la duración de los estudios hasta especializarse han venido siendo históricamente los elementos de mayor peso en la división de categorías.
Se arriesgarían a encontrarse en una situación de "desventaja" frente a los médicos y una merma en sus actuales derechos, tanto económicos como a la hora de ocupar puestos de dirección
Desde la Farmacia no consideran otra posibilidad que mantener "el mismo reconocimiento" que se aplique a los médicos, puesto que su formación especializada se extiende hasta los cuatro años. Por tanto, independientemente de cómo se articule la virtual nueva categoría, sea grupo A+ o con cualquier otra denominación, el colectivo tiene claro que solicitarán su pertenencia a la misma. De lo contrario, se arriesgarían a encontrarse en una situación de "desventaja" frente a los médicos y una merma en sus actuales derechos, tanto económicos como a la hora de ocupar puestos de dirección.
EFECTO DOMINÓ DE ENFERMERÍA
El punto de partida de esta creciente toma de posiciones por parte de los distintos ámbitos profesionales sanitarios se encuentra en la expresada voluntad del Ministerio de Sanidad de elevar la categoría enfermera desde A2 a A1. Una histórica reivindicación de Enfermería a la que la ministra Mónica García abrió las puertas en esta legislatura. A partir de ahí, los sindicatos médicos se apresuraron a poner sobre el tapete la necesidad de un grupo propio por encima que les diferenciase, pero al que también aspirarían el resto de trabajadores que ahora comparten escalafón con los médicos.
En este sentido, desde el colectivo farmacéutico “no se oponen en absoluto” a la promoción de las enfermeras especializadas a una categoría superior, pero tampoco entenderían formar parte del mismo grupo, dado que su formación adquirida en Farmacia implica una mayor cantidad de créditos ECTS. En base a esto, comprenden que su reconocimiento –en la línea que apuntan los médicos- ha de ser también diferente. Una prueba clara de que la reclasificación de Enfermería en la estructura del Sistema Nacional de Salud puede ser el detonante de un efecto en cadena del resto de escalones profesionales.
Por el momento, todo son castillos en el aire y no se conocen los entresijos de las posibles modificaciones que los responsables políticos plantearían en el Estatuto Marco. De la misma manera, un cambio de esta relevancia implicará un importante periodo de negociación previa. Llegado el caso, si Mónica García decide consultar al farmacéutico, este le trasladará una receta clara: “Si se crea una categoría A+ debemos estar en ella”, concluyen desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.