No faltaron medicamentos y los ensayos clínicos se mantuvieron pese a la pandemia, el cierre y los confinamientos. Para conseguirlo se llevaron a cabo estrategias, retos y aprendizajes dentro del sector farmacéutico, que ha demostrado su importancia durante estos dos años. En el último coloquio del XVII Seminario Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación, un equipo multidisciplinar de Farmaindustria, la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica, ha analizado cómo la industria farmacéutica ha afrontado y respondido a la pandemia.
El objetivo que se marcó con la llegada a la Covid-19 fue que tanto la investigación como la fabricación de medicamentos que ya se tenían en España se mantuvieran. Turnos triples, teletrabajo, peticiones de ampliar los ensayos clínicos, o levantarles las restricciones para poder monitorizarlos fueron básicos para poder garantizar los medicamentos a todos los pacientes que los necesitaran. “Había que tratar a la gente con hepatitis, diabetes o enfermedades neurodegenerativas, pero también la Covid-19. Con ingenio y organización conseguimos, entre otras cosas, que se flexibilizara la realización de ensayos clínicos, que se pudiera seguir investigando en casa de los pacientes, a la Covid-19”, ha expuesto Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria.
El objetivo era que los ensayos no se pararan, tampoco la fabricación o la distribución. “No fallaron los medicamentos, se hizo una capacidad estratégica. Se compraron principios activos, se remodelaron fábricas o incluso se varió su manera de comercialización para que la gente no se quedara sin fármacos”, ha añadido. También, “se aumentó la validez de los tratamientos establecidos o se permitió retirar una serie de envases en cada dispensación”, ha apuntado José Ramón Luis-Yagüe, director del departamento de relaciones con la CCAA.
Humberto Arnés: “Hemos sido capaces de atender unas necesidades importantes con la pandemia”
Luis-Yagüe ha destacado cómo se realizó un seguimiento de cómo operaban las Comunidades Autónomas, cómo se flexibilizaron los visados, “lo que no supuso un aumento del gasto sanitario pese a lo que se pensaba”, o se vigiló que no hubiera una demanda mayor a la necesidad de fármacos algunos esenciales en la priemra ola de la pandemia como los que permitían entubar, dormir o despertar a los pacientes. “De cara al futuro, las capacidades estratégicas no hay que abandonarlas. Todos los de la industria estábamos implicados en esto”, ha señalado Esteve.
La pandemia ha evidenciado el papel estratégico del sector farmacéutico, como ha señalado Humberto Arnés, director general de Farmaindustria. “Hemos sido capaces de atender unas necesidades importantes con la pandemia”, pero también ha reflejado la necesidad de apostar en ámbitos como investigación clínica y en tecnología. “Administraciones, industrias, profesionales y pacientes tendremos que contribuir para conseguir desarrollar la tecnología en la industria farmacéutica y potenciar la investigación española”, ha destacado Arnés.
El sector farmacéutico ha cambiado su situación de empleabilidad, con un teletrabajo que se implantará en el sector como ha indicado Ana Bosch, directora del departamento jurídico de Farmaindustria. Una tecnología que va más allá hasta desarrollar sistemas que permitan sustituir las recetas en papel y hacer prospectos electrónicos. “El 1 de enero comenzaremos un proyecto para suprimir el prospecto en papel y sustituirlo por un código 'datamatrix' que permita a los profesionales sanitarios conocer el medicamento al que se refiere y facilitar también el desarrollo de proyectos de inteligencia artificial”, ha adelantado Ana López de la Rica, directora asociada del Departamento Técnico.
En este sentido, la pandemia ha reflejado que se puede seguir apostando por la tecnología y la investigación para dar respuesta a las necesidades de los pacientes y permitir que el sector farmacéutico de España se potencie.