El acuerdo de investidura alcanzado entre el PSOE y el BNG, donde se abre la puerta a la posible transferencia de la gestión del MIR a la Xunta Galicia si así lo aprueba por unanimidad el Parlamento autonómico ha llevado a la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) ha trasladar el “absoluto rechazo de la profesión médica a esta posible transferencia competencial que pondría fin a un modelo de éxito que lleva instaurado más de 40 años”.
Esta circunstancia no es la primera vez que se pone sobre la mesa en el marco de las negociaciones políticas en nuestro país. Como en anteriores ocasiones en las que se deslizó una posible transferencia MIR a las comunidades autónomas sin que se llegara a concretar ninguna propuesta, FACME recuerda que el actual modelo centralizado está “ampliamente consolidado en el Sistema Nacional de Salud (SNS), cuenta con un amplio respaldo de la profesión médica y un gran prestigio internacional”.
Hay que tener en cuenta la "complejidad" que supondría organizar un examen MIR en cada comunidad autónoma y los costes asociados al mismo, por lo que sería una decisión “altamente ineficiente”
La Federación aclara que la configuración de este sistema permite el acceso a la Formación Sanitaria Especializada “en condiciones de igualdad para todos los aspirantes, por lo que facilita una formación de calidad que se basa en méritos y concurrencia competitiva en todo el SNS. La posible transferencia competencial a las comunidades autónomas traería consigo “desigualdades en la formación y una falta de cohesión en los estándares de calidad a lo largo del país. Además, esta descentralización podría debilitar la movilidad de profesionales sanitarios y dificultar la homologación de títulos”, advierten.
También –prosiguen- hay que tener en cuenta la "complejidad" que supondría organizar un examen MIR en cada comunidad autónoma y los costes asociados al mismo, por lo que sería una decisión “altamente ineficiente”. “Estas consecuencias afectarían tanto a los médicos especialistas como a los centros docentes, y por extensión a todo el sistema sanitario, lo que terminaría afectando también a los pacientes, destinatarios últimos del mismo.
Es el Ministerio de Sanidad, en base a las recomendaciones de las Comisiones Nacionales de la Especialidad, quien debe establecer las bases comunes
Por último, “cabe recordar que la acreditación, evaluación y elaboración de los programas docentes deben ser de ámbito nacional, por lo que es el Ministerio de Sanidad en base a las recomendaciones de las Comisiones Nacionales de la Especialidad quien debe establecer las bases comunes del régimen laboral y de los aspectos formativos para todo el territorio”, según ha trasladado Facme a través de un comunicado.
Descentralizar el MIR provocaría que coexistieran programas de formación diferentes, ya que cada comunidad tendría el suyo. Se generarían diferencias en los sistemas de evaluación dando lugar a que la nota final de un residente podría ser diferente dependiendo de la comunidad autónoma donde se haya formado. Además, habría variaciones en los criterios de acreditación de unidades docentes, lo que podría implicar formar a más residentes por motivos asistenciales aunque los centros no reunieran las condiciones necesarias para ello.
En conclusión, FACME insta a las autoridades responsables a “considerar las graves implicaciones de esta propuesta y a dialogar con todos los actores relevantes, incluyendo a los profesionales médicos, para encontrar soluciones que preserven la calidad y equidad en la formación de médicos en España”.