El encuentro, que ha tenido como eje central la prevención del ictus y los eventos cardiovasculares en pacientes con fibrilación auricular no valvular, ha contado con la presencia de expertos en diferentes especialidades: el cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, el doctor Antonio Fernández Ortiz, y el neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, el doctor Tomás Segura, entre otros.
PREVENCIÓN DEL ICTUS
"La incorporación de los ACODs ha supuesto un cambio en la prevención y tratamiento de esta enfermedad".
El ictus es la segunda causa de muerte global y la primera en la mujer en la población española, produciéndose una muerte en el país cada 15 minutos por esta causa. Estas patologías constituyen, además, una de las principales causas de muerte y hospitalización en el mundo desarrollado, con una incidencia creciente a medida que avanza el envejecimiento de la población. Además, representa la causa más importante de invalidez o discapacidad grave a largo plazo en adultos y la segunda causa de demencia. En este contexto, Tomas Segura ha manifestado que “la incorporación de los anticoagulantes de acción directa (ACODs) ha supuesto un cambio de paradigma en la prevención y tratamiento de este tipo de patologías”. El manejo de anticoagulantes de acción directa requiere de la actualización de los criterios de práctica clínica y de la mejora de la información a los profesionales que intervienen en el proceso de atención al paciente anticoagulado. En aquellos pacientes y sobre todo en los que hayan sufrido daño cerebral previo, el doctor Segura señala que los ACODs “reducen mucho la posibilidad de sufrir una hemorragia cerebral con respecto a los anitocagulantes clásicos”, siendo esta una de las complicaciones más temidas.
Asimismo, los ACODs aportan “un mejor manejo y control del tratamiento, lo que reduce los requerimientos y costes de seguimiento. Además, "el inicio rápido de acción, la anticoagulación predecible sin necesidad de monitorizar de manera rutinaria los parámetros de la coagulación ni la funcionalidad renal, la no necesidad de ajustes frecuentes de dosis y el bajo riesgo de interacciones farmacológicas y ausencia de restricciones en la dieta, son elementos importantes que el farmacéutico tiene que conocer y manejar en su atención al paciente anticoagulado”, ha destacado este experto.
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