La gestión de la teleconsulta en el sistema sanitario es ya una realidad que ha llegado para quedarse. Existen ejemplos de interconsulta hospitalaria que ya estaban funcionando, tal y como han tratado en el nuevo webinar de la Cátedra impulsada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y Boehringer Ingelheim, donde también se ha abordado la teleconsulta para el seguimiento del paciente COVID-19 en Atención Primaria.
La teleconsulta está posibilitando resolver problemas de salud de forma no presencial. Y, como comenta el doctor Daniel Rey Aldana, presidente de Semergen Galicia, uno de los puntos fuertes de la teleconsulta es que te permite priorizar según el motivo y las necesidades de cada paciente. “Antes de la pandemia por COVID-19 la mayoría de las teleconsultas en Atención Primaria se limitaban a renovar la prescripción farmacéutica. Ahora, hemos aprendido que, mediante la teleconsulta, podemos solucionar muchísimos problemas clínicos sin la necesidad de que el paciente se desplace a los centros de salud o a los hospitales”, señala el doctor Daniel Aldana.
"Ahora, hemos aprendido que, mediante la teleconsulta, podemos solucionar muchísimos problemas clínicos sin la necesidad de que el paciente se desplace a los centros de salud o a los hospitales”
Por ejemplo, este experto hace alusión a que numerosas consultas de Atención Primaria están relacionadas con problemas dermatológicos. “Con el envío por vía telemática de unas fotografías de las lesiones, tomadas por el propio paciente, somos capaces en algunos casos de determinar el diagnóstico y el tratamiento del problema y, en caso de que esto no sea posible, podemos remitirle esas imágenes de forma telemática al dermatólogo para que nos ayude en el proceso diagnóstico o terapéutico”, apunta.
Ahora bien, durante la formación digital se ha puesto de manifiesto la necesidad de progreso del desarrollo tecnológico de la teleconsulta, con la habilitación de las consultas médicas, sin olvidar que también implicará que los hogares cuenten con conexiones a la red adecuadas y equipos en los domicilios preparados para ello.
“Aunque durante la pandemia la consulta telefónica nos permitió hacer un seguimiento diario de los pacientes con sospecha de COVID-19, leves o moderados, a los que en las fases iniciales de la pandemia no podíamos realizarles un test diagnóstico de confirmación y que no requerían de un ingreso hospitalario, así como también seguir atendiendo en la distancia las demandas de salud de nuestros pacientes, determinando qué casos deberían ser vistos de forma presencial o cuáles se podrían solucionar de forma telemática, lo cierto es que a los médicos nos inquieta no poder verle la cara al paciente, porque esto nos da mucha información”, explica el doctor Rey.
EDUCACIÓN EN SALUD PARA LA ACEPTACIÓN DE LA TELECONSULTA
Otro de los retos pendientes en el entorno de la teleconsulta es la percepción del paciente. “Los pacientes deben entender que una consulta telemática no tiene que ser una consulta de peor calidad que una presencial, y que debe ser el equipo sanitario el que determine si el problema de salud que consulta el usuario, es solucionable únicamente de forma telemática. Para que esto sea posible hay que invertir en educación para la salud”, comenta el experto.
"Los pacientes deben entender que una consulta telemática no tiene que ser una consulta de peor calidad que una presencial"
TELECARDIOCHUS, UN CASO DE ÉXITO
La tele-interconsulta entre Atención Primaria y los servicios hospitalarios y, en concreto, el caso que ya funciona en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, ha servido de ejemplo y de caso de referencia durante el webinar dirigido a profesionales de Atención Primaria.
Tal y como ha explicado el doctor José Ramón González-Juanatey, jefe del Servicio de Cardiología y de la Unidad de Cuidados Cardiacos (UCC) del citado centro, desde 2013, en este servicio contaba con una e-consulta protocolizada y universal para Atención Primaria no presencial, para que el cardiólogo pudiese responder en pocos días. Si se resolvía la duda, no era necesario derivar al paciente al especialista.
"Resolvíamos más de un 30% de las derivaciones, con una espera para la consulta presencial, cuando era necesaria, siempre menor a 10 días, y la satisfacción de los pacientes se testó en una encuesta y era muy buena", concreta el doctor González-Juanatey. Ahora, este programa se ha extendido a todos los servicios del hospital.
SISTEMA TELEA, MONITORIZACIÓN DOMICILIARIA DE PACIENTES
Tal y como explica el doctor González-Juanatey, los pacientes que no requieren hospitalización, pero sí un seguimiento ambulatorio estrecho y monitorización domiciliaria, se están beneficiando del Sistema Telea, mediante el cual al paciente se le provee de los recursos (báscula, tensiómetro) que necesitan para la monitorización de los datos. Es el propio paciente quien incluye estos parámetros en su historia clínica, que es seguida por una enfermera o médico que se pone en contacto con ellos.
"Debemos buscar fórmulas para mantener la calidad asistencial con la máxima calidad, de forma integrada, interdisciplinar y que garantice las medidas de seguridad en base a la situación actual"
Como conclusión, el jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela valora que: "Los dispositivos de medicina no presencial han venido para quedarse. Debemos buscar fórmulas para mantener la calidad asistencial con la máxima calidad, de forma integrada, interdisciplinar y que garantice las medidas de seguridad en base a la situación actual”.