Con motivo del Día Mundial de la incontinencia y la endometriosis, los especialistas de las unidades de suelo pélvico de los hospitales del grupo sanitario Ribera aseguran que la fisioterapia es una herramienta muy efectiva y beneficiosa contra la incontinencia y el dolor en mujeres que tienen endometriosis o sufren dismenorrea (reglas dolorosas).
Para reducir ese dolor aconsejan realizar ejercicios del suelo pélvico y la musculatura abdominal desde edades tempranas, además de cuidar la postura, evitar deportes de impacto y seguir hábitos de vida saludables.
“El suelo pélvico o periné es el conjunto de músculos y tejidos que cierran y sostienen toda la parte baja del abdomen, como una “hamaca” que sujeta la vejiga, además del útero y elrecto, de ahí la gran importancia de mantener esta musculatura con una buena tonicidad para prevenir, entre otras cosas, las pérdidas involuntarias de orina”, recalcan desde la Unidad de Suelo Pélvico del hospital Ribera Polusa.
“Las pérdidas de orina tienen un alto impacto en la calidad de vida de las pacientes pudiendo causar depresión, ansiedad y aislamiento social”
Por parte de los especialista del Hospital Universitario de Vinalopó explican que tener un suelo pélvico competente ayuda a evitar esos molestos escapes que aparecen ante determinados esfuerzos, ya sea toser, estornudar, reírse o durante la actividad física. En este centro sanitario gestionado por el grupo sanitario Ribera, cuentan con la figura de una fisioterapeuta especialista en pelviperineología (suelo pélvico), dentro del Servicio de Rehabilitación. “Gracias a ello, parte de la población de la ciudad de Elche se beneficia de los tratamientos que lleva a cabo esta especialista”, explican.
El doctor Daniel Martínez, responsable de la Unidad de Suelo Pélvico del Hospital Universitario de Torrejón, recuerda que las pérdidas de orina tienen un alto impacto en la calidad de vida de las pacientes pudiendo causar depresión, ansiedad y aislamiento social”, además el especialista señala la edad, la obesidad, los alumbramientos y el número de hijos como principales factores de riesgo. Sin embargo, añade, “la mejor forma de conocer cómo se encuentra nuestro suelo pélvico es que un especialista valore la musculatura y el tono o fuerza muscular que tenemos”.
Junto con estos factores de riesgo señalados por el doctor Martínez añaden, el estreñimiento crónico, los deportes de impacto, trabajar con pesos excesivos, enfermedades respiratorias como la tos crónica o el asma, la menopausia, por la pérdida de la calidad del colágeno, intervenciones quirúrgicas a nivel abdominal (como una cesárea) o intervenciones ginecológicas, así como las relacionadas con la próstata, y también una mala postura.
En esta misma línea, el doctor Álvaro Escuder, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospitalde Denia, advierte de que ante cualquier aparición de síntomas es importante acudir al ginecólogo, urólogo o médico rehabilitador, para que nos derive a la Unidad de Suelo pélvico. "Una vez hay incontinencia, recuperar el tono de toda la musculatura del suelo pélvico va a condicionar que la recuperación pueda ser completa y más rápida”, señala.
“Es importante acudir al ginecólogo, urólogo o médico rehabilitador, para que nos derive a la Unidad de Suelo pélvico"
Para concluir, el doctor Martínez, del Hospital de Torrejón, aconseja realizar los ejercicios de Kegel y los ejercicios hipopresivos para fortalecer el suelo pélvico. Las prácticas regulares de estos ejercicios nos van a permitir tener una musculatura con una fuerza y coordinación adecuados, es conveniente que al menos al principio estos ejercicios sean valorados por un profesional, para certificar que los estamos realizando de una manera correcta, contrayendo única y exclusivamente la musculatura del suelo pélvico, con abdomen y glúteo relajado. Desde la Unidad de Suelo Pélvico de Vinalopó aseguran que “la clave para la efectividad de estos ejercicios está en la constancia”. Además, recuerdan que es importante no hacer “stop pipí” (interrumpir la micción). En los servicios de Rehabilitación, además, en ocasiones utilizan electroestimulación y biofeedback, entre otros.