La enfermería es una de las profesiones que más emigra hacia otras regiones de Europa en busca de mejores oportunidades, y Noruega es su país favorito. En concreto, según las cifras que maneja el Consejo General de Enfermería (CGE), de las 1.473 solicitudes de traslado que se registraron en 2023, solo 336 fueron para Noruega, seguidas de las de Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y Países Bajos. Esta fue precisamente la decisión que tomó, hace ya dos años y medio, Guillermo, un joven enfermero granadino que se hartó de contratos precarios en España, y que, asegura, de momento no tiene ninguna intención de volver a nuestro país.
“Yo a todo el mundo le digo que a mí Noruega me está cambiando la vida. Estoy muy contento con el trabajo, con las condiciones, con la gente, con la vida en el país… Esto no es Europa al 100%, sobre todo por las condiciones climáticas, pero al final estás a cuatro horas de España en avión, así que no es nada del otro mundo. Noruega es un país ideal para probar una experiencia nueva y, sobre todo, para ahorrar una buena cantidad de dinero, que es lo que hace la mayor parte de la gente: están aquí uno o dos años y luego se vuelven”, explica a ConSalud.es Guillermo, quien se fue “acompañado solo por dos maletas” en enero de 2022.
“Yo a todo el mundo le digo que a mí Noruega me está cambiando la vida"
Comenzó trabajando siete meses en Lillestrøm, un pueblo a las afueras de Oslo, aunque la mayor parte del tiempo, año y medio, lo pasó en Trondheim, la tercera ciudad más grande de Noruega, situada a ocho horas en tren de la capital. Ahora reside y trabaja, desde hace mes y medio, en Bergen, la segunda ciudad más poblada del país, donde tiene contrato hasta el mes de octubre. Luego no sabe qué pasará, aunque lo que tiene claro es que se quedará en Noruega, porque oportunidades, asegura, no le van a faltar. “He trabajado en un tipo de residencia que tienen aquí para pacientes menos dependientes, en una especie de planta de rehabilitación… y ahora estoy de enfermero a domicilio. Me dan una lista de pacientes que necesitan distintos tipos de ayuda, cojo el coche y voy de casa en casa”, comenta Guillermo.
Desde que está en Noruega, reconoce el enfermero, hace menos técnicas que cuando estaba en España, pero también depende mucho del trabajo. Tampoco ha hecho ni un solo turno de noche; todo han sido contratos de día, de unas 37 horas semanales repartidas en cinco días, “aunque últimamente han salido noticias de que lo quieren rebajar a cuatro días de trabajo y tres de descanso”. “Los turnos suelen ser de siete horas o de siete horas y media, de siete y media de la mañana a tres de la tarde o de tres a diez, dependiendo de cada servicio”, apunta.
"En un mes normal te puedes embolsar unos 3.000 euros después de impuestos”
Y claro está, la principal razón por la que los enfermeros marchan a Noruega: los salarios, que en Noruega, al contrario que en España, van por hora. Guillermo lo desgrana en detalle: “El sueldo mínimo ha subido a 275 coronas, que vienen a ser unos 27 euros por hora. Luego, si trabajas de tarde te dan un plus de 5,7 euros o así. A final de año, quedan unos 60.000 euros brutos, aunque es verdad que de impuestos se paga un 35%. Pero sigue siendo un sueldo muchísimo mejor que el de España, y con mejores condiciones. En un mes normal te puedes embolsar unos 3.000 euros después de impuestos”. Y va a más: la vivienda la paga la empresa.
“La comida es un poco más cara, pero aún así compensa. Como te decía, todos estamos ahorrando bastante”, dice Guillermo. Pero la gran pregunta es: ¿por qué paga tan bien Noruega a los enfermeros? Para el granadino, la razón es simple: hace falta muchísimo personal. “Los datos son de unos 15.000 enfermeros en todo el país. La ratio es mucho más pequeña que a la que estamos acostumbrados por ejemplo en España, y Noruega quiere que su población, que está muy envejecida, tenga la mejor atención posible. Además, claro está, del potencial económico que tiene Noruega, y que al final repercute en los servicios públicos”.
UNA COMUNIDAD QUE CADA VEZ CRECE MÁS
Guillermo insiste en su intención de seguir en Noruega por tiempo indefinido. Lo único que le hace plantearse volver es, en ocasiones puntuales, el tema de la gastronomía y del frío: “Cuando aprieta, aprieta”. “Hemos llegado a estar a -24 grados, y la poca luz que hay en invierno siempre te baja un poco el ánimo. Aunque también es verdad que al estar en un sitio con tantos españoles, muchas veces te sientes como en casa”, afirma. Cuando él llegó no eran tantos, pero ahora es una “barbaridad”: “Redes sociales, boom en las noticias… cada vez más gente se quiere venir para acá, y al final es algo lógico”.
De hecho, es algo que se puede comprobar fácilmente. Basta con poner en el buscador de Instagram las palabras ‘enfermero’ y ‘Noruega’ para comprobar la cantidad de perfiles que, como el de Guillermo, cuentan su experiencia personal trabajando allí. “Con los noruegos es más complicado entablar una relación en frío, aunque, cuando consigues romper el hielo, te das cuenta de que son muy buena gente. La verdad es que yo al país no le veo cosas negativas, más allá de estar lejos de la familia, que es algo que te va a pasar en cualquier país”, señala Guillermo. “Bueno, en algunos momentos sí que es cierto que el trabajo se hace un poco tranquilo, y se echa de menos esa adrenalina. Pero claro, con un solo turno ya tienes suficiente cantidad en España”, añade entre risas.
"En algunos momentos sí que es cierto que el trabajo se hace un poco tranquilo, y se echa de menos esa adrenalina"
Otro de los aspectos que destaca el enfermero es que en Noruega se pueden acumular los mismos puntos que en nuestro país de cara a la carrera profesional, ya que el país escandinavo, aunque no pertenece a la UE, sí que está dentro de la Comunidad Económica Europea. Eso sí, todo el que tenga pensado seguir el mismo camino que Guillermo debe tener en cuenta el tema del idioma: allí no basta solo con el inglés, claro, hay que hablar noruego, y hay que saber hacerlo bien.
“Yo me apunté a una academia cuando estaba en el último año de carrera, y lo seguí después mientras trabajaba en España. Al principio parece muy difícil, pero luego ves que en muchas composiciones gramaticales se asemeja al inglés, e incluso al castellano”, indica el enfermero, natural de Motril. “Aquí en el trabajo hablamos noruego el 100% del tiempo, el que no lo sepa no va a ningún lado”, sentencia.