España, único país de la UE que no reconoce la especialidad de Genética

Desde Sanidad apuestan por un Real Decreto específico que se centre, en exclusiva, en nuevas especialidades y que evite paralizaciones como la que ocurrió con el conocido como Real Decreto de Troncalidad. Sin embargo, este paso todavía no se ha producido.

Profesional sanitario investigando (Foto. Freepik)
23 diciembre 2019 | 00:00 h
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Conscientes de la importancia del análisis genético, todos los países de la Unión Europea (UE) han incluido en sus sistemas de formación sanitaria la especialidad de genética clínica. Todos, salvo uno: España.

La situación política que ha vivido nuestro país en los últimos años no ha beneficiado a la incorporación de la genética clínica a las especialidades del SNS. Desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, apuestan por un Real Decreto específico que se centre, en exclusiva, en nuevas especialidades y que evite paralizaciones como la que ocurrió con el conocido como Real Decreto de Troncalidad. No obstante, este paso en firme todavía no se ha producido.

La especialidad de Genética ya se creó en 2014 y estuvo vigente hasta 2016

“La especialidad de Genética ya se creó en 2014 y estuvo vigente hasta 2016, se constituyó la comisión de la especialidad de Genética Clínica y se estaba trabajando ya en el plan formativo. Pero la anulación del Real Decreto (RD) de Troncalidad por el Tribunal Supremo la suspendió, debido a que la incluía dentro del mismo. En 2017, el Consejo Interterritorial (CISNS) las comunidades autónomas propusieron y aprobaron la recuperación de ese RD caído de Psiquiatría Infantojuvenil y Genética Clínica. Sin embargo, nuestra especialidad se quedó estancada”, explicaba el que fuese en su momento presidente de la Asociación Española de Genética Humana (AEGH), Juan Cruz Cigudosa, en una entrevista realizada por ConSalud.es.

SITUACIÓN DE LOS PROFESIONALES

Todo esto les afecta a los genetistas españoles: “Esta situación infringe varios acuerdos generales, por ejemplo, de libre circulación de profesionales. Un genetista que trabaja en Polonia o Alemania no puede venir a ejercer a España porque no se le reconoce su actividad ni su capacitación.”, reconocía Cruz.

Además, el hecho de que no haya genetistas que hablen en grado de interlocución de igual nivel con otros especialistas, da lugar a que a veces que la genética no se practique de la forma adecuada, “se nos toma con unos meros analizadores de datos. Esto en el resto de Europa no pasa. El médico genetista recibe en consulta a sus pacientes, realiza una exploración, prescribe tests nuevos…”. Un hecho que, como resalta Cigudosa, acaba perjudicando a los pacientes, “no reciben la atención que deben recibir".

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