España tendrá que destruir 14 millones de vacunas de la Covid-19 por haber caducado

Los países europeos tienen un excedente de vacunas fruto de los compromisos adquiridos con las farmacéuticas y solicitan una renegociación en la cantidad de dosis y de los plazos de entrega acordados

Vacunas. (Foto: Freepik)
Vacunas. (Foto: Freepik)
Javier Leunda
29 diciembre 2022 | 13:00 h

La Agencia Española del Medicamento ha hecho público recientemente que unos 14 millones de vacunas de la Covid-19 terminarán destruidas por haber caducado en el periodo que va desde el 27 de diciembre de 2020 hasta el 14 de noviembre del presente año 2022. La mayor cantidad de dosis caducadas corresponden a Pfizer (8.226.142), el mayor suministrador de vacunas de la Unión Europea; seguido de Moderna, 2.007.220 dosis; Novavax, 1.842.170; Astrazeneca, 1.170.390 dosis; y 624.275 vacunas de Janssen.

La destrucción de fármacos no es un proceso extraordinario, siendo un procedimiento requerido en cualquier medicamento caducado. Sin embargo, tratándose de una vacuna que todavía es necesaria en muchos países del mundo, resulta llamativo que en España estos 14 millones de dosis que van a perderse correspondan con casi el 7% del total de vacunas que han llegado a nuestro país. No en vano, como ha apuntado recientemente el Ministerio de Sanidad, desde el inicio de la pandemia se han administrado 104.045.020 de dosis a la población española; tratándose de uno de los países del mundo con mayor tasa de vacunación y con más amplia aceptación social por parte de los ciudadanos.

Durante los dos años de la campaña de vacunación -cumplidos el pasado 27 de diciembre- ha sido vacunada el 93,1% de la población española en edad superior a los 12 años, lo que se corresponde con 39.279.291 personas

De este modo, la necesidad de vacunas ya nada tiene que ver con los estadios iniciales de la pandemia. Durante los dos años de la campaña de vacunación -cumplidos el pasado 27 de diciembre- ha sido vacunada el 93,1% de la población española en edad superior a los 12 años, lo que se corresponde con 39.279.291 personas. Sin embargo, aún siguen siendo necesarias más dosis de la vacuna para llevar adelante la pauta completa de vacunación y las dosis de refuerzo en los ciudadanos con el fin seguir combatiendo la incidencia de la Covid-19. Es por ello por lo que se hace necesario una mejor gestión de las dosis que España recibe para poder aprovecharlas con la mayor eficiencia posible y que no terminen caducadas y arrojadas a la ‘basura’.

Por parte del Ministerio de Sanidad son conscientes de esta problemática de pérdida de vacunas que, según apuntaron recientemente a ConSalud.es, se trata de una circunstancia de gran complejidad a la hora de determinar en qué medida una vacuna esta ya caducada o no. “Depende del periodo de estabilidad de cada vacuna. Algunas tienen un periodo o dos diferentes. Cambia en función de si están congeladas o descongeladas y depende de la compañía farmacéutica”, aclaran. En esta línea, el Ministerio de Sanidad pide a las comunidades autónomas colaboración en el abordaje de la gestión de las vacunas para poder conocer el estado de cada región. “Desde Sanidad se envían las vacunas a las comunidades autónomas, pero no tenemos el control de las que se descongelan cada día, ni sabemos en qué periodo de estabilidad están”, indican. A pesar de ello, en la actualidad no existe ningún protocolo unificado por Sanidad al que puedan remitirse las comunidades autónomas a la hora de gestionar los excedentes de vacunas caducadas. Hasta el momento la única pauta política hecha pública por el departamento liderado por Carolina Darias pivota en la idea de “no tirar ninguna vacuna” salvo que esté caducada, circunstancia en la cual debería ser destruida “como se haría con cualquier otro medicamento”.

Existe una reclamación creciente en el seno de la Unión Europea para que las farmacéuticas lleven a cabo un reajuste en las cantidades de las dosis de vacunas contratadas y en los plazos de entrega fijados

Parte del problema radica en que se trata de vacunas que, por la celeridad que supuso su proceso de creación y lo reciente de su desarrollo, conllevan que frecuentemente vayan saliendo a la luz nuevos datos sobre ellas. Sirva como ejemplo la vacuna de la compañía Pfizer, la cual ha modificado recientemente su periodo de efectividad operativa de los 6 meses a los 9 meses, lo cual implica una consiguiente modificación en el proceso de destrucción del producto por parte de los diferentes estados. Esto resulta significativo si tenemos en cuenta que, en mayo de 2021, la Comisión Europea formalizó un contrato con Pfizer para la compra de 900 millones de dosis adicionales hasta 2023, a lo que se sumó una opción para la adquisición de otros 900 millones de dosis; cifras que a la luz de la realidad actual pueden parecer excesivas.

La difícil gestión de las vacunas que se ‘pierden’ no se trata de un problema exclusivo de España. Varios ministros europeos han alzado ya la voz por el excedente de dosis que sus sistemas sanitarios no alcanzan a gestionar y que tampoco pueden ya donar a terceros países. De este modo, existe una reclamación creciente en el seno de la Unión Europea para que las farmacéuticas lleven a cabo un reajuste en las cantidades de las dosis de vacunas contratadas y en los plazos de entrega fijados. La propia ministra Carolina Darias declaró a este respecto que debemos defender los “intereses de nuestros ciudadanos en una realidad que ha cambiado" y así “conseguir un reajuste de los tiempos y de las cantidades de entrega”; pues “no podemos permitirnos vacunas que no vamos a utilizar y que éstas se acaben destruyendo", concluye.

COVAX: ALTERNATIVA SOLIDARIA

Si bien la caducidad de las vacunas lleva a que tanto en España como en muchos otros países del mundo se pierdan muchas dosis sin haber podido darles utilidad, no es menos cierto que existen proyectos para destinar todo este excedente de vacunas -en los países más ricos- hacia poblaciones o estados donde la inmunización contra la Covid-19 sigue siendo más necesaria. En este sentido, surgió el proyecto de donación de vacunas denominado ‘Mecanismo COVAX, una iniciativa internacional codirigida por la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (Gavi) -forma parte UNICEF- la Coalición para la Innovación en la Preparación de Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

España es uno de los países más activos en esta iniciativa, situándose en la actualidad como el quinto país en donación efectiva de vacunas

El objetivo de COVAX es garantizar que los ciudadanos de todo el mundo, independientemente de sus posibilidades económicas, tengan a su disposición las vacunas contra la Covid-19 a medida que estén disponibles. En este sentido, España es uno de los países más activos en esta iniciativa, situándose en la actualidad como el quinto país en donación efectiva de vacunas. De este modo, según datos hechos públicos a principios de diciembre por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, España a llevado a cabo la donación de “más de 70 millones de dosis” a través del mecanismo COVAX y tiene comprometidas “más de 20 millones de vacunas” adaptadas a las nuevas variantes. En definitiva, el camino para evitar el dispendio inútil de vacunas pasa por reajustar las dosis comprometidas con las farmacéuticas y por gestionar los excedentes para que puedan llegar de forma efectiva a los países que más las necesitan.

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