Las terapias digitales (DTx) son softwares clínicamente evaluados que se utilizan para prevenir, manejar y/o tratar enfermedades y trastornos mejorando el seguimiento de los pacientes y apoyando la toma de mejores decisiones por parte de los profesionales sanitarios. Estas tienen aplicaciones en problemas de salud mental, cardiovascular o enfermedades metabólicas por ejemplo, aunque donde su uso está más extendido es entre pacientes con patologías crónicas.
“Las terapias digitales han venido para quedarse y tienen un desarrollo muy amplio”, afirma en declaraciones a ConSalud.es Carlos Escobar, cardiólogo, coordinador de consultas externas y continuidad asistencial de cardiología del hospital de La Paz y coordinador científico del consorcio DTx. Sin embargo, apunta que “la realidad es que hay que establecer un marco regulatorio y una estructura que nos permita expandir y comunicar, por un lado la comunidad científica los hallazgos que se vayan consiguiendo para podernos beneficiar de las terapias digitales y por otro, que el paciente conozca es una herramienta más que tenemos los profesionales sanitarios y que les va a ayudar en el seguimiento de las patologías”.
“Debemos realizar una labor de pedagogía con los profesionales sanitarios para hacerles ver que son herramientas validadas”
Para poder establecer estas terapias digitales es necesario realizar proyectos pilotos de este tipo de software. Estas iniciativas, explica Escobar, “se llevan a cabo en determinados hospitales, y una vez que hemos visto que funciona se comunica al hospital por si lo quiere implementar, no sólo como un piloto, y también a la comunidad científica para que otros puedan beneficiarse de esa terapia. En algunos casos tras este proyecto la terapia se queda implementada en ese hospital y en otros casos se queda en punto muerto”.
El problema principal que existe en España, señala el Dr. Escobar, es que a diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, "España no tiene un marco regulatorio establecido para las terapias digitales”. Esto resulta limitante a la hora de establecer un piloto, provoca descoordinación al realizarse en ocasiones el mismo programa piloto de forma simultánea en dos centros distintos, o dificulta que la información no llegue a otros centros que se podrían beneficiarse de estas terapias.
“El marco regulatorio debe establecer qué es lo que el profesional tiene que hacer si quiere prescribir una terapia digital, los requisitos, crear los comités éticos así como constatar que estas terapias estén avaladas por los suficientes estudios clínicos”, reclama Escobar. El doctor también apunta que se debe trabajar en la educación tanto de los profesionales como de los pacientes. “Debemos realizar una labor de pedagogía con los profesionales sanitarios para hacerles ver que son herramientas validadas y eliminar el miedo que algunos tienen de que puedan llegar a sustituir el trabajo del sanitario o que vayan a aumentar su carga laboral. Es una herramienta nueva que va a permitir hacer un mejor seguimiento de los pacientes: estas terapias van a hacer que las consultas que realicemos sean realmente de valor”, valora Escobar.
“Alemania es uno de los países más avanzados en las terapias digitales y cuenta con diez DTx con reembolso actualmente”
Uno de los ámbitos donde estas terapias están más desarrolladas es la insuficiencia cardíaca. El experto explica que un usuario de las DTx “manda al dispositivo diferentes variables biológicas como son el peso diario, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y cómo se encuentra, datos que llegan a una plataforma y son revisados por el profesional sanitario”. Dependiendo de los resultados, en el caso de que algún indicador llame la atención del médico, éste puede actuar en consecuencia.
Desde el Consorcio de DTx se está trabajando con el Ministerio de Sanidad para avanzar en su implantación. Escobar reconoce que entre los trabajos realizados “acabamos de terminar un libro, que ya les hemos hecho llegar al Ministerio, sobre lo que se ha hecho en los países de nuestro entorno y cómo eso se podría aplicar en España con las particularidades que tiene nuestro país”.
“En España la implementación de las terapias digitales será mucho más rápida y eficaz al tener las historias clínicas digitalizadas y un módulo único de prescripción”
Uno de los países más avanzados en las terapias digitales es Alemania. “El país germano tiene más de diez terapias digitales con reembolso, es decir que la Seguridad Social paga parte de esa terapia porque ve que hay un mejor seguimiento del paciente, y ese mejor control redunda en una menor descompensación del mismo”, explica Escobar. En países como Francia, Alemania o Estados Unidos existe una mejor estructuración que permite saber qué terapias hay y los procedimientos necesarios para establecer una nueva. “Esto no ocurre en España, donde desconocemos actualmente cuántos proyectos piloto puede haber en marcha en las distintas patologías. Pero no sólo no conocemos el número de pilotos, sino que el siguiente paso que es la implementación también genera grandes dificultades por falta de regulación”.
El mensaje positivo que se envía desde el Consorcio de DTx, es que a diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, en España “al tener todas las historias clínicas digitalizadas, y con un módulo único de prescripción, el desarrollo e implementación de las terapias digitales será mucho más rápido y eficaz que en otros países”, indica Escobar. En este aspecto, apunta que “España está en una posición de privilegio con respecto al resto de los países de nuestro entorno en cuanto a tecnología digital e implementación y desarrollo de estas terapias que benefician tanto a sanitarios como a pacientes”, concluye.