España ocupa la decimotercera posición europea en realización de cesáreas

La tasa de cesáreas en la sanidad pública fue del 22,4% en 2022, mientras que la registrada en la privada fue del 34,5%

España ocupa la decimotercera posición en realización de cesáreas según la OCDE (Foto: Freepik)
España ocupa la decimotercera posición en realización de cesáreas según la OCDE (Foto: Freepik)
Cristina Garay
5 agosto 2024 | 13:40 h

Según se recoge en el informe del Sistema Nacional de Salud (SNS), publicado este lunes, 5 de agosto, por el Ministerio de Sanidad, el SNS atiende 8 de cada 10 partos y la tasa de cesáreas en sus hospitales públicos es del 22,4% en el año 2022; mientras que el sector privado atiende 2 de cada 10 partos (18,6%) y la tasa de cesárea se sitúa en un 34,5%.

Así, en los hospitales del SNS, la razón de partos vaginales respecto a cesáreas fue de 3,5 en 2022, frente a 1,9 en los hospitales privados. En total, el SNS atiende 203.251 partos vaginales y 58.740 cesáreas. Por su parte, los hospitales privaos registran 39.145 partos vaginales y 20.624 cesáreas. En comparación con otros años, la tasa de cesáreas atendidas en hospitales del SNS se mantiene estable desde 2012, mientras que la tasa de cesáreas en hospitales del sector privado se ha reducido 3,01 puntos porcentuales en los últimos 10 años.

De acuerdo con los datos disponibles en OCDE para 22 Estados Miembros, España ocupa la decimotercera posición en realización de cesáreas, con una tasa de 242,2 procedimientos por 1.000 nacidos vivos, siendo Bulgaria el país con la tasa más alta, con 464,7 procedimientos por 1.000 nacidos vivos.

España ocupa la decimotercera posición en realización de cesáreas, con una tasa de 242,2 procedimientos por 1.000 nacidos vivos

Por CCAA, en Andalucía, la tasa de cesáreas ha sido del 23,8% en los hospitales del SNS y del 34% en los privados; en Aragón, 18% y 29,5%, respectivamente; en Asturias, 18,2% y 26,7%; en Canarias, 18% y 40,4%; en Cantabria, 19,9% y 54,6%; en Castilla y León, 24,4% y 42,2%; en Castilla-La Mancha, 25,4% y 36,5%; en Cataluña, 24% y 34,5%; en Comunidad Valenciana, 24,5% y 38,9%; en Extremadura, 29,6% y 37,5%; en Galicia, 22,5% y 35%; en Madrid, 20,8% y 30,7%; en Murcia, 25,1% y 48,6%; en Navarra, 14,6% y 27%; en País Vasco, 13,9% y 23,4%; en La Rioja, 21,2% y 85,7%. En Ceuta y Melilla, el 23,5% de las cesáreas son realizadas por el SNS.

Por otro lado, en 2022, en España, el 1,05% de los partos vaginales no instrumentados atendidos en hospitales del SNS han sufrido trauma obstétrico. Durante el período 2012-2022, este porcentaje se ha incrementado 0,3 puntos porcentuales. En cuanto a el porcentaje de trauma obstétrico en parto vaginal instrumentado, ascendió a un 5,29%, manteniéndose una tendencia creciente en los diez últimos años.

Según Sanidad, los porcentajes de trauma obstétrico en parto vaginal no instrumentado e instrumentado son indicadores de resultado de la atención perinatal y su dimensión es la seguridad. Una incidencia excesiva de desgarros perineales severos puede implicar deficiencias en la asistencia al parto. Diversos estudios han llegado a la conclusión de que el uso indiscriminado de la episiotomía aumenta los riesgos y la morbilidad del parto y, más concretamente, aumenta el riesgo de desgarros perineales severos.

De los 203.251 partos vaginales atendidos en hospitales del SNS, el 27,5% fueron inducidos

De acuerdo con los datos disponibles en OCDE para 16 Estados Miembros, España ocupa una posición intermedia en los porcentajes de trauma obstétrico en parto vaginal (0,9% en partos no instrumentales y 4,7% en partos instrumentales), que en el caso de los partos no instrumentales oscila entre el 0,3% (Lituania) y el 1,7% (Rumanía), y en el caso de los instrumentales, entre el 1,1% (Lituania) y el 11,5% (Malta).

Por parte de los partos inducidos, en 2022, de los 203.251 partos vaginales atendidos en hospitales del SNS, el 27,5% fueron inducidos. Y durante el período 2016-2022, este porcentaje se ha incrementado un 61,8%. El procedimiento de inducción al parto es otro indicador de resultado dentro de la dimensión de la seguridad clínica.

Sanidad recuerda que la inducción al parto no está exenta de riesgos, por lo que su uso debe estar justificado bajo indicación obstétrica.

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