Investigadores de distintas universidades han llevado a cabo un estudio piloto para la evaluación ambiental de los niveles de campo magnético de frecuencias extremadamente bajas (CM-FEB) en España, registrando los niveles de estas frecuencias en ciudades como Cáceres, Albacete o Madrid. El estudio pretende evaluar las posibles consecuencias para la salud humana tiene la exposición a estos campos magnéticos, un ámbito en el que actualmente no existe legislación regulatoria en España.
En declaraciones a ConSalud.es, Ricardo Bajo Bretón, investigador del Instituto de Magnetismo Aplicado (IMA) de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), explica que “este estudio ha sido promovido por el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de dar respuesta al denominado Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente 2022-2026 (PESMA). En el mismo, se incluyen varias líneas de intervención para el periodo 2022-2023, que entre otras indican la necesidad de realizar un estudio piloto de los niveles de exposición a Campos Magnéticos de Frecuencias Extremadamente Bajas (los CM-FEB), como paso previo a la realización de un estudio más amplio a nivel nacional sobre los niveles de exposición de la población española.
“Este estudio es el primer paso necesario para la elaboración de la mencionada legislación”
Además, en el citado Plan Estratégico, se indica también la necesidad de elaborar una legislación específica sobre los niveles de exposición de la población a CM-FEB que respete las recomendaciones de la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comisión internacional especializada en protección de radiación no ionizante (International Commission On Non-Ionizing Radiation Protection). “Este estudio es el primer paso necesario para la elaboración de la mencionada legislación”, apunta el investigador.
La exposición a los campos magnéticos (CM) en el espectro de frecuencias extremadamente bajas (FEB) ha generado una cierta preocupación por su hipotética relación con diversos impactos sobre la salud humana. “El principal motivo de esta preocupación deriva de la asociación observada en algunos estudios epidemiológicos entre la leucemia linfoblástica aguda y la exposición prolongada durante la infancia a niveles de campo magnético de 50 Hz”, advierte Bajo Bretón.
“En cualquier caso, en este sentido, cabe resaltar una revisión sistemática, encargada por la Comisión Europea al Comité Científico para la Identificación de Riesgos para la Salud Nuevos y Emergentes (SCENIHR), y cuyos resultados aparecieron en 2015, en la que se indica de manera global, que los estudios científicos publicados seguían sin aportar evidencia convincente ni de una relación causal entre exposición a CM-FEB y síntomas auto reportados por las personas declaradas como hipersensibles, ni de que este tipo de exposición incrementa el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, incluida la demencia, ni de que afectara a la función reproductiva de los humanos”, apunta el experto. Además, a pesar de la continua investigación, hasta el momento, no se han establecido los mecanismos biológicos o biofísicos que podrían inducir alteraciones tumorales y, por tanto, fundamentar una conexión entre la exposición a CM-FEB y la leucemia infantil.
Los estudios científicos publicados no aportan evidencia de su relación con un incremento del riesgo de enfermedades neurodegenerativas
Sobre la elaboración de este estudio, Bajo Bretón explica que, con el objeto de identificar los niveles típicos ambientales de CM-FEB en los diversos entornos poblacionales, así como en proximidad a diversas infraestructuras eléctricas, se ha efectuado como sigue: “En primer lugar, se estableció un protocolo de medida de campos magnéticos de frecuencia industrial (50 Hertz (Hz)), teniendo en cuenta la normativa nacional e internacional de referencia. En segundo lugar, de acuerdo a dicho oprotocolo, se han realizado las mediciones y analizado, por un lado, los niveles de inmisión en espacios públicos exteriores e interiores,con especial atención a lugares sensibles -escuelas infantiles, colegios, residencias de ancianos, centros de salud, entre otros-; y por otro, los niveles de emisión en lugares próximos a diversos focos generadores de CM-FEB, principalmente infraestructura relacionada con el transporte y la distribución de la energía eléctrica y con los medios de transporte electrificados”.
El experto revela que “a partir de los datos recogidos, el nivel medio de CM-FEB ambiental de inmisión en espacios públicos es 0,095 μT, mientras que, en las inmediaciones de fuentes de emisión, el nivel medio del campo magnético ambiental es de 1,303 μT. Representando en torno a un 0,05 % y un 0,65 %, respectivamente,del valor límite citado (200 μT) que recomienda la ICNIRP”.
Los resultados del estudio apuntan que todos los valores medios registrados en España están muy por debajo del valor límite (200 μT), y no representan niveles preocupantes para la salud de la población en ningún caso. “Las zonas concretas presentan mayores valores de campo son las proximidades de líneas de transporte eléctrico, subestaciones eléctricas y en acometidas eléctricas de edificios, entre otros”, detalla el investigador.
“En cuanto a exposición, todos los valores registrados son del mismo orden de los observados en otros países de la Unión Europea”, apunta Bajo Bretón que sentencia: “Considero que la principal conclusión sería que, en base a las recomendaciones que hace el organismo de referencia sobre el tema a nivel mundial, la mencionada ICNIRP, todos los valores medios registrados en España están claramente muy por debajo de dicho valor límite. No superan ni siquiera el 1% del valor límite recomendado”.