Corría el año 2011 cuando el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, a través de María Jesús Hidalgo Valverde y Vicente Matas Aguilera, hacía público el 'Informe propuesta sobre jubilación para el personal facultativo de las instituciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud'. 10 años después, la entidad manifiesta que el documento "en lo básico sigue vigente".
El objetivo de este informe-propuesta era plantear la necesidad de un régimen flexible de jubilación, entre los 60-70 años, para todos los facultativos sanitarios.
El proceso formativo de un médico es una obligación legal y deontológica, que se extiende a lo largo de toda su vida laboral y más allá de la licenciatura y la especialización postgrado está la formación continuada de actualización profesional y de carácter periódico y duración ilimitada
En nuestro país llegar a ser médico significa recorrer un largo camino formativo que no admite, desde ningún punto de vista, comparación alguna con el resto de profesiones derivadas de titulaciones universitarias. Nota extraordinaria para acceder a la facultad, seis años de estudios universitarios (360 créditos ECTS), un año para preparar el MIR y 4 o 5 años de formación especializada. En resumen, tras un mínimo de 11 o 12 años de intensa y competitiva dedicación formativa, puede presentarse en sociedad el médico como un profesional reconocido y legalmente habilitado para ejercer la medicina, rondando los treinta años de edad, transcurrido más de un tercio de su esperanza de vida.
Además, el proceso formativo de un médico es una obligación legal y deontológica, que se extiende a lo largo de toda su vida laboral y más allá de la licenciatura y la especialización postgrado está la formación continuada de actualización profesional y de carácter periódico y duración ilimitada.
Los riesgos de salud (físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y psicosociales) de quienes trabajan en el ámbito asistencial de la Sanidad, constituyen un tema que cada vez cobra mayor importancia en los países avanzados. Además, el contacto permanente con el dolor y el sufrimiento humano junto con los demás riesgos, conduce a cifras de burnout entre los médicos muy preocupantes.
La sociedad exige al médico jornadas laborales muy superiores a las de cualquier otro trabajador. En la actualidad 48 horas semanales en computo semestral. Este exceso de jornada de casi 800 horas al año de media, tiene que realizarse obviamente fuera de la jornada ordinaria, llevándose a cabo en horas nocturnas (63%) y en días festivos, sábados y domingos (36%). Además, con los contratos por días y horas muchos médicos han realizado jornadas de 24 horas y solo han cotizado por un día, de esta forma les será imposible llegar a los 38 años medio para tener derecho a la pensión máxima.
Las guardias si computan en el IRPF y hace que se incremente su porcentaje en 4 o 5 puntos sobre el total de la nómina, con lo que del importe bruto de las guardias al médico le llega muy poco más del 50%
La mayoría de los médicos al jubilarse pierden una importante cantidad con relación a la pensión por la que han cotizado, al estar afectados por el límite de la pensión máxima y pierden mucho más con relación a sus retribuciones en activo que con las guardias superan ampliamente el tope de cotización y por tanto en esos casos las guardias ni cotizan ni computan como tiempo trabajado a la hora de calcular la pensión.
Sin embargo, las guardias si computan en el IRPF y hace que se incremente su porcentaje en 4 o 5 puntos sobre el total de la nómina, con lo que del importe bruto de las guardias al médico le llega muy poco más del 50%. En resumen, aportan mucho esfuerzo con las guardias en impuestos directos y no les beneficia en su pensión.