Los expertos apuntan que la asistencia a escuelas de educación infantil (EEI) aumenta el riesgo de padecer enfermedades infecciosas. Estas suponen un aumento del gasto sanitario, así como de los costes sociales indirectos. Recientemente un grupo de pediatras y enfermeras de la provincia de Soria ha iniciado un proyecto de investigación pionero para estudiar cómo rebajar los contagios por virus y enfermedades contagiosas en menores escolarizados en las guarderías.
En declaraciones a ConSalud.es, el Dr. Rafael Peñalver, investigador principal del proyecto Eficacia de la implantación de medidas higiénicas para reducir infecciones en escuelas de educación infantil, explica que “la idea surge al ver que cada vez son más niños los que se quedan en guarderías desde edades cada vez más tempranas y los pediatras sabemos que esto es un foco de infecciones”.
Los investigadores apuntan que entre los motivos que justifican la escolarización a edades más tempranas se encuentra la incorporación cada vez mayor de la mujer al mercado laboral o el aumento de las familias monoparentales. Además también señalan como factor importante que la asistencia a una guardería puede “favorecer la socialización y educación del niño”.
“Está demostrado que los niños que acuden a guarderías tienen más infecciones que quienes no lo hacen”
Peñalver apunta que “está demostrado que los niños que acuden a guarderías tienen más infecciones que quienes no lo hacen. Y cuanto más pequeños entren a la guardería más infecciones van a tener”. El proyecto busca analizar las formas de prevenir las infecciones. “Pusimos en marcha el estudio que durará dos años, durante el primer año simplemente tomamos datos de cuántas infecciones se dan en las guarderías, y en el segundo curso se dividirán las guarderías participantes en dos grupos y a la mitad se les van a dar unas charlas tanto a los padres como al profesorado, para intentar reducir las infecciones mediante la implantación de determinadas medidas higiénicas”, explica el pediatra.
Tras el primer año de proyecto, este estudio arranca ahora su segunda fase. “Vamos a dar formación tanto a los profesores como a los padres, para explicar cuáles son las infecciones más frecuentes y cuál es su manejo. Queremos evitar también que cuando un niño esté malo vaya al aula. También haremos hincapié en medidas de higiene básicas como el lavado de manos tanto de los niños como de los cuidadores, ventilación adecuada del espacio donde estén los menores, limpieza de superficies, etc”, afirma el investigador principal.
Algunos estudios asiáticos y europeos ya han realizado proyectos similares para la reducción de alguna patología concreta como el virus boca mano pie, que es una enfermedad vírica que se da mucho en niños en edad de guardería, y que demostraron que simplemente con aumentar la frecuencia del lavado de manos y la concienciación de los padres se reducían mucho los contagios. “En nuestro caso, el proyecto es más general porque queremos abarcar más infecciones. Desde las que afectan a las vías respiratorias superiores, como catarros, faringitis, amigdalitis… Hasta gastroenteritis. Estas son sólo las infecciones más habituales”, apunta Peñalver.
“Las enfermedades de los niños tienen mucha repercusión a nivel social”
Los procesos infecciosos suponen un aumento de gasto de recursos sanitarios. El informe de los investigadores de este proyecto piloto señala que estudios anteriores determinan que los alumnos matriculados en guardería tenían un incremento de riesgo de infección respiratoria alta, otitis media aguda, infecciones respiratorias bajas y gastroenteritis aguda.
En el estudio participan pediatras y enfermeras del área de Salud Almazán-Soria, además de una veintena de escuelas de educación infantil seleccionadas con unos criterios específicos de mínimos por aula ya que, apunta Peñalver, “en el medio rural algunas mezclan niños de todas las edades”.
“Las enfermedades de los niños tienen mucha repercusión a nivel social”, apunta el pediatra. “Los niños que van a guarderías tienen muchas más infecciones: acuden más al pediatra por lo que consumen más recursos, más antibióticos; transmiten más infecciones a sus cuidadores, ya sean padres o abuelos, y eso repercute en bajas laborales. Por ello, si con estas medidas se pueden reducir las infecciones en los niños, el beneficio es para toda la sociedad”, concluye el investigador.