Hace cinco años, la ciudadanía, el Sistema Nacional de Salud y los profesionales sanitarios vieron como un virus desconocido por aquel entonces impactaba sobre su vida cotidiana, dejando una huella profunda. La pandemia supuso el mayor retroceso en la esperanza de vida al nacer desde la guerra civil, y el PIBretrocedió a niveles próximos a los de 2016. Un lustro después, la Sociedad Española de Epidemiología repasa los retos, las carencias y los logros que ha significado esta crisis sanitaria con el objetivo de aplicar las lecciones aprendidas y estar preparados para hacer frente a futuras amenazas.
A pesar de que, aparentemente, el nivel de preparación de España frente a una pandemia se consideraba adecuado, el inicio de la crisis de la COVID-19 evidenció que los sistemas de vigilancia, información y alerta temprana no estaban lo suficientemente preparados para afrontar este desafío. Al principio de la pandemia tampoco había los suficientes recursos diagnósticos, terapéuticos, ni de material sanitario. “Es necesario, por tanto, seguir trabajando para que la preparación ante emergencias y situaciones excepcionales con riesgo para la salud poblacional, sea una realidad en España, realizando evaluaciones periódicas, a todos los niveles, del grado de preparación”, explican desde la SEE.
Los sistemas de vigilancia en salud pública no disponían de la estructura necesaria y hubo que improvisar mecanismos y soluciones
Los/as epidemiólogos/as recuerdan que, en general, los sistemas de vigilancia en salud pública no disponían de la estructura necesaria y hubo que improvisar mecanismos y soluciones gracias al compromiso de los profesionales de la salud pública y la vigilancia. Por otra parte, los planes de contingencia no fueron aplicados de la manera prevista, y faltaron profesionales para el seguimiento de los casos y sus contactos, elemento clave para frenar la expansión de la epidemia. Por ello es necesario actualizar y revisar los planes con periodicidad y disponer de profesionales suficientes y formados.
Además, la SEE considera que la COVID-19 puso de manifiesto la distancia existente entre los servicios de salud pública y los niveles asistenciales, así como la necesidad de contar con herramientas para realizar una adecuada recogida de información. Desde la SEE reconocen que la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública en 2024 es un primer paso positivo que deberá seguir desarrollándose y ampliándose en un futuro próximo. Y aunque se han dado pasos en la mejora de la vigilancia epidemiológica, la implementación de la Declaración de Zaragoza sobre vigilancia en salud pública (2022) está siendo lenta, y la creación de una Agencia Estatal de Salud Pública sigue pendiente de aprobación.
Asimismo, recomiendan establecer protocolos estandarizados en residencias de personas mayores y otros colectivos en situación de vulnerabilidad, fortaleciendo el sistema de cuidados de larga duración y mejorando la coordinación sociosanitaria.
El COVID-19 puso de manifiesto la distancia existente entre los servicios de salud pública y los niveles asistenciales, así como la necesidad de contar con herramientas para realizar una adecuada recogida de información
LA CAMPAÑA DE VACUNACIÓN, EL GRAN HITO
Entre las cuestiones que la SEE remarca como positivas se encuentra la campaña de vacunación frente a la COVID-19, todo un hito mediante el cual se inmunizó a la gran mayoría de la población española en un tiempo récord, teniendo en cuenta las dificultades existentes. Permitió, además, desarrollar un sistema de información sobre vacunaciones que quedará como una de las ganancias tras la pandemia.
El estudio ENE-COVID, coordinado desde el Instituto de Salud Carlos III, en el que participaron todas las comunidades autónomas, representó un logro no solo de la investigación en salud pública y epidemiología en España, sino también un referente para otros países. Hizo posible disponer de información útil para evaluar la pandemia.
La SEE recuerda la importancia de EVALUACOVID, la evaluación publicada a finales de 2023, en la que se resumían las lecciones aprendidas de esta crisis sanitaria, así como del informe que la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) publicó en 2022, en el que se incluían muchos aspectos de evaluación de la pandemia. Documentos que, a pesar de su valor, no han sido demasiado tenidos en cuenta.
La sociedad científica también destaca el impulso que recibieron algunos aspectos asistenciales, como la atención telefónica y las teleconsultas, aunque con matices. “En algunos casos puede mejorar la accesibilidad al sistema sanitario, pero en otros puede resultar desincentivadora y comprometer la equidad de la atención, especialmente en determinados colectivos”, explican.
A día de hoy, no se conoce el impacto de la pandemia sobre la detección temprana de cánceres, el estadio avanzado previsible por la interrupción tanto de los programas de prevención, la derivación ante sospecha diagnóstica y la demora de los tratamientos
No hay que olvidar que programas de Salud Pública como los cribados de cáncer o la atención de otras enfermedades crónicas quedaron suspendidas y ha supuesto un esfuerzo importante poder recuperar estos programas. Además, todavía no se conoce el impacto de la pandemia sobre la detección temprana de cánceresprevenibles y no prevenibles, así como el estadio avanzado previsible por la interrupción tanto de los programas de prevención, la derivación ante sospecha diagnóstica y la demora de los tratamientos.
LA FLEXIBILIDAD DE LOS CENTROS Y PROFESIONALES SANITARIOS, CLAVE PARA AMORTIGUAR LA PANDEMIA
Durante los primeros momentos de la pandemia, la atención primaria sufrió la mayor presión, con una gran sobrecarga que puso de manifiesto la necesidad de su optimización y fortalecimiento. De hecho, la escasez de profesionales sanitarios en el Sistema Nacional de Salud no se ha solventado.
Sin embargo, pese a las dificultades y las carencias, la capacidad auto-organizativa y la flexibilidad de los centros y profesionales sanitarios permitió, en líneas generales, afrontar la situación, aportando soluciones ante un problema complejo.
En cuanto a la gobernanza en salud, desde la SEE advierten de que sigue siendo una asignatura pendiente, algo que quedó patente en las contradicciones en la respuesta frente a la pandemia de las distintas administraciones. “El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud no fue capaz de adoptar siempre decisiones homogéneas cuando era necesario. Es urgente que este órgano mejore sus mecanismos de decisión”, señalan.
Y afirman que el marco legal que existe en España “es insuficiente” para afrontar una crisis sanitaria de la magnitud de la pandemia de COVID-19. Por ello, urgen a poner en marcha el Plan de Preparación y Respuesta ante Emergencias en Salud.
Finalmente, la SEE señala la comunicación como asunto a mejorar, ya que en algunos momentos la infodemia y la infoxicación contribuyeron a desacreditar el criterio científico y la confianza en las instituciones.