Marina Pollán acaba de cumplir sus primeros tres meses como nueva directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el organismo público de investigación sanitaria más importante de España y toda una referencia a nivel internacional en esta materia. Pollán es, además, la primera directora del ISCIII -dependiente de los ministerios de Sanidad y de Ciencia, Innovación y Universidades- que ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional dentro de él, y ahora atiende a ConSalud.es para hacer balance de su llegada y hablar sobre los proyectos que tiene en marcha.
¿Cómo han sido estos primeros meses en el cargo? ¿Qué ISCIII se ha encontrado?
La verdad es que, viniendo de dentro y habiendo desarrollado toda mi trayectoria profesional aquí, es sorprendente que haya encontrado tantas cosas nuevas que no conocía. El ISCIII es muy grande, y, al financiar, coordinar y vertebrar la investigación del Sistema Nacional de Salud, tiene mucha actividad hacia fuera. También me ha sorprendido mucho la cantidad de gente con la que me he reunido desde mi llegada y con iniciativas tan interesantes dentro del mundo de la investigación biosanitaria en España.
Es la primera persona nombrada directora del ISCIII y que ha desarrollado su trayectoria dentro del organismo… ¿de qué manera cree que puede ser esto beneficioso para desarrollar sus funciones?
Imagínate, yo entré en el Instituto en 1990… y espero que sea algo que me pueda servir para impulsar los centros propios, que hicieron un trabajo muy duro, por ejemplo, recientemente en la pandemia. Uno de mis objetivos es precisamente cuidar, mejorar e impulsar la buena investigación que hay aquí dentro. En ese sentido, creo que la parte de dentro puede salir muy reforzada, aunque también es verdad que la capacidad para tener mayores fondos y hacer más cosas no depende solo de mí.
Espero que mis compañeros no se sientan frustrados, porque este tipo de iniciativas y cambiar ligeramente el rumbo, en un crucero tan grande como el nuestro, lleva tiempo. No es algo que se vaya a ver inmediatamente, pero estamos ahí, impulsando proyectos internos nuevos. Ojalá que al final se note el que alguien de la casa cuide la casa, sin dejar de atender, por supuesto, todo lo de fuera, que también es muchísimo.
Citaba a la pandemia, que le pilló al poco de ser nombrada directora del Centro Nacional de Epidemiología… ¿cómo recuerda aquello y qué supuso su trabajo entonces?
Yo vengo del ámbito de la epidemiología del cáncer, y, aunque soy médico y obviamente he estudiado las enfermedades transmisibles, la pandemia me pilló por sorpresa, como a todo el mundo. En esa época trabajábamos muchísimo, no había fines de semana, recuerdo que cuando hicimos el estudio de prevalencia había días de salir a las dos de la mañana del Instituto. Y no solo yo, sino que todos los compañeros arrimamos el hombro, proporcionando además el número de casos que nos llegaban desde las comunidades y haciendo uso de nuestro Sistema de Monotorización de la Mortalidad Diaria (MoMO), que fue el primer instrumento que dio de manera gráfica una imagen de lo que se supo que fue el impacto de la pandemia en la primera ola. La pandemia fue muy dura, pero también una experiencia que, ahora que ha pasado el tiempo, puedo decir que me permitió conocer lo mejor de mis compañeros.
Justo ha comentado antes el especial interés que siempre ha tenido por la investigación del cáncer… ¿le gustaría potenciar también esta área como directora del ISCIII?
Está claro que, ahora que soy directora, y por mucha que venga de donde vengo, no debo desatender los otros ámbitos de investigación tanto de fuera como de dentro del centro. Pero también es verdad que el cáncer en nuestro país tiene una posición muy relevante en cuanto a investigación, y tal vez me dejaría dejar mi impronta haciendo más hincapié en la prevención. No solo del cáncer, sino de todas de todas las enfermedades crónicas, que son las principales causas de moribilidad y de mortalidad en nuestro país.
"Queremos organizar una jornada en octubre o noviembre para resaltar el avance que han supuesto estos proyectos en la investigación del Sistema Nacional de Salud"
Hace ya unos cuantos años que la medicina de precisión ha puesto de manifiesto la necesidad de meter en los objetivos de investigación no solo la búsqueda de mejores diagnósticos y tratamientos, sino también estrategias preventivas dirigidas a evitar o retrasar lo más posible la enfermedad, especialmente en una sociedad tan envejecida como la nuestra. Dar ese énfasis no es nuevo, y otros países, como Estados Unidos, que ha lanzado una iniciativa con muchísima financiación, ya lo están haciendo, Me gustaría llamar la atención de todos los investigadores para que también dirijan su mirada hacia un área que siempre ha estado más desatendida.
Ahora que hace referencia a la medicina de precisión… ¿cómo han sido los tres primeros años de implantación y hacia donde puede ir uno de los grandes proyectos del Instituto Carlos III como IMPaCT, la Infraestructura de Medicina de Precisión asociada a la Ciencia y la Tecnología?
Seguimos trabajando en ello. En el primero de los tres programas, el de la cohorte, que es el que yo coordino, se están abriendo cincuenta centros, de momento llevamos 33. El objetivo ahora es que todas las comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, tengan al menos un centro abierto, además de, claro está, proporcionarles estabilidad. Todavía hace falta mucho esfuerzo y más grupos implicados, por lo que me gustaría darle continuidad para que no decaiga, sobre todo entre los investigadores jóvenes. A veces pienso en lo que me podría haber supuesto la cohorte del IMPaCT si hubiese estado disponible cuando yo empecé.
Luego está el programa de la medicina genómica. Precisamente, este año vamos a lanzar una convocatoria que está centrada en las enfermedades raras, sobre todo las que siguen sin estar atendidas. Muchas veces, descubrir el trastorno genético supone una vía para encontrar un tratamiento adecuado. Por último está el eje de los datos, que también tenemos que seguir impulsando ahora que se está construyendo el Espacio Europeo de la Salud. Nuestro país está muy bien posicionado gracias al esfuerzo de todas las administraciones, con acciones como la creación de la historia clínica. Pero utilizando otros datos, como los de la cohorte, esperamos facilitar la tarea al resto de grupos que vayan a utilizar esos datos para sus fines.
Desde luego, el ISCIII no anda falto de proyectos…
Queremos organizar una jornada para resaltar el avance que han supuesto estos proyectos en la investigación del Sistema Nacional de Salud. Todavía tenemos que concretar la fecha, pero será en octubre o noviembre. Hemos dedicado mucho dinero a esto, y es importante que la gente sepa hasta qué punto se está reflejando en avances concretos que se puedan transferir al SNS.
Ojeando su currículum, resulta impresionante la cantidad de proyectos de investigación en los que ha estado involucrada durante toda su trayectoria… ¿no tiene cierto temor a dejar de lado esta faceta ahora que es directora?
Tiempo para investigar ya no tengo ninguno. Además, creo que sería muy irresponsable por mi parte dedicarme a mis proyectos, porque ahora lo que tengo que hacer es representar de la mejor manera posible a toda la casa. Sabía que pasaba a otra parte, a la última etapa de mi vida profesional, pero afortunadamente hemos sido capaces de construir entre todos un grupo bastante grande que puede seguir produciendo y aportando sin mí. Creo que la experiencia que hemos ido acumulando durante todos estos años, tanto el resto de profesionales del Instituto como yo, la podemos utilizar para tener una mejor visión de lo que viene y cómo posicionarnos. Está claro que, cuando recibes dinero público, tienes un papel predominante.
¿Fue una decisión complicada?
Recuerdo que cuando me ofrecieron esta oportunidad yo estaba de vacaciones, y lo primero que pensé es que no iba a aceptar. Me parecía muy complejo. Pero luego pensé en los proyectos que había en marcha, en los buenos investigadores de dentro que tenían todo muy bien posicionado… y que tampoco me quedaba tanto recorrido. Además, en la vida me ha ido muy bien diciendo que sí a cosas que me daban miedo, como cuando accedí a la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. Había que hablar inglés, y yo inglés había aprendido bastante tarde, porque en su día estudié francés. Pero fue una experiencia muy interesante.
"En la vida me ha ido muy bien diciendo que sí a cosas que me daban miedo"
Lo mismo cuando acepté ser la primera mujer dirigiendo un área CIBER (Centro de Investigación Biomédica en Red) o cuando me puse al mando del Centro Nacional de Epidemiología. Es la última etapa de mi vida profesional, y lo llevo con bastante libertad. Si veo que realmente la situación me sobrepasa, siempre puedo volver a mi vida anterior y esperar que mi grupo me acoja. Ahora mismo no me lo planteo, pero desde luego no es lo mismo aceptar este reto cuando llevas media vida profesional, porque al final puede suponer un parón a la hora de investigar del que es complicado volver, que cuando estás en una posición como la mía.
Siendo como es usted de León, ¿hasta qué punto es también importante fomentar que todo el mundo pueda acceder a la investigación en España y que esta no se concentre solo en las grandes ciudades?
Efectivamente, es algo que intentamos hacer desde aquí, y es a lo que me refería antes cuando decía que el ISCIII vertebra la investigación. Somos los únicos actores para que realmente la investigación no se limite solo a Madrid y Barcelona, sino que se impulse en las comunidades autónomas. Tenemos convocatorias de atracción de talento, y aquellos grupos que lo deseen y que tengan un buen perfil se pueden incorporar en ciudades más pequeñas. Luego, una vez que terminan ese contrato de investigación, es una pena si ese conocimiento se pierde, y es labor de las comunidades autónomas intentar integrarlos. Me consta que lo están intentando.
También tenemos otras iniciativas. Acabamos de sacar la convocatoria de creación de unidades de ensayos clínicos precisamente para eso. España está muy bien posicionada en la realización de ensayos clínicos en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Es otra de las cosas que no sabía y que descubrí al llegar aquí. Pero sí, si solo tenemos foco de investigación en Madrid y Barcelona cada vez va a haber mayor diferencia entre lugares de primera y de segunda. Eso es algo en lo que creo que también está muy comprometido el Ministerio de Sanidad.
Justo ha llegado al cargo coincidiendo con el centenario de la Escuela Nacional de Sanidad…
Es una satisfacción muy grande. La propia ministra de Sanidad, Mónica García, ha sido alumna de la Escuela, el director general de Salud Pública no solo ha sido alumno, sino que se ha formado como especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública aquí. Queremos aprovechar el centenario para dar un impulso a la Escuela y para mejorar y ampliar sus horizontes, y ahora tenemos a un nuevo director que es un enamorado de la disciplina y al que designé porque realmente pensaba que era la figura que necesitábamos. Además, estamos construyendo un nuevo edificio que esperemos que esté listo, o al menos visitable, para la celebración del centenario.