Los enfermeros especialistas sin EIR siguen con la lucha: “Hemos contratado al bufete de los MESTOS”

Rubén Mera Pérez, vicepresidente de EESTO (Asociación Nacional de Enfermeras Especialistas Sin Título Oficial), nos explica los siguientes pasos que van a seguir en busca de su regularización

Rubén Mera Pérez, especialista sin especialidad (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
Rubén Mera Pérez, especialista sin especialidad (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
Manuel Gamarra
12 junio 2024 | 07:00 h
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En España hay, a día de hoy, miles y miles de enfermeras que están ejerciendo en unidades especializadas sin tener la titulación. ¿La razón? Las especialidades en Enfermería, a las que se accede vía formación EIR (Enfermero Interno Residente), no fueron reguladas hasta el año 2005, a través de un Real Decreto que también informaba sobre la forma que tenían de homologarse todas aquellas personas que ya ejercían en estas unidades antes de la existencia de las especialidades, y que exigía, entre otras cosas, un mínimo de tiempo de experiencia en las unidades. No obstante, muchas de ellas no llegaban a ese mínimo en aquel momento, y ahora, con casi 20 años de experiencia a sus espaldas, están en la misma situación que antes.

Ese es precisamente el caso de Rubén Mera Pérez, quien, como otros tantos compañeros de profesión afectados, llevan años organizados y transmitiendo sus reivindicaciones a través de EESTO (Asociación Nacional de Enfermeras Especialistas Sin Título Oficial). Es el equivalente en Enfermería a lo que fueron en su día los MESTOS (Médicos Especialistas Sin Título Oficial), y que, con la mayoría de sus miembros ya jubilados o muy próximos a esa edad, ha ido perdiendo fuelle con el paso del tiempo. Los EESTO, sin embargo, están muy vivos, y, explica el propio Mera Pérez, su vicepresidente, van a seguir luchando por esta desigual situación.

Lo que piden, asegura el enfermero madrileño, está muy claro: regularizar a todos por igual. “No tenemos datos concretos, porque no nos los han facilitado, pero hacemos una estimación muy alta de personas que nos encontramos en esta situación, cerca de 1.000”, dice. Él trabaja en Enfermería de Salud Mental, la primera especialidad que se desarrolló, desde poco antes de que se crease la especialidad, y no llegó a esa vía extraordinaria de homologación por solo un mes; para la Pediatría, lamenta el vicepresidente de la Asociación, le faltó mes y medio.

"Llevo formando a enfermeros especialistas en Salud Mental desde el año 2008 sin tener yo la especialidad"

“El sistema en Enfermería, al contrario que en Medicina, te ubica para trabajar donde ellos consideran oportuno. Pero cuando llevas mucho tiempo en un servicio, si por poquito no llegas a esa vía excepcional de homologación del título de especialista, te quedas fuera. Sin embargo, la dirección del hospital o del centro de salud en el que estás ya te mantiene en ese lugar trabajando, porque no son suficientes”, explica Mera Pérez. Así, apunta, se da una paradoja que habla bien a las claras de este problema: muchos EIR son formados por enfermeros que, como él, no tienen título de especialista. “Y lo llevan haciendo 12, 14, 16 años”, denuncia.

“Muchos de nosotros somos profesores asociados a las universidades, y estamos en todas las comunidades autónomas. Y, en mi caso, llevo formando a enfermeros especialistas en Salud Mental desde el 2008, que es cuando empezó a haber residentes. Soy su tutor, en la práctica clínica están conmigo y con otras compañeras que están en mi misma situación y nuestra relación con ellos es excelente. Nosotros siempre reconocemos que la prioridad es que debe haber enfermeros especialistas, pero es que nosotros también lo somos”, reivindica Mera Pérez.

"El bufete nos ha hecho un informe jurídico para valorar la posibilidad de realizar la propuesta, y efectivamente hemos visto que es posible"

Concretamente, informa el enfermero, en su unidad de Salud Mental son diez personas: cinco con especialidad y cinco sin especialidad. “Trabajamos todos juntos, somos un equipo y hacemos las mismas funciones. Entonces, ni ellos ni nosotros entendemos cómo esta situación sigue todavía estancada. Por esta discriminación, si me voy de mi puesto de trabajo, ya no podría volver después, porque no cumplo los requisitos para ello. Lo mismo si me quiero ir a otro servicio de especialidad”, lamenta Rubén Mera Pérez. Y añade: “No parece que haya a día de hoy ninguna intención de resolverlo”. Por eso, en EESTO se pusieron manos a la obra.

“El año pasado buscamos un bufete de abogados de alto prestigio, que había trabajado anteriormente con los MESTOS y que sufragamos los miembros de nuestro propio bolsillo. Este bufete nos ha hecho un informe jurídico para valorar la posibilidad de realizar la propuesta, y efectivamente hemos visto que es posible”, explica el vicepresidente de la asociación. ¿Los siguientes pasos?: “Estamos viendo si contactamos con los diferentes grupos políticos para que se genere una enmienda que pueda dar valor a la propuesta”. Además, destaca, el Ministerio va a revisar este año el Real Decreto sobre las especialidades de Enfermería.

APOYO UNÁNIME..., PERO POCO MOVIMIENTO

“Tenemos el apoyo de prácticamente todos los sindicatos, nos hemos reunido con los grupos políticos que estaban en el Ministerio, y todos nos han dicho que están de acuerdo en lo que pedimos… pero que ahora mismo no está entre sus prioridades resolver nuestra situación”, critica Mera Pérez, quien incide en el sistema algo “aleatorio” que tienen en los hospitales a la hora de contratar enfermeros sin especialidad: “A la dirección nos vienen los de cuarto que acaban de terminar de carrera, y les ofrecemos un contrato de verano ubicándoles en el servicio en el que hayan hecho sus últimas prácticas, para cogerles con la mayor dinámica posible. Si luego tienes suerte y hay alguna baja en el servicio en el que te ha tocado, o te ocurre como a mí, que me fueron renovando y renovando hasta que cogí plaza fija, ya te quedas y muy posiblemente te acabes especializando en un área determinada del hospital”.

Y es que, recuerda el vicepresidente de EESTO, todo esto se está produciendo en un momento en el que hacen falta más que nunca enfermeras especialistas. Sin embargo, alerta, como esta figure no se regule, la desigualdad va a ser aún mayor con los enfermeros que empiezan ahora: “Cada año se gradúan unas 8.500 quinientas enfermeras, pero no se ofertan ni la mitad de plazas EIR. Es decir, cerca de 6.000 enfermeras que se gradúan no son especialistas, y ahora mismo se estima que menos del 50% de las unidades están cubiertas por enfermeras especialistas. Cada diez años, unas 50.000 enfermeras pueden estar en nuestra situación”.

"Nos hemos reunido con los grupos políticos que estaban en el Ministerio, y todos nos han dicho que están de acuerdo en lo que pedimos… pero que ahora mismo no está entre sus prioridades resolver nuestra situación”

La homologación, informa, se ha venido haciendo a través de tres formas: una es únicamente por tiempo; otra, por tiempo trabajado y formación; y otra, por tiempo trabajado y examen. “Nosotros no culpamos a la Administración por las especialidades. Entendemos que toda esta prolongación de tiempo ha sido por sus necesidades de organización, porque somos miles de enfermeras”, asegura Mera Pérez, quien asegura no tener problema con ninguna de las tres fórmulas.

“Lo que pasa es que si pones el corte a una especialidad en 2008, a otra en 2010, a otra en 2014 y a otra en 2020, los que hemos acabado la carrera ese año vamos a correr distinta suerte dependiendo de donde nos toque trabajar. Pedimos que se nos reconozca el trabajo que hemos hecho durante todos estos años, y que nos igualen las condiciones a los de la primera jornada de especialistas del 2008”, sentencia el vicepresidente de EESTO.

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