Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada año el 8 de marzo, ConSalud.es ha preparado un especial informativo para recabar la opinión de profesionales, políticas y pacientes que son referencia en el sector sanitario. Una de ellas ha sido la vicepresidenta del Consejo General de Enfermería (CGE), Pilar Fernández.
La profesión enfermera siempre ha tenido un marcado perfil femenino. A día de hoy, ¿continúa siendo así?
Sí, el 85% de los profesionales de Enfermería son mujeres, pero los compañeros varones están tan integrados que son muchos los que entienden, e incluso fomentan, a que se refieran a ellos como "enfermeras".
¿Cuál es la situación de la enfermera en el plano asistencial, investigador y docente?
Si echamos la vista atrás, la evolución profesional y académica de la profesión enfermera ha sido importante. Quedan muy lejos aquellos años de ser una profesión supeditada a otra, en su momento muy masculinizada. Las enfermeras ahora son graduadas como otros profesionales sanitarios, muchas de ellas especialistas, doctoras universitarias… La producción científica de Enfermería ha crecido de forma exponencial también. Sin embargo, en el plano asistencial el panorama es desolador como hemos dejado patente en la macroencuesta nacional que hemos presentado hace un par de semanas.
"Las enfermeras denuncian que no pueden más, que sufren cuadros de depresión y ansiedad, que se plantean dejar la profesión, algo nunca visto antes, y que creen que la clase política las desprecia y ningunea"
España paga muy caro el déficit endémico de enfermeras que tenemos, cifras impropias de un país desarrollado, estamos a la cola de la Unión Europea en enfermeras en relación al número de pacientes que deben atender. Observado nuestra pirámide demográfica, de esa sociedad envejecida y aquejada de dolencias crónicas, deducimos que se comprometen los cuidados debido a la falta de enfermeras.
La pandemia ha desbordado una situación que ya era insostenible. Las enfermeras denuncian que no pueden más, que sufren cuadros de depresión y ansiedad, que se plantean dejar la profesión, algo nunca visto antes, y que creen que la clase política las desprecia y ningunea. Este panorama es terrible.
¿Existe un techo de cristal a la hora de optar a jefaturas en los centros hospitalarios?
Para empezar, existe una discriminación evidente hacia las enfermeras desde el momento en que la Administración Pública las encuadra en el nivel A2 en lugar de en el A1 como a otros profesionales que cursan un grado superior con los mismos créditos (abogados, economistas, periodistas, físicos, psicólogos…). Todo esto impide a las enfermeras acceder a según qué puestos de responsabilidad en centros sanitarios. Es una vergüenza y un sinsentido. Es verdad que hay una enfermera al frente de una Consejería de Sanidad en Baleares, viceconsejeras y directoras generales. Sin embargo, todavía un sindicato médico denuncia en Navarra que una enfermera dirija un centro de salud.
El Consejo General de Enfermería es una organización con una fuerte presencia de mujeres en sus equipos de trabajo. ¿Existe algún punto concreto donde se aprecie esta igualdad de género?
En la Organización Colegial de Enfermería en su conjunto las mujeres tenemos mucho peso específico y presencia, tanto en el consejo como en los colegios provinciales, lideramos áreas de trabajo y proyectos de todo tipo. En áreas clave como la investigación, la formación o la ética las mujeres somos abrumadora mayoría.
¿Queda mucho por hacer en el sector sanitario?
Sin duda. Como ocurre en el resto de la sociedad, las enfermeras escuchan demasiado a menudo comentarios despectivos u obscenos. Eso por no hablar de la imagen sexualizada de disfraces y espectáculos varios. Sencillamente repugnante. Pero es la punta del iceberg.
"Tenemos que seguir peleando porque la situación ideal de consideración y respeto a la mujer todavía la vemos a mucha distancia en la sanidad y en la sociedad en general"
Las enfermeras tienen muchos obstáculos para conciliar vida laboral y personal debido a los turnos. Y siguen llevando el peso de la vida doméstica. Llegar lejos en el mundo académico o investigador requiere "robar" tiempo a tu familia para escribir artículos científicos o trabajar en una tesis porque en los centros sanitarios no les conceden horas para investigar. Y hay quien menosprecia el liderazgo femenino. Tenemos que seguir peleando porque la situación ideal de consideración y respeto a la mujer todavía la vemos a mucha distancia en la sanidad y en la sociedad en general.
¿Qué le diría a todas esas niñas y adolescentes que, en el futuro, se plantean ser enfermeras?
Que es la profesión más bonita del mundo, cuidar de los demás, alumbrar una sociedad más saludable y justa. Estamos ante una sociedad marcada por el envejecimiento y la cronicidad donde la clave es el cuidado de la población, por eso vamos a necesitar muchas enfermeras en un futuro a corto, medio y largo plazo.