El Sindicato de Enfermería (Satse) ha vuelto a mostrar su rechazo a la Farmacia Comunitaria. En este sentido, ha valorado las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora por las distintas comunidades autónomas en relación a este aspecto.
Según señala Satse, "vemos, por un lado, que gobiernos como los de Andalucía, Baleares o Extremadura (PSOE) no comparten la implantación de la Farmacia Comunitaria y están rechazando los intentos de llegar a acuerdos de los farmacéuticos". Por otro lado, el sindicato enfermero muestra sus críticas a gobiernos como el de la Comunidad de Madrid, "que ya ha aprobado incluso un proyecto de Ley, que está ahora pendiente de debatirse en la Asamblea".
"Los gobiernos como los de Andalucía, Baleares o Extremadura no comparten la implantación de la Farmacia Comunitaria"
En esta línea, Satse destaca las actuaciones de Andalucía, donde, según explica el sindicato, se ha iniciado la contratación de 527 enfermeras, 33 matronas y 69 fisioterapeutas para impulsar y fortalecer la atención sanitaria en los centros de salud y la atención domiciliaria.
Si se implanta la Farmacia Comunitaria, las responsables "únicas y exclusivas" serán las consejerías de Sanidad y Salud, insiste Satse, por lo que vuelve a reclamar a los Gobiernos autonómicos que "no propicien acuerdos que dejen en manos de establecimientos comerciales privados, las oficinas de farmacia, unos servicios asistenciales que ya prestan enfermeras y médicos si ningún coste añadido".
Satse busca que las autonomías "no propicien acuerdos que dejen en manos de las oficinas de farmacia unos servicios asistenciales que ya prestan enfermeras y médicos si ningún coste añadido"
El Sindicato de Enfermería tiene "serias sospechas" de que el dinero que se destine a pagar a las farmacias por estos servicios asistenciales que "no les competen" se quite de "las partidas destinadas en sus presupuestos a los profesionales sanitarios y, por tanto, las plantillas de enfermeras y médicos se reduzcan y se siga deteriorando la sanidad pública".
De otro lado, Satse reclama a los diferentes partidos políticos que no se dejen fascinar por los "cantos de sirena" de los empresarios farmacéuticos y no les ayuden a detonar la "bomba de relojería" que supone la Farmacia Comunitaria para el mantenimiento presente y futuro del sistema sanitario público.