"No se puede llegar a todo, sin más enfermeras se ralentizará la vacunación y la atención sanitaria"

La secretaria general técnica y portavoz del Sindicato de Enfermería, Satse, María José García Alumbreros, analiza cómo está viviendo Enfermería la campaña de vacunación frente a la Covid-19.

María José García, portavoz del Sindicato de Enfermería (Satse). (Foto. Satse)
31 enero 2021 | 00:00 h
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La secretaria general técnica y portavoz del Sindicato de Enfermería, Satse, María José García Alumbreros, analiza cómo está siendo el proceso de vacunación contra la Covid-19.

La responsable sindical sostiene que la existencia de distintos planes de vacunación produce desigualdades de cara al acceso de las vacunas entre la población.

¿Va la campaña de vacunación frente a la Covid-19 a buen ritmo?

Creemos que no, que se está yendo tarde. No puede haber 17 ritmos de vacunación diferentes en toda España. Cada comunidad autónoma va a un ritmo, lo hace de una manera distinta y al final se constata que hay una tremenda desigualdad en cuanto a prestaciones sanitarias entre unos territorios y otros", asegura la portavoz de la organización sindical.

En algunas de las últimas estadísticas, se pudo ver qué CC.AA no habían llegado a distribuir el 40% de la dosis entre los grupos estipulados, mientras que otras alcazaban el 90%. Desde el Satse apostamos porque se amplíen los horarios de vacunación en todo el territorio para dar celeridad a este proceso, el virus no entiende de fines de semana o festivos. Cuanto más rápido vacunemos a la población antes bajarán los contagios, que es lo que estamos necesitando.

Históricamente las organizaciones profesionales de Enfermería han reclamando un incremento del número de enfermeras y enfermos en el Sistema Nacional de Salud. ¿Hay personal suficiente para afrontar este proceso de vacunación?

El número de profesionales sanitarios es suficiente para ejecutar esta parte del procedimiento, aunque se necesitarán refuerzos cuando sea el momento de la vacunación masiva. En esta fase de la vacunación, el personal sanitario que tiene el Sistema Nacional de Salud (SNS) debería ser suficiente, porque estamos en la etapa más fácil del proceso y es la que debería ir más rápida.

El problema nos va a venir cuando tengamos que vacunar a la población general, porque aunque aumente la recepción de las dosis y se refuerce la Atención Primaria, va a hacer falta más personal para darle celeridad.

La pandemia ha demostrado esta carencia y resalta la escasez de personal de Enfermería, con el colapso que se está viviendo en Atención Primaria. Llevamos denunciando desde hace años que en Atención Primaria faltan 15.500 enfermeras. No se puede llegar a todo, hay mucho paciente al que atender, sin más personal se ralentizará tanto la vacunación como la atención sanitaria.

Está habiendo ofrecimientos por parte de otros colectivos de profesionales sanitarios para ayudar con la vacunación. ¿Es necesario? ¿Qué parece?

No soy partidaria de tomar decisiones a la ligera. Por el momento, el personal de Enfermería es suficiente para afrontar esta primera parte del proceso, los retrasos se deben a otras cuestiones como la logística o los horarios de vacunación. Si en el futuro hiciesen falta más enfermeras, lo ideal es reforzar los equipos de Atención Primaria y no recurrir a otro tipo de profesionales.

Las enfermeras y los enfermeros tienen las competencias necesarias y específicas para la vacunación contra la Covid-19, son quienes tienen que administrarlas y se ha de asegurar que sea así. Abrir la puerta a otros profesionales ajenos a este tipo de procedimientos puede llevarnos a situaciones futuras dentro del Sistema Nacional de Salud que prefiero ni pensar.

Y en general. ¿Cómo está viviendo Enfermería esta tercera ola de Covid-19?

Las enfermeras y los enfemeros están agotados físicamente y psicológicamente, porque no han tenido tiempo de recuperarse desde marzo y siguen viendo las mismas situaciones dantescas que se vivieron al principio de esta pandemia. No damos abasto, está incrementándose la presión hospitalaria y se están llenando las camas de UCI, hay que tomar medidas para frenar los contagios.

Sabemos que por nuestra profesión tenemos que enfrentarnos a la muerte pero no es lo mismo hacerlo una vez cada tres meses que tres veces en un día, porque eso carga psicológicamente a los profesionales y es muy difícil de remontar. Nos hemos acostumbrado a las cifras de fallecidos, se ha perdido esa sensibilidad y parece que es algo ajeno, cuando no es así, cualquiera puede ser víctima de la Covid-19.

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