El Sindicato de Enfermería, Satse, ha rechazado los plazos planteados por el Gobierno central y por los ejecutivos autonómicos para acabar con la alta temporalidad que existe en el sector sanitario público, ya que pueden llevar a que no se resuelvan las ofertas públicas de empleo necesarias hasta dentro de nueve años.
 

Las diferentes administraciones públicas podrían aprobar procesos selectivos hasta 2019 y luego contarían con otros tres años para convocarlos y otros tres para resolverlos

En la última reunión del Ámbito de Negociación entre Gobierno central y sindicatos, Satse manifestó su “total disconformidad con los plazos planteados para celebrar las ofertas públicas de empleo que contribuyan a reducir la temporalidad, y que se van a plasmar en un documento elaborado en base a las consideraciones de la administración estatal y las comunidades autónomas”.

En concreto, las diferentes administraciones públicas podrían aprobar procesos selectivos hasta 2019 y luego contarían con otros tres años para convocarlos y otros tres para resolverlos. Para Satse, son unos plazos “inasumibles” por ser “excesivamente largos” y depender exclusivamente de la voluntad de cada administración autonómica.

“La Comunidad Autónoma que no tenga interés en desarrollar la OPE con diligencia puede alargar todo el proceso hasta casi nueve años desde el momento actual, algo que consideramos que no cumple con el objetivo de reducir la temporalidad que se planteaba”, apunta la organización sindical.

Para el Sindicato de Enfermería, no se trata de un escenario nada descartable ya que, transcurrido cerca de un año desde que el Tribunal de Justicia Europeo alertase sobre la situación existente en España, Gobierno central y comunidades autónomas “siguen realizando declaraciones de buenas intenciones que aún no se han concretado en ninguna realidad”. 

En la reunión del Ámbito de Negociación, los profesionales de la Enfermería también insistieron en que debe hacerse un concurso de traslados previo a la OPE; que el sistema de selección debe ser el concurso-oposición y ningún otro, y que los aspirantes tienen que superar el concurso-oposición y, posteriormente, en función de la puntuación obtenida, elegir entre las plazas disponibles en el momento de su elección.