Con su transformación de 349 plazas a la categoría de enfermera especialista, Asturias se convierte, junto a la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León y Aragón, en una de las seis comunidades autónomas que cuentan con la categoría de enfermera especialista en Geriatría. Un paso muy importante para la especialidad que, no obstante, se ve algo eclipsado al comprobar el reparto de dichas plazas en el Principado.
Y es que, de las 349, solo 11 corresponden a enfermeras especializadas en Geriatría, frente a las 206 de Enfermería Familiar y Comunitaria, las 65 de Enfermería de Salud Mental, las 59 de Enfermería Pediátrica y las 8 de Enfermería del Trabajo. “Por un lado, es una buena noticia que se cree la categoría profesional, aunque sean pocas plazas. Pero, por otro, a nivel político sigue habiendo muy poca voluntad de crecimiento de nuestra especialidad. La bolsa solo funciona realmente en Madrid y en Castilla-La Mancha, pese al envejecimiento poblacional y la que nos ha caído en la pandemia, que parece que no hemos aprendido nada”, lamenta a ConSalud.es Julia González Vaca, vicepresidenta de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica (SEEGG).
De hecho, ejemplifica, resultaba paradójico que Asturias, una de las primeras comunidades autónomas en contar con una unidad docente de Enfermería Geriátrica y que tiene un modelo de integración de las enfermeras en residencias de mayores y centros de día ejemplar, no tuviese creada esta categoría profesional. “Si todo esto no va de la mano del crecimiento de la especialidad de Enfermería Geriátrica, desde nuestro punto de vista no tendría mucho sentido. Es algo completamente incongruente, como empezar la casa por el tejado”, apunta González Vaca.
“Si todo esto no va de la mano del crecimiento de la especialidad de Enfermería Geriátrica, desde nuestro punto de vista no tendría mucho sentido"
Incongruente porque, recuerda, cada enfermera especialista que se forma en España -“y no digo en Geriatría, sino en cualquier especialidad”- cuesta alrededor de unos 65.000 euros. Sin embargo, como recordaba la propia experta en base a un estudio elaborado por Asociación EIR (AEIR), los que terminan su formación EIR en Enfermería Geriátrica únicamente pueden optar a puestos específicos de su especialidad en Madrid y en Castilla-La Mancha, lo que convierte a la suya en la especialidad que, en 2023, menos bolsas tenía funcionando en nuestro país.
“Estamos en el primer paso, que es crear la categoría profesional, y ahora tienen que dar el segundo, que es que la bolsa esté activa y que crezcan las plazas. Ahora mismo es irrisorio”, insiste la experta sobre una especialidad que, de igual manera, en la convocatoria EIR de 2025 vuelve a ser la que menos plazas oferta, con 93. Por delante tiene a Familiar y Comunitaria (919), Obstétrico-Ginecológica (451), Salud Mental (351), Pediatría (256) y Trabajo (92).
Son, eso sí, siete más que este año. “Incluso te diría que el aumento de plazas de nuestra especialidad es algo excepcional teniendo en cuenta que hay comunidades autónomas que ni siquiera tienen una sola unidad docente, como es el caso flagrante de Andalucía”, matiza González Vaca. Es más, Andalucía creó la categoría profesional de Facultativo Especialista en el Área de Geriatría en octubre del año pasado, y ni tan siquiera oferta plazas MIRde esta especialidad en 2025. “Si no tienen médicos geriatrías en su sistema sanitario, imagínate las enfermeras”, denuncia la experta y profesora en la Universidad de Barcelona (UB).
UNA ESPECIALIDAD POCO ATRACTIVA
La Geriatría parece que está, en definitiva, despertando cada vez menos interés entre los profesionales sanitarios. En el EIR, sin ir más lejos, la primera plaza de 2024 fue escogida por el número de orden 261, y fue la especialidad que más tardó en agotar todas sus vacantes; lo mismo ocurre con su homónima médica, que en la pasada convocatoria MIR se terminó 2.238 números más tarde que en 2023. Desde la EEGG reconocen esta situación, que ha llevado a la Geriatría a ser una de las especialidades “más denostadas” del Sistema Nacional de Salud.
“Todavía no hay una cultura en nuestro país acerca de que la atención a personas mayores requiere de formación especializada, al igual que nadie se plantearía que a un niño lo atienda un profesional que no tiene la especialidad de Pediatría. Vivimos en una sociedad muy edadista, en la que parece que con nuestros mayores todo vale”, critica Julia González Vaca. “En Asturias se ha dado un paso importante, pero todavía queda muchísimo camino por delante para que todos los organismos competentes se planteen la necesidad de contar con profesionales especialistas en Geriatría, enfermeros y médicos”, sentencia.