Existen más de 12,7 millones de profesionales sanitarios en Europa que, de forma potencial, están expuestos a medicamentos peligrosos, de los cuáles 7,3 millones son enfermeras y enfermeros. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que, en 2012, hubo más de 106.500 fallecimientos oncológicos atribuidos a la exposición de sustancias cancerígenas en el marco laboral, situándose como la "primera causa de muerte entre los trabajadores europeos".
En este complejo contexto, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha presentado este martes la ‘Guía para la monitorización de superficies con medicamentos peligrosos’, un documento que busca ahondar en esta circunstancia en las unidades de Enfermería, fuera de los servicios de Farmacia Hospitalaria.
"Hablamos de áreas y superficies donde se reciben, transportan, preparan, administran y desechan los medicamentos peligrosos, que corren el riesgo de hallarse contaminados por los citados medicamentos sin ningún control rutinario de la exposición"
"Hablamos de áreas y superficies donde se reciben, transportan, preparan, administran y desechan los medicamentos peligrosos, que corren el riesgo de hallarse contaminados por los citados medicamentos sin ningún control rutinario de la exposición", explica José Luis Cobos, vicepresidente de la corporación enfermera y uno de los autores de la guía. En este sentido, apuesta por "seguir avanzando en el desarrollo de normativas específicas" que protejan la salud de los profesionales de Enfermería.
La publicación, primera a nivel internacional, ha sido impulsada por 13 enfermeras expertas de distintos centros hospitalarios de toda España. "En la mayoría de los casos estos fármacos se emplean en ámbitos sanitarios pero hay que tener en cuenta que también se pueden emplear en el ámbito doméstico, en hospitalización domiciliaria, de los pacientes crónicos adultos y pediátricos, de pacientes trasplantados, oncológicos", sostiene Guadalupe Fontán, representante del Instituto Español de Investigación Enfermera y una de las coordinadoras de la guía.
"No es posible monitorizar todos los medicamentos peligrosos empleados en los centros, por lo que se deben establecer ‘fármacos diana’. De tal forma que, cada centro sanitario debe evaluar los fármacos más utilizados y escoger aquellos que más utiliza para la monitorización de superficies", precisa Tamara Domingo, también miembro del Instituto Español de Investigación Enfermera y coordinadora de la guía.
"Cada centro sanitario debe evaluar los fármacos más utilizados y escoger aquellos que más utiliza para la monitorización de superficies"
Si bien, añade Domingo, la guía incluye una lista de fármacos que, en todo caso, deberían monitorizarse: doxorrubicina, 5-fluorouracilo, metotrexaco; además de ganciclovir, tracolimus, micofenolato, Bacillus calmette Guerin (BCG), epirrubicina, doxorrubicina pegilada, paclitaxel, azacitidina, ciclosporina o fenitoína.
En la presentación también han participado María Ángeles Sánchez, enfermera de la Unidad de Trasplante de Pulmón del Hospital Universitario 12 de Octubre; Esther García Ruiz, supervisora de Enfermería de Urgencias de Maternidad y Embarazo de Alto Riesgo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, y Carolina Díaz de Mera, supervisora de Pediatría del Gregorio Marañón, quienes han aportado su visión sobre esta cuestión desde sus respectivas áreas de trabajo.