El presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, y el máximo responsable del Sindicato de Enfermería (Satse), Manuel Cascos, denunciarán este lunes que España está incumpliendo la normativa sobre bioseguridad, lo que supone un grave riesgo tanto para los profesionales sanitarios como para los ciudadanos.
Junto a expertos en riesgos biológicos y salud laboral, ambos representantes van a presentar los resultados del primer estudio realizado por el Observatorio de Bioseguridad impulsado por estas organizaciones. Un informe que, entre otras cuestiones, pone de manifiesto que durante los últimos años se ha registrado un incremento del número de accidentes biológicos entre las enfermeras y enfermeros.
El documento analiza la actual exposición de los profesionales de Enfermería a medicamentos peligrosos, pinchazos accidentales y agentes biológicos letales
La investigación efectuada por el Observatorio de Bioseguridad ha sido posible gracias al trabajo realizado por las “enfermeras centinelas” en un total de 114 hospitales y centros de salud de todo el país. Así mismo, el estudio revela las tasas reales de vacunación de los profesionales.
Junto a ello, el documento analiza la actual exposición de los profesionales de Enfermería a medicamentos peligrosos, pinchazos accidentales y agentes biológicos letales.
NUESTRO PAÍS POSEE UNA "NORMATIVA MUY GENERAL"
Según explicó a ConSalud.esJosé Luis Cobos, asesor de Estudios del Consejo General de Enfermería (CGE), nuestro país cuenta con una “normativa muy general” sobre la prevención de riesgos laborales. Por ello, exige a los ministerios de Empleo y Sanidad elaborar "normas más específicas" enfocadas a "unificar y estandarizar los criterios desde el punto de vista regulatorio".
"Si no existen esas garantías mínimas, es lógico que un profesional se niegue a hacerlo"
En la actualidad, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) cuenta con un documento en el que recopilan todos los medicamentos considerados peligrosos que se utilizan en España. En relación a esta lista, Cobos apunta que también fija los mínimos de seguridad necesarios para manipularlos. Por ello, expone que "si no existen esas garantías mínimas, es lógico que un profesional se niegue a hacerlo".