La Ley General de la Seguridad Social establece que la edad ordinaria de jubilación puede ser rebajada o anticipada en aquellos grupos o actividades profesionales, cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, peligrosa, tóxica o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad. En este argumento se basa el Colegio Oficial de Enfermería de Málaga y otras organizaciones enfermeras, que entienden que los profesionales sanitarios, muy especialmente la Enfermería, cumplen todos los criterios relativos a toxicidad, peligrosidad, insalubridad y morbilidad.
A juicio del presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Málaga, José Miguel Carrasco, “la pandemia del Covid-19 y las preocupantes condiciones en las que han tenido que desarrollar su labor las Enfermeras son un claro ejemplo del derecho a la jubilación anticipada voluntaria de los sanitarios. Por eso, instamos a las administraciones correspondientes a que inicien el procedimiento de estudio de coeficientes reductores bajo la premisa de rebajar a 60 años de edad la jubilación en el ejercicio de las actividades sanitarias”.
"Muchas son las Encuestas de Calidad de Vida en el Trabajo que justifican que aquellos trabajadores pertenecientes al sistema de salud presentan niveles de estrés más altos en comparación con otros sectores como el industrial, siendo la Enfermería el perfil profesional con mayor posibilidad de sufrir ansiedad y estrés por la elevada carga emocional a la que se enfrenta. De hecho, de los accidentes en el personal sanitario, según diferentes estudios, cerca del 45% lo sufre el personal de Enfermería", informa el Colegio de Enfermería malagueño.
La jubilación anticipada voluntaria “no es una cuestión de regalar nada a la Enfermería, sino un reconocimiento de sus derechos"
Pero eso no es todo, las enfermeras siempre están en un entorno más cercano al paciente, con lo que es considerado como el colectivo más expuesto. Están en contacto continuo con patologías infectocontagiosas, trabajando con agentes patógenos exponiéndose ante virus, con la posibilidad de padecer alergias a algunos compuestos y el riesgo de exposición a residuos biosanitarios, gases, óxido y otros productos químicos. Modificando sus hábitos de sueño, alimentación y descanso para cubrir las maratonianas jornadas diarias y los turnos de noche, brindando atención y cuidados integrales a los usuarios del sistema de salud. “Algo que la sociedad y las administraciones continúan sin valorar ni reconocer”, matiza Carrasco.
Es por ello que, para el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga, la jubilación anticipada voluntaria “no es una cuestión de regalar nada a la Enfermería, sino un reconocimiento de sus derechos por la sobrecarga asistencial, las condiciones de salubridad y los elevados riesgos de salud, tanto físicos, ergonómicos y psicosociales a los que se enfrentan día tras día en su jornada laboral”.
Por ello, “siendo consciente de que la negociación sobre el asentamiento de la jubilación flexible para el Sistema Nacional de Salud entrará este 2023 en un punto clave, volvemos a reivindicar que se reconozca el derecho a los profesionales sanitarios de poder adelantar su edad de jubilación a los 60 años, sin ningún tipo de merma económica”, concluye el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga.