Esta semana se celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de Antimicrobianos, cuyo objetivo es favorecer los conocimientos sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM). y fomentar mejores prácticas para evitar la aparición y propagación de infecciones resistentes a estos medicamentos. Y es que cada año mueren alrededor de 4.000 personas como consecuencia de infecciones resistentes a los antibióticos. Se trata de una cifra cuatro veces mayor que la de muertos en accidentes de tráfico. Con todo y según datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), entre 2014 y 2020 el consumo de antibióticos en España ha descencido un 32,4% en humanos y un 56,7% en animales.
La resistencia a los antimicrobianos - incluidos los antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios - son medicamentos utilizados para tratar las infecciones en humanos, animales y medioambiente. Según explica el CGE en nota de prensa, las bacterias, virus, hongos y parásitos alrededor del mundo están cambiando y empiezan a no responder a los medicamentos utilizados hoy en día para el tratamiento de infecciones. Esta resistencia a los antimicrobianos surge de forma natural, a través de cambios genéticos y el uso excesivo o el mal uso ha acelerado esta resistencia. De esta forma, las infecciones son más difíciles de tratar, aumentando el riesgo de propagación de enfermedades graves, con las consecuentes muertes.
Es por esta razón, que el Consejo General de Enfermería (CGE) y la Asociación Española de Enfermería de Prevención y Control de Infecciones (AEEPyCI), ha querido recordar el papel fundamental que desempeñan los enfermeras en la lucha contra esta problemática.
En palabras del vicepresidente III del CGE, José Luis Cobos, "la labor que realizan las enfermeras en cualquier ámbito asistencial en el seguimiento de los tratamientos antibióticos, en su uso racional, fomentando la adherencia, evitando que los pacientes dejen a medias los tratamientos o alargándolos sin indicación es de suma importancia para reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos".
"Ante un escenario de limitadas opciones terapéuticas, la prevención cobra un especial valor"
Por su parte, la presidenta fundadora de AEEPyCI, Inmaculada Fernández, apunta que "la enfermera también es imprescindible en el cuidado seguro: hablamos de higiene de manos, de descontaminación de superficies, de todo lo relacionado con las precauciones a adoptar para evitar la transmisión de infecciones. Somos las encargadas de administrar los antibióticos, pero también de tomar las muestras de los cultivos que determinan el diagnóstico y el tratamiento más adecuado según el resultado, por ello, debemos garantizar su buen uso".
Asimismo, añade que "ante un escenario de limitadas opciones terapéuticas, la prevención cobra un especial valor. Sabemos que las resistencias a los antibióticos serán un grave problema de salud pública. Esto se acompaña con cambios ambientales que pueden conllevar amenazas de nuevas zoonosis, como ha sucedido ahora con el Covid-19, de ahí que evitar las resistencias a estos medicamentos sea fundamental".
Para el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, "dado que las causas y las repercusiones de estas resistencias afectan a la salud humana, animal y medioambiental, es preciso abordar, tal y como sostienen todos los organismos nacionales e internacionales, un enfoque 'One Health', colaborativo, multisectorial y multidisciplinar que reconoce las interconexiones entre las personas, los animales, las plantas y el entorno que comparten. Sólo con el trabajo de todos podremos paliar este grave problema que afecta a la salud mundial en todos sus ámbitos".
Coincide Inmaculada Fernández con el presidente del CGE, que señala que "la multidisciplinariedad es fundamental en el tema de la multirresistencia: es un trabajo en equipo. Es de los temas donde más cooperación y coordinación interdisciplinar debemos tener los diferentes profesionales. Y, sin embargo, las enfermeras estamos muy poco representadas donde se toman las decisiones. Todavía no nos reconocen muchas de las competencias que desarrollamos en este ámbito, faltan enfermeras en los PROA, los programas para la optimización del uso de antibióticos que buscan no prolongar los tratamientos con antibióticos de forma innecesaria, intentando optimizar su manejo para evitar resistencias, tratando mejor y más adecuadamente a los pacientes".
"Deberíamos ser una parte del equipo y muchas veces o no estamos o colaboramos de forma residual y las enfermeras de prevención de infecciones tenemos mucho que decir en este tema", concluye Fernández.