A la conclusión del Grado en Enfermería, muchos de los recién egresados apuestan por la especialización para solidificar los cimientos de su futuro profesional. Para ello, son muchos los profesionales que apuestan por la vía de la formación sanitaria especializada (FSE) a través del examen de enfermero interno residente (EIR).
Bien es sabido que la especialidad más demandada es la de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (es decir, matronas o matrones). No obstante, la oferta se amplia a otras posibilidades como Enfermería Familiar y Comunitaria, Enfermería de Salud Mental, Enfermería Pediátrica, Enfermería Geriátrica, Enfermería de Cuidados Médico-Quirúrgicos y Enfermería del Trabajo.
Urgencias y Emergencias es, para muchos profesionales sanitarios, la 'especialidad transversal', capaz de dar respuesta a situaciones insólitas que se generen en el ámbito de la Atención Extrahospitalaria o en una puerta de Urgencias
La pandemia de la COVID-19 ha puesto sobre la mesa que, más allá de las posibilidades oficiales del EIR, existen 'especialidades' que, si bien no están reconocidas por el Ministerio de Sanidad, tienen una gran relevancia con el paso de los años. Hablamos tanto de la Enfermería de Urgencias y Emergencias como de la Enfermería Escolar.
Urgencias y Emergencias es, para muchos profesionales sanitarios, la 'especialidad transversal', capaz de dar respuesta a situaciones insólitas que se generen en el ámbito de la Atención Extrahospitalaria o en una puerta de Urgencias. Por lo tanto, es de vital importancia que los integrantes de los equipos presenten una alta tolerancia al estrés, gran capacidad resolutiva y una óptima toma de decisiones.
No en vano, los enfermeros de Urgencias y Emergencias se ven sometidos a situaciones extremas, responsabilizándose de un triaje efectivo, que permita la recepción, acogida y clasificación de pacientes en el menor tiempo posible. La realización de analíticas, administrar la medicación o informar a los familiares son otras de las múltiples tareas diarias de estos perfiles profesionales.
VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD
La enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2 ha puesto sobre la mesa la imperiosa necesidad de contar en los centros educativos con una enfermera escolar. Los resultados revelan que aquellos colegios e institutos que, durante el curso escolar 2020-2021 contaron con este perfil, pudieron definir circuitos e instauraron unas medidas preventivas eficaces para hacer frente a la COVID-19, todo ello basado en la evidencia científica de primera mano.
Juegan un papel determinante a la hora de la atención directa en casos sospechosos, coordinación de los contactos estrechos de los niños contagiados, priorizando la educación sanitaria y para la salud tan relevante en estas edades y en esta situación de pandemia
Estas profesionales resultan cruciales para asegurar que se cumplen con las medidas preventivas a la vez que realizan una labor de vigilancia epidemiológica de primer orden, para detectar a los alumnos o profesores con síntomas, proceder al aislamiento y al rastreo de los contactos, además de, lógicamente, atender cualquier eventualidad en materia de salud que pueda surgir en el centro.
Asimismo, juegan un papel determinante a la hora de la atención directa en casos sospechosos, coordinación de los contactos estrechos de los niños contagiados, priorizando la educación sanitaria y para la salud tan relevante en estas edades y en esta situación de pandemia. Esta enfermera escolar, como miembro de la comunidad educativa y personal sanitario cualificado, ocupa el rol de coordinador Covid, que ha sido esencial para la planificación de la reapertura de los centros observando las medidas sanitarias pertinentes.