En la gran mayoría de las comunidades autónomas el salario base de los profesionales de la Enfermería residentes (EIR) apenas alcanza los 1.000 euros y a lo largo de un año, sin tener en cuenta las guardias, un enfermero en formación puede llegar a cobrar unos 2.000 euros menos que un médico.
Así, según la información oficial de retribuciones en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), por ejemplo, el salario base, sin retenciones, que tiene el EIR de primer año es de sólo 945 euros, mientras que el del médico residente de primer año es de 1.114 euros.
A lo largo de un año, sin tener en cuenta las guardias, un enfermero en formación puede llegar a cobrar unos 2.000 euros menos que un médico
Las diferencias, no obstante, se amplían más en autonomías como Valencia, una donde más se paga a los EIR, que tienen un salario base de 955 euros, a los que se añaden 47 en concepto de “complemento de residencia”, lo que permite al profesional de la Enfermería alcanzar los 1.000 euros mensuales. Sumándole las dos pagas extras, conforman un salario anual de 14.035 euros (mientras que un médico gana 16.640 euros en el mismo período). En Aragón, por su parte, la retribución anual es de 13.372 euros y en el País Vasco, de 13.700 euros.
Si bien, y aunque, como ocurre en el caso de los facultativos, este salario aumenta considerablemente cuando se le suma el precio por las guardias, en este concepto también existen importantes diferencias con respecto a las retribuciones que percibe la Enfermería. En el caso de Madrid, por ejemplo, la hora de guardia se paga a 8,54 euros (en día laborable) al enfermero, mientras que un médico, en las mismas condiciones, gana 10 euros la hora. Teniendo en cuenta, además, que la Enfermería no siempre realizar guardias de 17 o 24 horas seguidas (como hacen los MIR), las diferencias salariales a lo largo de un año pueden multiplicarse.
MÁS PLAZAS, MENOS PRESENTADOS
El escaso reconocimiento de las especialidades enfermeras en muchas autonomías está empujando a los profesionales a presentarse en menor medida el examen EIR. De esta forma, en la última convocatoria, pese a que se incrementó el número de plazas ofertadas por Sanidad con respecto al año anterior, se presentaron 1.010 aspirantes menos. La tendencia, además, es común en los últimos años.