"Las enfermeras y enfermeros llevamos realizando desde hace más de 40 años, cuidados de la alimentación y nutricionales en diferentes ámbitos de Atención Primaria, hospitalaria, sociosanitaria, escolar… para hacer educación para la salud con plena competencia, siendo clave estas actuaciones para potenciar la promoción de la salud la educación sanitaria y la adquisición de hábitos de vida saludables, esenciales todos ellos dentro de la actuación de la enfermera en su ámbito asistencial", afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
De hecho, para ordenar las competencias que desarrollan las enfermeras expertas en alimentación y nutrición, el Consejo General de Enfermería junto a la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (AdENyD), han elaborado el Marco de actuación de la enfermera/o en el ámbito de los cuidados de la alimentación y la nutrición. En él se detallan todas las actuaciones que las enfermeras desempeñan en materia de nutrición en todos los niveles de atención (Primaria, Hospitalaria y Sociosanitaria) y en todas y cada una de las etapas del ciclo vital, tanto en la salud como en la enfermedad.
"Se ha calculado la presencia de algún grado de malnutrición en el 59% de los ancianos que viven en residencias, entre el 13,8% y el 50,5% de los pacientes geriátricos hospitalizados y entre el 23,9% y 57,5% de las personas de mayor edad no institucionalizados"
OBESIDAD Y DESNUTRICIÓN
Los datos de la última Encuesta Europea de Salud en España (EESE) de 2020 confirman que el 53,6% de la población de 18 y más años tiene exceso de peso, un 37,6% de personas con sobrepeso y un 16,0% con obesidad, más frecuente entre los hombres (61,4%) que entre las mujeres (46,1%). En lo que se refiere a la población menor de edad (de 15 a 17 años), un 20,7% se encontraba por encima del peso considerado como normal, siendo la obesidad del 2,9% y el sobrepeso del 17,8%.
Como señala Carmen Martín Salinas, presidenta de AdENyD “la relación entre la alimentación y la salud se pone de manifiesto con los estudios epidemiológicos que muestran cada vez con mayor evidencia, la relación entre determinados hábitos alimentarios y procesos crónicos de salud de mayor complejidad. Se ha calculado la presencia de algún grado de malnutrición en el 59% de los ancianos que viven en residencias, entre el 13,8% y el 50,5% de los pacientes geriátricos hospitalizados y entre el 23,9% y 57,5% de las personas de mayor edad no institucionalizados”.
Además, tal y como evidencia el estudio PREDYCES (Prevalencia de la Desnutrición y Costes Asociados en España), la desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) tiene una prevalencia del 23,7% y alcanza el 37% al referirse a las personas mayores de 70 años. Además, la DRE se relaciona con un incremento del riesgo de complicaciones, de estancias hospitalarias más prolongadas y de un elevado coste para el Sistema Nacional de Salud (SNS).
PAPEL DE LOS ENFERMERAS
“Las enfermeras expertas en nutrición estamos muy presentes en todos los ámbitos de atención y a lo largo de toda la vida y somos responsables del cumplimiento de las prescripciones dietéticas, promovemos el autocuidado, la continuidad asistencial, facilitamos la adherencia al tratamiento nutricional y formamos a pacientes y profesionales en la dieta de las tres “s”: sana, segura y sostenible. Sin olvidar que cuando un paciente no puede tomar alimentos también somos las encargadas de los cuidados de la nutrición enteral, control y seguimiento”, cuenta Mari Lourdes de Torres, presidenta del comité científico de AdENyD y delegada de nutrición del Consejo General de Enfermería.
"Cuando un paciente no puede tomar alimentos también somos las encargadas de los cuidados de la nutrición enteral, control y seguimiento"
Todas estas competencias, que se relacionan en el documento elaborado por el CGE y AdENyD, son propias de las enfermeras, pero ni exclusivas ni excluyentes. “No olvidemos -subraya la presidenta AdENyD- que la enfermera en el ámbito de los cuidados nutricionales se integra y trabaja en el marco de los principios de multi y pluridisciplinariedad, con absoluto respeto a las competencias de todos y cada uno de los profesionales sanitarios que conforman el equipo de trabajo, pero sin olvidar tampoco que los cuidados nutricionales, por ser cuidados, son propios de las enfermeras, según marca la LOPS”.
“El objetivo final es la adherencia al tratamiento dietético o nutricional. Para ello hay que educar al paciente, procurando a la vez que reciba en cada momento la mejor atención y se le haga un buen seguimiento, con el propósito de que exista un mejor control de todo su proceso, también desde el punto de vista nutricional”, incide De Torres.
“En este contexto las enfermeras, sin duda, ejercen un liderazgo y un protagonismo en los cuidados de estos pacientes y sus familias. Al fin y al cabo, fortalecer su papel refuerza también a nuestro sistema sanitario, mejorando los cuidados y la calidad de vida de los pacientes. Sin olvidar la importancia de la prevención y educación para la salud que también desempeñan estas profesionales”, concluye Pérez Raya.