El nuevo curso escolar 2021-2022 ha comenzado en España. Los más pequeños de la casa han vuelto a las aulas con unas medidas que, si bien son ligeramente más laxas que el año anterior, mantienen los preceptos de la distancia social, la higiene de manos, la ventilación de las aulas y la detección precoz de casos.
Sin embargo, existen unas profesionales que no se han incorporado a los centros educativos y que, en un contexto de pandemia de la COVID-19, son claves, igual de necesarias que los docentes. Hablamos de la enfermera escolar, unas profesionales que "ofrecen confianza y tranquilidad a todos los miembros de la comunidad educativa, información contrastada y basada en la evidencia científica, además de ser un interlocutor eficaz con otros servicios sanitarios",
"Ofrecen confianza y tranquilidad a todos los miembros de la comunidad educativa, información contrastada y basada en la evidencia científica, además de ser un interlocutor eficaz con otros servicios sanitarios"
Así lo asegura la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), una entidad que ha elaborado su Plan Estratégico de Enfermería Escolar para la Prevención del COVID-19 en los Centros Educativos, documento que alcanza su segunda edición y que recopila las recomendaciones de protección y reducción del riesgo de transmisión disponibles en la actualidad.
LABOR EXCEPCIONAL EL CURSO ANTERIOR
"La presencia de las enfermeras escolares en los centros educativos durante el curso escolar en pandemia ha sido algo muy positivo". Así de rotundo se mostraba Diego Ayuso, secretario general de Consejo General de Enfermería (CGE), con la llegada del fin del curso escolar 2020-2021, una edición marcada por el impacto del SARS-CoV-2.
En declaraciones a ConSalud.es, el representante de la corporación enfermera explicaba que "los colegios e institutos donde contaban con una enfermera tuvieron una definición de los circuitos y de las medidas preventivas para hacer frente al COVID-19 basados en la evidencia científica de primera mano".
"Han jugado un papel determinante a la hora de la atención directa en casos sospechosos, coordinación de los contactos estrechos de los niños contagiados, priorizando la educación sanitaria y para la salud tan relevante en estas edades y en esta situación de pandemia"
Estas profesionales han resultado cruciales para asegurar que se cumplen con las medidas preventivas a la vez que han realizado una labor de vigilancia epidemiológica de primer orden, para detectar a los alumnos o profesores con síntomas, proceder al aislamiento y al rastreo de los contactos, además de, lógicamente, atender cualquier eventualidad en materia de salud que pueda surgir en el centro.
Asimismo, "han jugado un papel determinante a la hora de la atención directa en casos sospechosos, coordinación de los contactos estrechos de los niños contagiados, priorizando la educación sanitaria y para la salud tan relevante en estas edades y en esta situación de pandemia". Esta enfermera escolar, como miembro de la comunidad educativa y personal sanitario cualificado, ha ocupado el rol de coordinador Covid, que ha sido esencial para la planificación de la reapertura de los centros observando las medidas sanitarias pertinentes.
"ENORME RESPONSABILIDAD" DE LAS CONSEJERÍAS
En este contexto, la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar, integrada por el Sindicato de Enfermería (Satse); el Foro Español de Pacientes (FEP) y el Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública ANPE, reclama a las administraciones la implantación generalizada de una enfermera o enfermero escolar para garantizar la salud y seguridad del alumnado.
El gasto de implantar una figura plenamente consolidada en países, como el Reino Unido, Francia o Estados Unidos, es únicamente de unos 16-20 euros al año por habitante
Así, la plataforma destaca que los consejeros de Sanidad y Educación de las distintas comunidades autónomas tienen la "enorme responsabilidad" de asegurar un entorno seguro y saludable en el conjunto de centros educativos y, una vez más, "se resisten a no apostar por una figura que beneficia, no solo al alumnado, sino a madres y padres, profesorado y al conjunto de la comunidad educativa".
La plataforma considera que la razón por la que los responsables de Educación y Sanidad no apuestan por ofrecer mayor garantías de seguridad y salud en los centros educativos es "meramente económica", cuando el gasto de implantar una figura plenamente consolidada en países, como el Reino Unido, Francia o Estados Unidos, es únicamente de unos 16-20 euros al año por habitante.