Los estudiantes, igual que todos los profesionales sanitarios sufren las agresiones, intimidaciones y agravio de los pacientes, familiares y acompañantes. Con el objetivo de ahondar en esta realidad, conocer “qué está pasando con nuestros estudiantes de Enfermería en sus prácticas y poder mejorar su experiencia formativa” nace el estudio ‘Análisis de la intimidación y acoso experimentado por estudiantes de Enfermería de cuarto curso durante sus prácticas clínicas’, realizado por investigadores de la Universidad de León y publicado en la Revista Española de Salud Pública.
Tal y como explica a ConSalud.esJesús A. Fernández, uno de los autores del estudio además de enfermero y profesor ayudante en la Universidad de León, esta ha sido la primera investigación realizada en España sobre este tema. “Nuestro interés era y es conocer la situación real. Habíamos revisado los estudios llevados a cabo en países de nuestro entorno, donde por ejemplo se obtuvieron prevalencias del 34 y 42% (en Italia y Reino Unido, respectivamente) y pudimos comprobar con satisfacción que la prevalencia en el caso de nuestros estudiantes fue muy inferior”.
Así, el estudio revela que el 26,5% de los estudiantes de Enfermería encuestados, relataron haber sufrido episodios de intimidación y/o acoso. “Los estudiantes de menor edad padecieron estos hechos por parte de los médicos, pacientes y familiares y/o acompañantes en mayor medida”, apunta la publicación.
“Los resultados reflejan que los estudiantes, en un porcentaje muy elevado, nunca han padecido ningún episodio de intimidación”, insiste Fernández. Y de los que sí han sufrido alguno de estos eventos, “salvo mínimas excepciones”, son agresiones verbales o de comportamiento, como que “no se les ha valorado lo suficiente, no se les ha reconocido el trabajo bien hecho o que, en su opinión, podrían haber aprendido más”.
El estudio confirma que, “en general, existe un buen ambiente entre profesionales sanitarios y estudiantes de Enfermería”
Sobre las consecuencias de dichos episodios, las más “llamativas” son que los estudiantes se sintieron “enfadados, inseguros y avergonzados”, a la vez que confesaron “no saber muy bien qué debían hacer ante estas situaciones”.
Estos datos deben ampliarse, pues la muestra ha sido de 83 estudiantes de cuarto curso de Enfermería que respondieron a una encuesta de 24 preguntas. Con todo, el estudio confirma que, “en general, existe un buen ambiente entre profesionales sanitarios y estudiantes de Enfermería”. Todo ello cuando, además, el estudio se ha realizado después de la pandemia, con un escenario en el que los sanitarios tienen “niveles de estrés y burnout más elevados que antes”, así como “menos tiempo para dedicar a los estudiantes”.
Sobre los datos obtenidos, Fernández informa que están ampliando la muestra con estudiantes de otros cursos para confirmar los resultados, pues “el primer paso para prevenir, es conocer”.
“Según la evidencia científica, una intervención útil para prevenir podría ser impartir formación a los estudiantes para que puedan entender e identificar los diferentes tipos de intimidación que pueden padecer, así como ofrecerles información y protocolos que faciliten información sobre cómo deben proceder si se producen dichos incidentes”, concluye Jesús A. Fernández.